Daimiel, Aral, el desarrollismo y la especulación decimonónica

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Entre ayer y hoy se ha publicado en el diario El País y en primera página la lamentable situación de Las Tablas de Daimiel, declaradas Reserva de la Biosfera en 1980 y prontas a la desaparición, como,según El País, afirma Medio Ambiente.

Los investigadores del Instituto Geológico y Minero de España no venden humo, aunque si lo preveyeron y avisaron en 2007 de lo que sucedería. ¿y que medidas se tomaron? claramente insuficientes. Pero ¿es posible tomar medidas? Como afirma Luis Moreno (IGME) en el artículo de El País “El proceso es casi irreversible. El daño está hecho y no es recuperable. Llegamos tarde. Cuando el invierno pasado decidían si iba a haber un trasvase o no en realidad decidían si iba a arder la turba o no”.

Si en el año 2007 se avisó, resulta cuanto menos llamativo que el Ministerio de Medio Ambiente de Cristina Narbona, como tal, feneció en marzo de 2008, fagocitado por el flamante Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino, donde se encontraba el Ministerio de Agricultura. Esto lleva a una inquietante pregunta ¿pueden llevar las mismas personas los intereses medioambientales y los intereses agrícolas? ¿no es contradictorio? ¿se defienden los mismos intereses a la par? Sin embargo, ello puede resultar una afirmación fácil y gratuita, ya que el problema viene de muy atrás; no olvidemos que en 1985 se secaron los Ojos del Guadiana por primera vez.

Su origen proviene del concepto decimonónico que se tenía de que los humedales y zonas pantanosas eran focos de enfermedades y debían desecarse.

Su origen proviene del concepto decimonónico que se tenía de que los humedales y zonas pantanosas eran focos de enfermedades y debían desecarse. Un interesante artículo de Josefina Cruz Villalón denominado “La agricultura de las zonas húmedas mediterráneas” es muy clarificador en cuanto al auténtico origen de ese concepto: aunque la excusa para drenar y desecar las zonas húmedas era el saneamiento, no se descartaba el aprovechamiento agrícola de los terrenos desecados, coincidente, a su vez, con una fase de crecimiento demográfico que precisaba ampliar la superficie cultivada a costa de la inculta (igual ocurrió con sierras y bosques deforestados). Asimismo se privatizaron las tierras objeto de dicha desecación. Si esto era así en Europa a finales del siglo XIX, en la España del desarrollismo franquista se añadía una variante socio-política: la gente con trabajo y dinero en el bolsillo daría menos problemas al régimen y sería más agradecida. Y no olvidemos que el concepto del Medio Ambiente surge en el último cuarto del siglo XX.

Otro ejemplo de esta utilización de grandes proyectos desarrollistas, en sistemas totalitarios, y que causan la destrucción medioambiental en la búsqueda de un bienestar económico de la sociedad lo supone el Mar de Aral. En los años del imperio soviético, se decidió emplear las aguas de los principales rios (Amu Darya y Sir Darya) que alimentaban el mar de Aral para cultivar grandes superficies de algodón. Resultado:la superficie del mar de Aral se ha reducido actualmente en un 60%, y su volumen en casi un 80%. Los paisajes postapocalíticos de barcos pesqueros y cargueros varados en medio de un desierto que hace 40 años era el fondo del cuarto lago mayor del mundo posiblemente tendrán su versión española en secarrales con restos astillados de barcas de quilla plana, mientras los carteles informativos de las Tablas se corroen y deshacen como esas banderas deshilachadas que se mecen en las gasolineras abandonadas.

¿Podemos otorgarle el papel de malo a alguien? ¿a quienes se han beneficiado de la explotación de los acuíferos que alimentaban a las Tablas?

¿Podemos otorgarle el papel de malo a alguien? ¿a quienes se han beneficiado de la explotación de los acuíferos que alimentaban a las Tablas? ¿a quienes implantaron los regadíos allá en los años 60? ¿a las explotaciones ilegales? ¿a quién debía crear alternativas a las explotaciones agrarias en las comarcas? ¿a quienes consideraron adecuado el riego de viñas? ¿a quien pensó que lo mejor era traer agua de fuera y pasarle el problema a otros? ¿a la falta de agilidad administrativa en aplicar los planes?. Hay un dicho español muy adecuado: entre todos la mataron y ella sola se murió.

La triste realidad es que la UNESCO descatalogará este, en épocas no muy lejanas, espacio húmedo singular. Al menos, con la crisis del ladrillo no será aprovechado para construir urbanizaciones con nombre ecológico o nobiliario tipo ” Urbanización el Paraíso de las Tablas”, “Las tablas Club de Golf”, “Las Tablas del Duque”, “Daimiel Water resort” … ¿o tal vez sí?.