Subsidencia. El geólogo que se cayó en un agujero

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Autora: Ana Artalejo López | En el año 2009 mientras investigaba los hundimientos del Mar Muerto, el geólogo Eli Raz acabó en el fondo de uno de estos agujeros al producirse su colapso repentino.

Los hundimientos de la corteza pueden deberse a numerosos factores tanto naturales como antrópicos. Principalmente se deben a la disolución subterránea, a la compactación, al colapso en galerías y, en menor medida, a la tectónica.

Debido a que estos procesos actúan muy lentamente no suele haber víctimas mortales pero sí suponen altos costes por daños materiales cuando se localizan en zonas urbanas.

Existen ejemplos en todo el mundo entre los cuales destaca el caso de la ciudad de México, fundada sobre el lago Texcoco en el año 1325. Su hundimiento, se produjo en  primer lugar por la consolidación de las arcillas del fondo del lago. Actualmente se debe a la sobreexplotación de sus acuíferos.

Otro ejemplo es la ciudad de Venecia, además de sufrir los efectos de la subida global del nivel del mar, está afectada por una importante subsidencia debido a la extracción indiscriminada de agua subterránea.

Pero no es necesario viajar tantos kilómetros para encontrar ejemplos de subsidencia. En España hace apenas diez años tuvo lugar un hundimiento por las obras del metro de El Carmel en Barcelona que afectó a más de 500 viviendas.

Por otra parte, los efectos de la subsidencia nos han dejado paisajes tan bellos como el del Gran Agujero Azul de Belice. ¿Quién sabe si dentro de unos millones de años los pozos de hundimiento del Mar Muerto no darán lugar a una escena parecida?