TIERRA Y TECNOLOGÍA Nº 58 | DOI: https://dx.doi.org/10.21028/fbc.2021.10.08 Autores: Fernando Borràs Castelló (colegiado nº 7.920) y Joaquín Hopfenblatt Hours (colegiado nº 8.005), son miembros de Drones4Geology “Drones for Geology”.


Sería justo decir que el naturalista más famoso de la historia se embarcó en uno de los viajes más reconocidos a bordo del HMS Beagle debido entre otras cosas a su reconocida capacidad como geólogo y que, además, parte de sus observaciones le llevaron a secundar los principios establecidos por Charles Lyell “padre de la geología moderna” quien le influenció profundamente. Si estáis pensando en Charles Darwin, habéis acertado. El ilustre creador de la “Teoría de la evolución” sintetizada en el libro “On the origin of spices” publicado en 1859 dejó muchas frases célebres y entre ellas “It is not the strongest or the most intelligent who will survive but whose who can best manage to change” que vendría a decir que no es el más fuerte el que sobrevive, ni el más inteligente, sino el que mejor responde al cambio.

Uno de los últimos elementos que han irrumpido en el cambio a nivel tecnológico de manera contundente y cada vez más ruidosa son los (unmanned aerial vehicle – UAV) más conocidos como drones y no solo por las bellas imágenes que nos entregan. Sin ir más lejos, estos días no paramos de ver en la Palma a diferentes equipos de pilotos de drones como los de los del IGME que están marcando la diferencia en el estudio, monitoreo y toma de decisiones respecto a la erupción del volcán Cumbre Vieja, mediante adquisición de todo tipo de datos a partir de los drones que sin lugar a duda están minimizando los riesgos derivados de la actividad volcánica. La geología en gran parte se basa en la observación y para ello nos valemos de diferentes escalas de observación o perspectivas que nos aportan información muy importante y que combinadas nos permiten presentar teorías con una robustez superior. Así pues, los drones son la nueva escala de observación o perspectiva, una perspectiva que va a influir antes, durante y después del trabajo de campo y que por tanto tiene unas implicaciones de gran magnitud en como entendemos y trabajamos el terreno.

Dentro muchos campos de aplicación de los drones, éstos pueden desentrañar un papel importante en una de las industrias más importantes relacionadas con la geología en España hasta el día de hoy, la minería de áridos. Este sector cuenta con más de 1.000 empresas en activo, que suman un total de casi 2.000 explotaciones en el estado español y que dan trabajo a más de 23.000 personas (sumando empleos directos e indirectos) y una extracción de 128,1 Mt anuales lo que coloca a España dentro del “top 10” en este sector dentro de Europa en todos los indicadores mencionados anteriormente. (Información de Fueyo Editores). Además, a finales de 2021 podemos decir que la demanda de productos para la construcción esta en pleno auge, lo que convierte a este sector en un elemento estratégico e indispensable para la economía y para acompañar y hacer más eficiente esta actividad están los productos generados con los drones.

Figura1. Vista aérea de una explotación de áridos.

Los drones tienen impactos muy positivos en esta industria minimizando costos directa e indirectamente, optimizando las horas de trabajo en muchos de los trabajos cotidianos y mejorando exponencialmente la calidad gráfica, que hoy en día es casi imprescindible a precios muy asequibles al alcance de cualquier empresa del sector. Entre muchas otras aplicaciones: pueden ser usados para realizar estudios que aporten un conocimiento mayor y a la vez más simple de la zona de estudio, todo esto mediante información de alta calidad y precisión a nivel espacial tanto cualitativa como cuantitativa, teniendo un alto impacto de cara a planear el trabajo en nuevos terrenos a explotar. Esto se puede conseguir gracias a mapas topográficos, modelos digitales de elevación, modelos digitales del terreno y ortofotos de alta calidad entre otros productos.

Por otro lado, durante la actividad extractiva del material aportan componentes altamente actualizables y trazables para monitorear y controlar las zonas de estudio, como también para realizar cubicajes permitiendo así inventariar de manera rápida y eficiente las reservas de áridos. También son grandes herramientas para estudiar el riesgo presente en una zona determinada de una manera no invasiva que no pone en riesgo ninguna vida humana, para este propósito se pueden analizar las nubes de puntos y recibir información espacial sobre la distribución de planos de fracturación o la extracción de buzamientos. Otro parámetro a medir de gran impacto son los controles y evaluaciones de erosión por la cual se pueden llegar a perder grandes cantidades de dinero.

Figura 2. Vista del modelo digital del terreno de una explotación de áridos con curvas de nivel extraído a partir de fotografía aérea con dron.

Por último, no solo son una herramienta valiosa a la hora de planear y ejecutar un trabajo, si no, también en los estadios posteriores a la extracción, como podría ser el cierre y reacondicionamiento del terreno para minimizar el impacto visual y ecológico.

Así, uno de los grandes retos de nuestra ciencia es nuestra capacidad de aceptar esta condición de cambio rápido y constante y no oponernos a ello amparándonos en lo tradicional ni en vocabularios muy exclusivos para geólogos. Si queremos que nuestra ciencia sobreviva, que nuevos jóvenes quieran ser geólogos hay que responder y adaptarse a los cambios que demanda nuestro tiempo. Los cambios hoy en día se producen más rápido que nunca y posiblemente en un futuro todavía se produzcan con mayor celeridad. El cambio son “apps”, redes sociales, maneras de viajar, corrientes de pensamiento, nuevas tecnologías… entre muchas otras manifestaciones. La geología es una ciencia que, mirando al pasado, nos ayuda a entender el presente y a descifrar y prever el futuro. Por este motivo, los geólogos debemos hacer el doble esfuerzo de ponerla en valor  y adaptarnos a los cambios tecnológicos.

Figura 3. Dron “DJI Mavic 2 Pro” volando sobre unas ruinas en el” Cap de Creus” tomada con otro dron.

Imagen de portada Free-Photos en Pixabay