Tipos de aludes

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Aunque los aludes no estén clasificados como uno de los riesgos naturales más importantes, no por ello dejan de suponer un riesgo natural.

Podemos clasificar los aludes en función del grado de cohesión de la nieve.

Aludes de nieve reciente

Se producen durante o poco después de intensas nevadas. Estos aludes pueden ser de nieve seca o húmeda.  La nieve seca se mantendrá así si desde la última nevada la temperatura ha subido, ya que no se habrá transformado y tendrá poca cohesión. Por el contrario, la nieve húmeda presenta un alto grado de cohesión.

Este tipo de aludes presentan una zona de salida puntual, con pendientes de 35º  y 17º, y se producen debido a una pérdida de cohesión de la capa superficial por sobrecarga o por un aumento de la temperatura.

Los aludes de nieve seca son muy rápidas, con velocidades superiores a los 60km/h, y destructivas formando depósitos en forma de bolas o bloques redondos. Puede arrasar bosques, casas, remontar laderas y originar la muerte por asfixia.

Aludes de fusión

Se producen a finales del invierno y en primavera ya que son debidas a la fusión del manto de nieve cuando la temperatura aumenta notablemente por encima de los 0ºC o en caso de lluvia. La nieve es húmeda y pesada, con una densidad entre 90-180 kg/m3.

La zona de salida generalmente es puntual y su trayectoria se adapta al relieve del terreno. Alcanzan velocidades de deslizamiento de entre 30 y 100km/h, pero no por ello dejan de ser peligrosas.

A veces, puede llegar a deslizarse todo el espesor del manto hasta el suelo, arrastrando barro, rocas, árboles, matorrales, etc. Éstas son las avalanchas de fondo, que se producen en laderas entre los 30º y 45º y en la zona de llegada forman depósitos de aspecto redondeado.

Aludes de placa

Se producen por la existencia de discontinuidades en el manto de nieve, hay una alta cohesión de la nieve con densidades entre 140 y 290 kg/m3, pero débilmente adheridas a la superficie del terreno sobre las que reposan. El resultado es el deslizamiento de las capas superiores, por encima de una capa de baja cohesión. El espesor de las capas desprendidas puede ser de varios metros y el fenómeno desencadenante puede ser la sobrecarga debida al peso de la nieve fresca o al paso de un esquiador.

La zona de salida es lineal y en la de llegada se forman depósitos con bloques compactos de grandes dimensiones. La velocidad de desplazamiento puede oscilar entre los 20-50km/h

Boletín de Aludes

Los aludes no se pueden evitar. Por eso en los lugares donde se practican deportes de montaña, los servicios meteorológicos correspondientes publican unos boletines de aludes (o boletines de nieve) donde se valora el riesgo de aludes en una zona determinada, de acuerdo a una escala de peligro. Estos boletines son elaborados a partir de datos obtenidos diariamente a través de medidas sobre el terreno.

Clasificación morfológica internacional de las avalanchas según normas de la UNESCO

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