El teletrabajo y su posible aplicación en el campo de las Ciencias de la Tierra y del medio ambiente

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TIERRA Y TECNOLOGÍA Nº 16-17: Autor: Carlos Busón Buesa. Licenciado en Ciencias Geológicas, profesor en el Curso de Nuevas Tecnología y Educación en la UNED. Asesor del proyecto CEMA VI de Nuevas Tecnología de la Comunidad de Madrid.


El avance de las telecomunica­ciones está permitiendo desarro­llar las bases de lo que consti­tuirá en un futuro próximo una nueva forma de trabajar, y que supondrá un cambio radical en los métodos de tra­bajo en la nueva era de la información. A través de los siglos, el hombre desarrolló trabajos adaptados a su tiempo; así como la alfarería era una industria vital hace 2000 años, hoy en día se encuentra restringida al ámbito artesanal. Miles y miles de tipos de tra­bajos se crearon y desaparecieron a medida que los tiempos lo requerían. De esta forma se perfeccionaron los medios y los métodos de trabajo. Apa­rece ahora una nueva forma de trabajo en un futuro inmediato: el teletrabajo, una nueva forma de entender la activi­dad laboral que se desarrollará a través de las redes de comunicaciones tele­máticas. A continuación se analizarán algunos de los pros y contras de este radical cambio en la forma de trabajar y la manera en que este cambio puede afectar a la sociedad. En 1973 Jack Niles, definió el término telecommuting o telework. Propu­so que el ser humano podría aplicar la telemática a su propio proceso produc­tivo y el desplazamiento de la produc­ción por la vía de las telecomunicacio­nes.

Figura 1.

Existen diversas definiciones de lo que es el trabajo, entre las muchas se pueden destacar la de Francesco Fedi: «trabajo a distancia con el auxilio de la tecnología informática», o la de Vitto­rio Frosini: «Prestación flexible del trabajo mediante el uso de servicios te­lemáticos», Según la Oficina Interna­cional del Trabajo de Ginebra (BIT) el teletrabajo es: <<Forma de trabajo efectuado a largas distancias de la oficina central o del centro de producción que implementa una nueva tecnología que permite la separación y facilita la co­municación>>.

Para la Unión Europea el concep­to de teletrabajo se relaciona con «…to­das las sustituciones del viaje al pues­to de trabajo por la utilización de las telecomunicaciones y por las tecnolo­gías de la información relacionadas con ellas…», y añade que tiene que ver con «…todo tipo de interacciones rela­cionadas con el trabajo que se desarro­llan por medios electrónicos».

Dejando las definiciones de lado, la nueva revolución tecnológica de fi­nal de este siglo nos ha traído al mundo occidental desarrollado lo que se suele denominar la sociedad de la in­ formación y la automatización. Mu­chos trabajos que antes eran necesarios en países avanzados se han desplazado hacia países en vías de desarrollo, mientras que los trabajadores de las sociedades más desarrolladas se están convirtiendo a marchas forzadas hacia trabajos basados en la tecnología y la información. Con este nuevo proceso productivo actualmente ligado a la in­dustria de servicios, se puede, en teoría, realizar cualquier trabajo que re­quiera elaborar y procesar la información y realizarlo desde cual­quier punto de nuestro planeta y en­viarlo rápidamente a su punto de desti­no. El poder enviar un trabajo a miles de kilómetros de distancia en pocos segundos y a un bajo coste es algo real­ mente atractivo para el mundo empre­sarial.

el trabajador tendría una mayor liberad de horario

El nuevo trabajador estaría desli­gado de la clásica oficina y pasaría a desempeñar su trabajo desde su hogar. Esto no es ninguna novedad, ya que al­ guna que otra vez el trabajador cualifi­cado ha llevado el trabajo a casa. Teó­ricamente, con esta nueva fórmula, el trabajador tendría una mayor libertad de horario y las empresas verían nota­blemente reducidos sus costes de in­fraestructura.

Las empresas verían notablemente reducidos sus costes de infraestructura

Lo que está llevando a muchas empresas a adaptar sus sistemas de tra­bajo es la enorme reducción de costes que eso conlleva. Diversas empresas punteras, tanto en Estados Unidos co­mo en Inglaterra, ya emplean esos sis­temas, en donde amplios sectores pro­ductivos de la población realizan sus trabajos desde casa y diversas empre­sas están adaptando muchos de sus puestos de trabajo hacia este nuevo ti­po de relación trabajador-empresa. El trabajador del futuro deberá convertirse en un generalista especialista, es decir ser un trabajador muy cualifica­do que sea polivalente y flexible y que sea capaz de adaptarse a las necesidades del trabajo, siendo además un ex­perto en diversos campos del trabajo a realizar. Lo que el mundo empresarial nos pide es el trabajador perfecto. Esto como es lógico puede conllevar ciertos rasgos asociados, fin del trabajo fijo, reducción de la protección social, etc. Adaptarse será el objetivo del trabaja­dor para poder trabajar o no.

La Unión Europea en su libro blanco de diciembre de 1993, ha dado gran prioridad al desarrollo del teletra­bajo, poniendo en marcha diversos proyectos bajo esta línea de investiga­ción. Se estima que para el año 2000 cerca de 10 millones de europeos realicen este tipo de actividad laboral. Pa­ra obtener más información sobre el te­letrabajo en Europa puede acudirse al foro de teletrabajo (Fig.1) de la Unión Europea. Al final de este artí­culo se incluyen otras direcciones de interés.

Para poder hacerse una idea de la rapidez con la que se está imponiendo esta nueva forma de trabajo en 1995 en los Estados Unidos ya existían unos 8 millones de teletrabajadores represen­tando un 6,6% del número total de em­pleados, una cifra similar es la presen­ta el Reino Unido con un 6,1%. En Estados Unidos se espera que el número de teletrabajadores se incremente hasta unos 20 millones antes del final de siglo. La situación en nuestro país es bastante diferente ya que el número de teletrabajadores no llega a los 100.000, aunque este número se está incrementando rápidamente dada la precarización del mercado laboral.

Los tipos de trabajadores que pue­den efectuar teletrabajo, pueden agru­parse en tres grupos según la manera en que éste se realiza:

  1. El trabajo en casa; el trabajador realiza su trabajo en su casa realizando las labores específicas de su campo profesional. Los profesionales que se incorporan a este tipo son aptos para trabajos que requieran gran autonomía. Algunos de los profesionales que se in­cluyen en este grupo son profesionales libres, consultores, formadores, creati­vos, publicitarios, periodistas, etc.
  2. Los centros de recursos com­partidos; en donde el trabajador puede acudir a realizar alguna función espe­cífica de su trabajo según lo requiera la empresa.
  3. El trabajo móvil; como su nombre indica está adaptado a perso­nas que necesitan una movilidad conti­nua. A través de teléfonos móviles y de ordenadores portátiles el teletrabaja­dor puede enviar los datos desde cual­quier punto en que se requiera sus ser­ vicios, como pudiera ser el caso de un geólogo.

Esto no quiere de­cir que el clásico trabajo de campo desaparecerá, sino todo lo contrario

Por el momento, los puestos de te­letrabajo están ocupados casi exclusi­vamente por profesionales del perio­dismo, informáticos, comerciales, publicitarios, etc. En el Campo de las Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente una buena parte de los profesionales que trabajan en estos campos son autónomos que realizan de una forma u otra, trabajos tanto en la oficina como en sus casas por ello este colectivo tiene altas posibilidades de acogerse a esta nueva formula de trabajo ayudado por los nuevos medios telemáticos. El poder realizar un trabajo en otra provincia o país dejaría de ser una limitación. Esto no quiere de­cir que el clásico trabajo de campo de­saparecerá, sino todo lo contrario ya que el trabajador podrá llevar su orde­nador portátil a cualquier punto y tan sólo con conectarse a la línea telefóni­ca o con un teléfono móvil podrá co­nectarse con su centro de trabajo y en­viar ficheros de datos, imágenes digitalizadas, mapas, etc., reduciendo así los costes de desplazamiento y el tiempo necesario para ello, además conllevará una reducción del coste del mantenimiento de un puesto de trabajo en la oficina que puede ser empleado en más horas de campo. Habría que matizar estas generalidades cada tipo de trabajo que realizan los profesiona­les de las Ciencias de la Tierra, y reali­zar las adaptaciones oportunas, pero técnicamente hoy en día ya es posible.

Con todo, aún cabe la pregunta ¿Qué ventajas e inconvenientes tiene este sistema para el trabajador y para la empresa? Diversos estudios efectuados a grupos de teletrabajadores y empre­sas han llegado a las conclusiones que se expresan en la Tabla l. Sin caer ni en un extremo ni en el otro, y dejando aparte los pros y con­ tras, podemos afirmar que el teletrabajo se convertirá en un futuro no dema­siado lejano en una nueva forma de in­corporarse al mundo laboral, tanto pa­ra nuevos profesionales como para los más veteranos. Desgraciadamente, son los resultados de las empresas lo que más cuenta.

Trabajar con la tecnología, no para la tecnología; esta debe estar a nuestro servicio no, vice­versa

Las nuevas posibilidades que nos brinda la tecnología están a la vuelta de la esquina; que habrá que aceptarlas, con todas sus ventajas y evitando todos sus inconvenientes. Trabajar con la tecnología, no para la tecnología; esta debe estar a nuestro servicio no, vice­versa.

Para ampliar más estos temas, existen algunas direcciones en Internet que contienen abundante información sobre el teletrabajo y sus posibilidades, tanto para el trabajador como para la empresa, que se han reflejado en la Ta­bla 2.

Tabla 1. Ventajas e inconvenientes del teletrabajo para los trabajadores y las empresas.
Tabla 2. Direcciones de Internet en donde se puede ampliar información sobre el teletrabajo.