Tierra y Tecnología nº 58 |  DOI: https://dx.doi.org/10.21028/mmp.2021.10.06 Autor: Marc Martínez Parra. Eurogeólogo


Introducción

Como recurso argumental o temático, o bien como soporte, el cine ha empleado conceptos de la vulcanología, desarrollando historias enmarcadas, en diversos géneros cinematográficos, especialmente el cine de catástrofes, de aventuras y el documental, con filmes basados en sucesos reales o bien ficticios, como las acaecidos en las ciudades de Pompeya y Dante’s Peak, respectivamente. Son filmes en lo que los efectos especiales tienen gran importancia. También el género documental, tanto en noticiarios como en largometrajes, a causa de la espectacularidad de las imágenes de la naturaleza más primigenia, ha tenido en el vulcanismo un imán en cuanto a interés del público.

Dentro de la ficción, hay películas de volcanes y películas con volcanes; matiz importante; en las primeras entrarían todos aquellas basadas o no en erupciones reales, donde el volcán y su erupción tiene un peso protagónico y decisivo en el devenir del filme, mientras que las películas con volcanes, son aquellas en las que el volcán o erupción no lleva ese peso decisorio en el filme, sino que es una herramienta argumental y ambiental, un suceso más, para desarrollar la historia.

El texto presenta citas bibliográficas (autor, año) que no deben confundirse, respecto a los productos audiovisuales mencionados, con la cita técnica (año de producción; director del filme).

Los documentales

El género documental ha tenido un gran peso e interés desde los inicios del cine. La apocalíptica erupción del Monte Peleé de 1902, en la isla de la Martinica, en el Caribe y que se saldó con 29.933 víctimas fue llevado al cine en un corto del pionero Georges Meliés, en el mismo año 1902, recreado mediante unos primitivos efectos especiales. Sin embargo, las agencias de noticias, principalmente Pathé, recogieron numerosas noticias filmadas de pocos minutos en gran parte de las erupciones que se produjeron durante el pasado siglo XX, como el Krakatoa (1930), Etna (1910, 1923, 1928, 1946, 1947, 1949, 1950, 1961, 1964) Vesubio (1926, 1928, 1929, 1938, 1944, 1968), Vulcano (1959), Stromboli (1932, 1950, 1967), en Alaska, Hawaii, el Congo, y otros lugares. Un corto de interés, por su antigüedad es The Volcano Kilauea (1918, producido por R.J.Baker).

Esta fascinación por energías primordiales procedentes del interior de la tierra, la fuerza de la naturaleza geológica, tuvo en los documentales del vulcanólogo francés Haroun Tazieff su máxima expresión artística y documental, con los filmes Les rendez-vous du diable (1959) y El volcán prohibido (1966). El primero muestra material rodado en volcanes activos de todo el mundo, con sus icónicas imágenes en las que se adentra con traje ignífugo en los cráteres de volcanes en erupción; el segundo describe la actividad del volcán Niragongo (Congo) y fue nominado al Óscar a Mejor documental. Tazieff fue homenajeado por el documental biográfico Haroun Tazieff, le poète du feu (2019, E. Beauducel).

Pionero en el cine documental español fue el documental de TVE La erupción del Teneguía (1971, I.Palacio, J.L. Sánchez).

acaecida en la Isla de La Palma (Canarias). El matrimonio compuesto por los vulcanólogos Maurice y Katia Krafft, muertos por una nube piroclástica mientras estudiaban la erupción del Monte Unzen (Japón) en 1991, rodaron el documental póstumo Volcano’s Nature inferno (1997) y episodios como The volcano watchers (1987)

dentro de la serie de PBS Nature. Su muerte fue reconstruida en el falso documental Volcano Devils (2011, J.Cornuau). Werner Herzog, afamado director alemán, fundador de la corriente denominada Nuevo cine alemán en la década de los 70 del siglo pasado y también notable documentalista, rodó La soufrière (1977) en la isla de Guadalupe (Caribe) y Dentro del volcán (2016),

en el que Herzog y el vulcanólogo Clive Oppenheimer recorren el globo explorando algunos de los volcanes activos de Indonesia, Etiopía, Islandia y Corea del Norte. También emplea imágenes del matrimonio Krafft. En otro filme nos enseñará las fumarolas existentes en la Antártida (Encuentros en el fin del mundo, 2007).

El USGS también ha producido numerosos filmes educacionales. De ellos, hay un destacable número sobre las diversas erupciones del Kilauea en Hawaii – archivos históricos y propios – así como sobre la erupción del Monte St. Helens en 1980.

Otros filmes, principalmente para el medio televisivo, han documentado volcanismo y erupciones en todo el globo terrestre. Algunos de ellos son Anillo de fuego (1991, G. Casey), Killer volcanoes (2000, P. Fleming), Popocatépetl, el volcán que escucha (2002, D.Sedano), Inside the volcano (2006, M. Masjum), Iceland Volcano: The Next Eruption (2010, T.Conrad), Eyjafjallajökull (2011, P. Fjeldsted Einarsson, M. Magnusson), sobre la erupción del Eyjafjallajökull en 2010, un recorrido por volcanes alrededor del mundo (Trappeurs de volcans, 2010, F. de Riberolles, B. Loyer),

Volcanic planet (2014, P. Rowe), Volcanoes: The fires of creation (2018, M Dalton-Smith), Volcanoes: dual destruction (2018, M. Strickson) sobre la erupción del Kilauea (Hawaii) y el Fuego (Guatemala), Un planeta de volcanes (2019), Just another day in Paradise (2019, M. Reichert) en la isla de Fogo (Cabo Verde), o la serie de documentales Volcanic Odyssey (2015-16), de dos temporadas y nueve episodios, dirigidos por el especialista M. Dalton-Smith. También dentro de la serie documental Timewatch se emitió killer cloud (2007, M.Kupper y D.Walker)

sobre una olvidada erupción en 1783 en Islandia, que causó miles de muertos en Gran Bretaña a causa de gases venenosos. A veces la casualidad puede permitir rodar un documental único, ello le ocurrió al equipo de la serie “Ciencia al desnudo” desplazado a Islandia cuando en 2010 entró en erupción el volcán Eyjafjallajokull y rodaron, en tiempo real, el capítuloIslandia: volcán en erupción (B. Landin, J. Sigfússon). Dentro de las hipótesis catastróficas, se postuló un megatsunami asociado a un gran desprendimiento en la isla de La Palma durante la erupción del volcán Cumbre Vieja (Ward & Day, 2001), hipótesis recogida en el episodio de la serie documental Horizon titulado Mega-tsunami: wave of destruction (2000, M.Hedgecoe) y que se ha retomado, a nivel mediático, con la actual erupción de 2021.

Los volcanes en la ficción: basadas en erupciones reales

Algunas de las erupciones más famosas, contemporáneas o bien históricas han sido llevadas al cine. De las contemporáneas, la erupción de Monte Pelée (Martinica, Caribe) en 1903 y que exterminó a la práctica totalidad de los habitantes la ciudad de Saint Pierre (29.933 víctimas) a causa de una nube piroclástica, fue llevada prontamente al cine mudo en Volcano! (1926, W.K. Howard). La erupción del Krakatoa (Indonesia) en 1883, situado en un archipiélago en el Estrecho de Sunda, fue uno de los eventos destructores históricos más notables y causó la muerte de más de 36.000 personas, a causa de la propia erupción y de los tsunamis subsiguientes. Fue oído desde Perth (Australia) a 3110 km al SE, a la Isla Rodríguez (Islas Mauricio) a 4.800 km al SO, ocasionando efectos en la climatología mundial (lluvias y descenso de temperaturas), siendo recogido en el filme documental Krakatoa (1933; J.Rock) y en los filmes de ficción, Rumbo a Java (1953, J. Kane) y, principalmente, Al Este de Java (1968, B.L. Kowalski)

– con un mítico error geográfico, ya que se sitúa al oeste – un film de aventuras sobre los tripulantes del barco SS Batavia Queen, presidiarios y buscadores de perlas; Alex Weldon creó las espectaculares secuencias pirotécnicas- asemejando bombas volcánicas- de la erupción y explosión final del volcán Krakatoa. También fue llevada a la pantalla pequeña en Krakatoa: The last days (2006, S.Miller), Krakatoa (2008, J.Hall, S. Everett) e investigada por el documental asociado al mismo Krakatoa (2005, J. Hall). Curiosamente, el primer filme donde aparecía la famosa erupción fue en una película malaya de 1967, titulada Lampong Karam (S.Kadarisman).

La erupción del Monte Santa Helena (Washington, USA) acaecida en 1980, fue una erupción estudiada y monitorizada por el USGS, a pesar de lo cual murieron 57 personas, entre ellas el vulcanólogo David A. Johnston, a causa de una erupción explosiva con nube de flujos piroclásticos, para posteriormente producirse riadas por la fusión de los glaciares del entorno. El impacto entre el público estadounidense y por ende, el mundial, fue notable. Se recogió en los documentales La erupción del volcán St. Helens (1980, G. Casey) nominado a mejor cortometraje documental y reestrenado en formato IMAX, Up from the ashes (1990) sobre la situación diez años después, entre otros, estrenándose en 1981 una dramatización –St. Helens (E. Pintoff).

De las erupciones históricas, la más famosa de la historia y llevada repetidamente al cine y televisión es la erupción del Vesubio, que cubrió de cenizas incandescentes las localidades Pompeya y Herculano en el año 79 y fue inmortalizada por la novela Los últimos días de Pompeya de Edward Bulwer Lytton en 1834, que narra distintas situaciones y vicisitudes dramáticas de personajes de la ciudad de distinta escala social antes de una erupción que marcará sus vidas. Dicha novela ha sido llevada al cine repetidamente desde la época muda, en 1900 (WR Booth), 1908 (L. Maggi), 1913 (M. Caserini, E. Rodolfi), 1926 (C. Gallone), 1935 (EB Schoedsack y Merian C. Cooper), 1950 (M. L’Herbier y P. Moffa) y en 1959 (M. Bonnard), así como la miniserie de TV de 1984 (P.R.Hunt). También otras historias se han narrado sobre esta erupción como Pompeya: el último día (2003, P. Nicholson) y la reciente Pompeya (2014, PWS Anderson).

Incluso la vecina ciudad de Herculano tuvo su película, un péplum titulado Año 79: la destrucción de Herculano (1962, G. Parolini).

Los volcanes en la ficción: erupciones inventadas

Dentro de las películas con erupciones ficticias, la primera de la que se tiene noticia es la superproducción italiana, en la época del cine mudo, Cabiria (1914, G. Pastrone) drama que se inicia con la erupción del Etna y la muerte de la familia de la protagonista; también Aloma of the south seas (1941, A. Santell) ambientada en Oceanía, cuenta con una erupción final. Sin embargo, la película que supuso un hito y fue un gran éxito comercial, precursora del cine de catástrofes de los años 70, es El diablo a las cuatro (1961, M. LeRoy),

el desesperado rescate de unos niños de un hospital situado en la falda de un volcán a punto de explotar, en una inventada isla en la Polinesia Francesa. Los efectos visuales – explosiones, terremotos, grietas en el suelo, destrucción de edificios, coladas de lava y la destrucción de la isla – obra de L.W.Butler, W.Cook y D.Hays, resultan bastante convincentes, aún hoy en día. La idea de la isla en peligro fue retomada en 1980, en la evacuación de un complejo hotelero (El día del fin del mundo, J. Goldstone), al igual que en la rusa Rescate suicida (2016, N. Lebedev), o en Skyfire (2019, S.West)

ambientada en la ficticia isla turística deTianhuo (China) situada en el conocido cinturón de fuego del Pacífico, que marca en contacto activo entre las placas tectónicas. Otra isla imaginaria situada en el Cinturón de fuego, es la Isla Nublar, donde viven dinosaurios clonados, cuyo volcán entra en erupción en Jurassic Word, el reino caído (2018, JA. Bayona). O el supervolcán Uturunku (Bolivia), a cuyos pies está el Salar de Uyuni, está dando señales de una erupción que puede ser catastrófica (Salt and Fire, 2016, W. Herzog). Y Walter Mitty, trabajador de la Revista Life, busca a un fotógrafo para que le entregue el negativo que ilustrará el último número de la misma, lo que le lleva a una Islandia donde están evacuando por la inmediata erupción del Eyjafjallajökull, inspirada en la real de 2010 (La Vida secreta de Walter Mitty, 2013, B. Stiller), bonita historia pero falsa, ya que el último número impreso de Life es de 2007 y no tuvo esa portada.

Las películas de ficción en las que el macguffin es la posible erupción del volcán se centran en las vidas de distintos protagonistas. Y en ocasiones, estos protagonistas son científicos. Así, en 1996 e inspirado en los sucesos del Monte Santa Helena, se estrenó Un pueblo llamado Dante’s Peak (R. Donaldson),

donde el vulcanólogo del USGS Harry Dalton investiga una, aparentemente, poco probable erupción de un volcán ficticio – El Pico de Dante -situado cerca del Monte St. Helens, en el Arco volcánico de la Cordillera de las Cascadas (Washington, USA). Mezcla de filmes de aventuras y catástrofes, está dotado de un barniz científico, para resultar más creíble y, por tanto, más aterrador. Esto puede suceder en su casa. Para ello se contó con el asesoramiento de los vulcanólogos del USGS David H. Harlow, John P. Lockwood y Norman MacLeod . No obstante, existe un conjunto de escenas bizarras, como cuando los protagonistas cruzan una colada en movimiento con un 4×4 como si nada.

En el filme se muestra el empleo de metodología científica y monitorización – tanto con la observación de señales pre-eruptivas como animales y árboles muertos por gases, acidificación de las aguas, incrementos súbitos de temperatura de las aguas junto a temblores, como con la monitorización del volcán y estudio en el cráter. Asimismo, todos los sucesos descritos en el filme basan en los que se produjeron en la erupción catastrófica del Monte St. Helens (Martínez, 2019). El filme cuenta espectaculares efectos digitales y de miniaturas creados por Digital Domain, compañía de efectos visuales y animación fundada por James Cameron y Stan Winston. Los modelos en miniatura se usaron en la escena de la avalancha y para las coladas de lava se programaron texturas que reaccionaban a la velocidad y al grosor del flujo. Los artistas mejoraron la ilusión al apilar capas digitales de lava (Goodfellow, 1997).

Pocos meses más tarde de Dante’s Peak, en 1997, se estrenó la película de un estudio rival, Volcano (M. Jackson) el típico filme setentero de catástrofes, en el que debe aplicarse el concepto de suspensión de la incredulidad, aunque contase con un vulcanólogo como asesor, Rick Hazlett. Un volcán aparece en pleno centro de Los Ángeles (California, USA), ciudad marcada por todo tipo de desastres fílmicos. Entre las muchas secuencias irreales, destacan la de la geóloga rescatada de una grúa de la que cuelga sobre una colada sin ni siquiera sudar o una colada de lava tan fluida que adquiere una velocidad endiablada y que es canalizada hacia el mar por el alcantarillado.

Para la lava se usaron modelos en miniatura de flujos de lava y técnicas digitales, coordinados por Matt Beck (Goodfellow, 1997).

La geóloga recomienda el enfriamiento de la colada mediante chorros de agua, recordando una experiencia previa en Islandia(Martínez, 2019).

Este es un hecho real – quizás lo único documentado de Volcano – que se produjo durante la erupción del volcán Eldfell en 1973, cuya colada amenazaba con cerrar el puerto principal de las islas Westmann. Aunque ello llevó dos meses y no la media hora del filme (Carracedo y Perez-Torrado, 2015).

La aparente bizarrez de Volcano y la aparición de los efectos visuales digitales, inspiró a la realización de otros filmes de peor calidad y presupuesto, en cuyos argumentos se devastan otras tantas ciudades del país como Miami – Miami magma (2011, T. Chapkanov), Nueva York – Disaster zone: volcano in New York (2006, R.Lee), el interior de los USA (Tormenta de lava, 2008, S. Dwyer) y por dos veces más Los Ángeles –Apocalipsis en Los Ángeles (2014, M.J. Sama), Estallido en Los Ángeles (2018, S. Cain). Un antecedente a estos filmes es la película soviética Incident in a volcano (1941, A. Khokhlova, Y. Schneider).

Por lo descrito, parte del argumento siempre es la amenaza al núcleo habitado, sea cual sea su tamaño, desde las ciudades anteriormente descritas, a pequeños y medianos núcleos, como la ciudad de Eifel (Alemania) desde el interior de un lago (Volcán en erupción, 2009, U. Janson), un pueblecito de Italia, imitando a Dante’s Peak, aunque mezclando a la Iglesia y fenómenos paranormales, en medio de una colada que parece fondue de chocolate (La montaña del infierno, 2005, M.Roper), una estación de esquí (Volcano, fuego en la montaña, 1997, G. Campbell), o como atrapa a unos excursionistas en Nueva Zelanda (Terror Peak, DG Bradley 2003) y, rizando el rizo, en la actual Pompeya (El apocalipsis de Pompeya, 2014, B. Demaree), cerrando en círculo de desastres fílmicos. Y de manera más fantástica y apocalíptica, Tokio es arrasada por la actividad de un nuevo volcán en la propia ciudad (Doragon Heddo, 2003, J. Iida). Dentro de la bizarrez una producción “The Asylum” nos ofrece un slalom de un avión entre chorros de lava eyectados desde los volcanes que acaban de formarse (Airplane vs volcano; 2014, J.y J. Kondelik).

Recientemente, en 2019 la película surcoreana Ashfall (Lee Hae-jun, Kim Byung-seo) se centra en el trabajo conjunto de científicos y militares de las dos Coreas en evitar la destrucción que puede causar la erupción del volcán Paektu y sus terremotos asociados, mediante una detonación de una bomba de uranio.

Los fenómenos volcánicos pueden ser la antesala a un fenómeno destructivo simultáneo a escala mundial, a un apocalipsis (La furia del volcán AKA Magma: volcanic disaster, 2006, I. Gilmore), incluso causados, artificialmente, como por la extracción petrolera que ha afectado a la corteza (Descent, 2005 T. Cunningham).

También pueden provocar un cambio climático de golpe y a escala planetaria, como las erupciones que ocultan el sol en Europa llevándola a un frio glacial (París, infierno helado  AKA 100 below zero, 2013, RD Braunstein) o bien en Norteamérica, a causa de un volcán islandés (Glaciación 2012, 2011,T. Fort). En un planeta Tierra abandonado por la humanidad hace mil años, aún habrá actividad volcánica (After Earth, 2013, M. Night Shyamalan).

La caldera gigante de Yellowstone (Lowenstern, 2005) se ha definido como un supervolcán y es el, potencialmente, más peligroso del mundo (Bergoeing, 2004). Su posible erupción cataclísmica y sus funestas consecuencias ya ha sido tratada en el filme apocalíptico 2012, siendo también el protagonista real de filmes que, curiosamente, emplean el prefijo “super-“ a causa de ser considerado un supervolcán (Supervolcán, 2005, T. Mitchell; Supererupción, 2011, M. Codd; Supervolcano: Yellowstone’s fury, 2013, M.A.Alton) y en documentales como Supervolcano: The truth about Yellowstone (2005, F. Scott).

La mitología y los volcanes

Dentro del género fantástico, algunos péplums – filmes italianos ambientados en una época romanizante y mitológica – eran protagonizados por distintos personajes cortados por un único patrón, un héroe culturista y musculoso que se enfrentaba a la injusticia, sea cual sea su nombre: Hércules, Maciste, Ursus. En algunos de estos filmes se producía actividad volcánica o se rodaban en escenarios volcánicos. En Maciste contra los cazadores de cabezas (1963, G. Malatesta) el héroe debe ayudar a los supervivientes de una isla, destruida por una erupción volcánica explosiva (no había dinero para lava), también Ursus, una Hércules descafeinado, sufrió erupciones en el péplum Ursus en la tierra del fuego (1963, G. Simonelli).

Numerosas culturas antiguas relacionan volcanes con deidades, como Hefesto (panteón griego), Vulcano (panteón romano) o Pelé (panteón hawaiano). Algunas de las películas ambientadas en los volcanes y calderas en Oceanía han estado asociadas a sacrificios humanos, generalmente de jóvenes y hermosas protagonistas, siendo las prototípicas películas con volcanes, como Ave del paraíso, dos veces llevada al cine (1932, K. Vidor; 1951 D. Daves) y en Joe contra el volcán (1990, J. Patrick Shanley).

Incluso el Pájaro Loco se convirtió en víctima del sacrificio en el corto Alley to Bali (1954, D. Patterson). También en una isla de Oceanía, Monokoa, Supermán deberá salvar a una atrapada por la lava Lois Lane (Supermán: el volcán, 1942, D. Fleischer, W.Bowsky)

y en la Polinesia Francesa, un drama romántico y cultural es aderezado con una gran erupción en Aloma of the south seas (1941, A. Santell).No obstante, también en el péplum El triunfo de Maciste (1961, T. Boccia) pretenden sacrificar vírgenes en el interior de un volcán. The angry god (1948, Van Campen Heilner) está basada en una leyenda mexicana sobre un dios despechado, Colima, que arrasa una aldea con una erupción y es castigado a vivir en el interior del volcán. Otra película fantástica sobre divinidades y volcanes es la argentina Yanka y el espíritu del volcán (2018, I. Abello).

La mitología griega se muestra en Furia de titanes (2010, L.Leterrier), donde los personajes se adentran en el inframundo a través de una caldera de volcán y en su secuela Ira de titanes (2012, J. Liebesman) alcanzando un Tártaro magmático y enfrentándose a un dios Kronos de lava fundida e incandescente. Algo menos mitológico y más comiquero es la adolescente capaz de dominar la lava, en Las aventuras de Sharkboy y Lavagirl en 3D (2005, R. Rodríguez). Y asociado a la literatura fantástica y las mitologías ficticias, es en el volcán Orodruin donde Frodo, el mediano, debe destruir el maléfico anillo mágico para gobernarlos a todos en El señor de los anillos: El retorno del rey (2003, P. Jackson) último filme de la trilogía basada en la trilogía de El señor de los Anillos escrita por JRR Tolkien en 1954.

De igual manera que en los filmes de terremotos, también aparece extraña fauna letal asociada a las erupciones: son escorpiones gigantes, que despiertan en una erupción volcánica en Méjico (The black scorpion, 1957, E.Ludwig),

abejas también gigantes (Monster from green hell, 1957, KG. Crane), un pájaro monstruoso en la filipina Anak ng bulkan (1959, E.I.Rojas; 1997, C.H. Santiago), kaijus en el Monte Aso de la isla Kyushu (Rodan, el gran monstruo del cielo, 1956, I. Honda) o en una imaginaria (El monstruo que amenaza el mundo, 1967, H. Noguchi), monstruos apocalípticos (Behemoth, 2011 WD Hogan) e incluso resucitan zombies (The burning dead, 2015, R.Pérez).

Los Ángeles parece ser una ciudad propensa a los volcanes, incluso su erupción despierta unas extrañas criaturas arácnidas (Lavántula, 2015, M.Méndez) que reaparecen en su secuela de 2016 ambientada en Florida.

Alienígenas de otra dimensión, con grandes monstruos, pretenden exterminar la humanidad provocando grandes erupciones y nubes tóxicas de los volcanes del Anillo del fuego (Pacific Rim: Insurrección; 2018, S.S. DeKnight).

La difícil vida de los habitantes y los artistas en el entorno volcánico

El pequeño mundo del cine neorrealista italiano entró en 1950 en un conflicto civil entre el director Roberto Rossellini y la actriz Anna Magnani, cuando el primero descartó a la Magnani como protagonista del filme Stromboli, que, a la postre interpretó Ingrid Bergman y constituyó un escándalo sexual, por el adulterio cometido por la Bergman con Rossellini. Así, la Magnani produjo otro titulado de similar temática, Vulcano (W. Dieterle). Todo este conflicto se describe en el documental La guerra de los volcanes (2012, F. Patierno). Los filmes se rodaron en los escenarios reales el archipiélago de las Islas Eolias y muestran la difícil vida de los pescadores, con la continua amenaza de las erupciones, rodando, incluso, evacuaciones reales. La verosimilitud también se busca en Mararía (A. Betancor, 1998) drama rural español ambientado en Lanzarote, en el que se hace una demostración a las fuerzas vivas del lugar del calor interno del suelo encendiendo unos rastrojos para preparar la comida. En la misma, un vulcanólogo inglés es asesinado por un celoso médico del lugar, usando para ello el martillo del propio geólogo.

Hay películas que muestran cómo las erupciones afectan a la vida cotidiana de los habitantes del entorno, sea en una isla de Vanuatu (Oceanía) (Tanna, 2015, M.Butler, B. Dean),

en Guatemala (Ixcanul; 2015, J. Bustamante), en Islandia (Volcán, 2011 R. Rúnarsson) o en la Patagonia chilena, según el documental Refugiados en su tierra (2013, N. Bietti, F. Molina).

En la isla de Nueva Bretaña (Papúa Nueva Guinea), el documental Los habitantes del volcán (2010, B. Loyer), sobre la supervivencia faunísticafrente a la intensa actividad volcánica, que ha afectado a la fauna y a sus conductas alimenticias y de protección, aprendiendo a mimetizarse con los tonos oscuros del paisaje volcánico.

Las erupciones y las películas de aventuras de origen literario

Los volcanes están muy presentes en la obra del escritor francés Julio Verne, bien de manera extinta (Viaje al centro de la Tierra, Las aventuras del Capitán Hatteras) o muy activa (Los Hijos del Capitán Grant, La Isla misteriosa). Son historias con volcanes, pero no de volcanes. Los Hijos del Capitán Grant, publicada en 1868, es una novela de aventuras, navegando por todo el mundo, de América del Sur a Australia y el Pacífico, en busca de un náufrago de difícil localización. Uno de los expedicionarios, Paganel, ¡provoca! una erupción volcánica en Nueva Zelanda, para poder huir de unos enfadados maorís (Los hijos del capitán Grant, 1962, R. Stevenson).

Sin embargo, es La isla misteriosa, la novela de Verne más veces adaptada al cine. Publicada en 1874, y con conexión con Los hijos del Capitán Grant, en alguno de los personajes, relata la aventura de cinco náufragos aerostáticos, que caen en una isla imaginada por Verne, la isla Lincoln, en el Pacífico Sur. Allí deberán luchar por su supervivencia, amparados por un personaje oculto, el Capitán Nemo, puesto que la isla es su última base. La isla se halla dominada por el relieve de un volcán que, al final entrará en erupción y la destruirá. Fue adaptada al cine en una versión muy libre en 1929 (L. Hubbard, B. Christensen, M. Tourneur), la soviética de 1941 (E. Pentslin, B.M. Chelintsev), el serial de 1951 (S.Gordon Bennet), la hollywoodiense de 1961 (C. Endfield),

la hispano-francesa de 1973 (J.A.Bardem, H.Colpi), la miniserie de 2005 (R. Mulcahy), la de 2010 (M. Sheppard) y, la última y muy libre Viaje al centro de la Tierra 2: La isla misteriosa (2012, B. Peyton). Además, y sin nada que ver, salvo por el título y el volcán, El tesoro de la Isla misteriosa (1938. E. Clifton). Una especie de copia de Nemo, de nombre McKenzie, junto a su submarino Alpha, rescata a unos científicos en un batiscafo de una erupción volcánica submarina (Latitud Zero AKA Donde el mundo acaba; 1969, I Honda).

En la línea fantástica de Verne, hay filmes inspirados, remotamente, en novelas de aventuras de H. Rider Haggard (Las minas del Rey Salomón, 1985, J. Lee Thompson), Congo (1995, F. Marshall) en los que aparecen fisuras llenas de magma y minas de diamantes asociados a volcanes que entran en erupción; o en la novela de E. Rice Burroughs La tierra olvidada por el tiempo llevada al cine en1975 por K.Connor, una tierra llamada Caprona, con dinosaurios y actividad volcánica. Un volcán ha mantenido con vida a una aislada sociedad vikinga en una isla del Ártico, hasta el siglo XX, en La isla del fin del mundo (1974, R. Stevenson).

Otra tierra cálida y oculta en el Ártico, donde la vida abunda gracias a un volcán, que se está enfriando y que tiene una mina de oro, es La Tierra de Sannikov (1974, A. Mktchyan, L. Popov). Y Bomba, el chico de la jungla (un remedo de Tarzán, protagonizado por el actor que interpretaba al hijo de éste) debe salvarse de una erupción en una ciudad oculta en la jungla en El volcán perdido (1950, F. Beebe). También un volcán está presente en El mundo perdido (1925, H. O.Hoyt) adaptación de la novela clásica de Arthur Conan Doyle y otro volcán destruirá la isla del Pacífico donde también hay dinosaurios en Lost Continent (1951, S. Newfield) al igual que otra erupción acabará con la fauna prehistórica de Two lost worlds (1951, N.Down).

Actividad hidrotermal asociada a zonas volcánicas

La actividad hidrotermal de Yellowstone se ha recogido documentalmente en cortometrajes mudos a principios del siglo XX (Old Faithful Geyser, Yellowstone Park (No. 1) (1905); Geysers of the Yellowstone (1917, Burton Holmes Travel Pictures) una comedia (Love Among the Geysers; 1912, J. Searle Dawley) y un musical rodado en el parque y titulado Old Faithful (1973, J.H. Winther) , protagonizado por Zero Mostel. También, aunque en un Old Faithful falso, es cocinado el temible hombre langosta alienígena del paródico filme Lobster man from Mars (1989, S. Sheff). Algo similar les ocurrió a una pareja de excursionistas mientras se bañaban en un hot spring, tras una súbita subida de temperatura, antes de la erupción de Un pueblo llamado Dante’s Peak (1996, R. Donaldson).

Vulcanismo espacial

Pero el vulcanismo no se circunscribe a nuestro planeta, apareciendo erupciones en Venus en el filme soviético Planeta de las tormentas (1962, P. Klushantsev),

remozado por Roger Corman en 1965, bajo el título de Viaje al planeta prehistórico; más allá del sistema Solar en Star Trek: en la oscuridad (2013, JJ. Abrams), o magma incandescente en la destrucción del planeta Génesis (Star Trek III: En busca de Spock, 1984, L. Nimoy).

El volcán como escondite

Y el volcán, como lugar para esconderse ha sido usado en uno de los filmes de James Bond, como base de la Organización Spectra en Solo se vive dos veces (1967, L.Gilbert),

corresponden los exteriores al volcán de Shinmoedake en la isla japonesa de Kyūshū; también el villano que se enfrentó a otro agente secreto, Flint, tenía su base en una ficticia isla volcánica Galaxy en el Mediterráneo y que será destruida por una erupción (Flint, agente secreto, 1966, D. Mann) y homenajeado en la parodia Austin Powers: misterioso agente internacional (1997, J. Roach),siendo un volcán la base del archivillano el Dr. Maligno, cuyo Proyecto Vulcano consiste en detonar una bomba nuclear en el centro de la Tierra para provocar erupciones masivas a nivel global. También un volcán en Auckland (Nueva Zelanda) es el cubil de unos maléficos invasores extraterrestres (Under the mountain, 2009, J. King).

La vulcanología y la taquilla

De todos los filmes mencionados no se disponen de las recaudaciones de taquilla, tampoco se han considerado los ingresos por ventas o alquiler de las mismas en diversos soportes; asimismo no hay recaudación directa por audiencia para los productos con destino televisivo. La tabla 1 recoge el coste aproximado del filme, la taquilla en EE.UU. y su ajuste a la inflación al año 2017, y por último la taquilla en España sin ajustar. Estas cifras deben considerarse de manera cualitativa, orientando a si el filme fue o no un éxito en el momento de su estreno y comparando con su coste real, que tampoco ha sido ajustado a la inflación. Una regla no escrita, considera que para que un filme sea considerado un éxito, debe doblar en taquilla el coste de producción en el mercado doméstico (EE.UU. o el país de producción) y triplicar el coste en el mercado mundial. Ello tiene su lógica, puesto que al propio coste de producción debe añadírsele los costes de promoción y distribución.

La vulcanología no ha tenido grandes éxitos de taquilla, salvo Jurassic World: Fallen Kingdom y la trilogía de El señor de los anillos, aunque éstas corresponden más a una película con volcanes y no de volcanes. Así Al este de Java apenas recaudó 1,5 M€ en 1968, con un presupuesto para efectos especiales de 2,5 M€ (Wikipedia contributors, 2020), cuando ese año 2001 una Odisea del espacio recaudó 50,85 M€. Tampoco El Diablo a las cuatro, cuya taquilla doméstica sin ajustar de 3,8 M€ no cubrió los gastos de producción. Ni El día del fin del mundo, en plena época de cine catastrófico. En los años 90, se produjeron simultáneamente dos filmes, Volcano y Un pueblo llamado Dante’s Peak, sin alcanzar el éxito en EE.UU. o a nivel internacional, con una taquilla conjunta mundial no llega ni a doblar el coste. Curiosamente en España las taquillas de estos dos filmes fueron similares, en torno a 4,5 M€. El último intento hollywoodiense, Pompeya, también supuso un completo fracaso. A nivel asiático, Ashfall sí ha supuesto un éxito de taquilla en Corea del Sur, con 51 M€.

Tabla 1. Taquillas de filmes relacionados con el vulcanismo, en millones de € (M€) (1) incluye la estadounidense. Datos procedentes de mojo box office, Imdb, ICAA y Wikipedia.

Conclusiones

La vulcanología ha sido abordada en los medios audiovisuales desde el punto de vista documental, tanto en noticiarios como en largometrajes (22 % de estos últimos, consultados), y desde la ficción. En este último caso, hay películas de volcanes y películas con volcanes; así las primeras tratan erupciones reales o ficticias, históricas o contemporáneas, mientras que en las segundas el volcán no tiene un peso protagónico, sino que es una herramienta, un suceso más, un lugar para desarrollar la historia.

En general los campos de la geología asociados a fenómenos catastróficos como es la vulcanología suelen emplear en sus argumentos sucesos verídicos para dotar de mayor dramatismo al filme, apoyados a su vez en notables efectos especiales, fundamentales en armar esa visión de estos fenómenos para el espectador. Todo ello confiere una espectacularidad pero también una función didáctica. Los avances de la infografía a partir del siglo XXI, ha permitido abaratar costos y poner al alcance de películas modestas, efectos espectaculares que anteriormente, con métodos físicos, conllevaba una buena parte del presupuesto.

El género documental siempre ha buscado transmitir la espectacularidad y peligrosidad de las erupciones. El cine de ficción ha abordado erupciones reales históricas- en especial la que cubrió Pompeya- como contemporáneas, y sobre estos ecos y reminiscencias en el subconsciente del espectador se han construido filmes con erupciones inventadas que abarcan también desde tiempos históricos a la actualidad, mezclando mitos y leyendas, fantasía, monstruos y viajes espaciales. A ello ha contribuido la adaptación de novelas de aventuras de finales del siglo XIX a inicios del XX. A nivel comercial, aunque han tenido una notable presencia en las pantallas, las películas sobre erupciones volcánicas en fechas más recientes no han supuesto el éxito que se esperaba, lo que ha llevado a estos filmes a ser confinados en el medio televisivo y en producciones de baja calidad fílmica.

Bibliografía

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  • Wikipedia contributors (2020, June 27). Krakatoa, East of Java. In Wikipedia, The Free Encyclopedia. Retrieved 11:47, September 20, 2020.
  • Carteles procedentes de Filmaffinity/IMDb