Desde la antigüedad el hombre ha realizado actividades mineras. Primero a través de las industrias líticas con los fragmentos de rocas y minerales que se utilizaban como herramientas o armas. En las edades del cobre, bronce o hierro la extracción de los metales y su posterior refinamiento y combinaciones dio lugar a la metalurgia.
La minería es una de las industrias más antiguas de la humanidad
La historia de la minería y de la geología van de la mano en la búsqueda de recursos naturales, exploración y aprovechamiento. Se podría decir por tanto que la minería es una de las industrias más antiguas de la humanidad.
En la Revolución Industrial la minería jugó un papel determinante y en el siglo XX se aceleró el proceso vertiginosamente sobre todo unido a los avances técnicos. Atrás quedaron los años de la ‘fiebre del oro’. Hoy en día la industria minera extrae anualmente 40.000 millones de toneladas brutas correspondientes a más de 100 minerales y rocas distintos que se comercializan en todo el mundo y que resultan fundamentales en nuestra vida diaria.
Por ejemplo, el ordenador con el que trabajamos continuamente tiene componentes de cobre y de aluminio. La misma línea ADSL por la que nos conectamos a Internet funciona a través de un hilo de cobre. A veces esta conexión de la minería con nuestra actividad cotidiana no es del todo bien entendida por la sociedad y –lo que es más preocupante— por la clase política. Son frecuentes las noticias sobre cierres de minas o yacimientos y existe una airada respuesta social a la reapertura de extracciones o actividades mineras localizadas. En otro plano, el fomento de leyes restrictivas con la actividad minera en aras de la protección medioambiental es habitual.
Importar minerales de China o Brasil tiene mayor impacto medioambiental que explotar los recursos propios
Sin embargo, los recursos mineros poseen un valor localizado: los yacimientos están donde están y no se puede cambiar la ubicación como si se tratase de una fábrica. Hoy en día, la Unión Europea sigue demandando productos mineros e importarlos de China o Brasil solo incrementa el impacto ecológico y el precio que se paga en el mercado.
En este contexto, el papel del geólogo es fundamental, aunque ha ido cambiando a lo largo de los años. En las primeras décadas del siglo XX, la geología estaba aún en desarrollo y sus principios se aplicaban de una manera más testimonial, pero hoy en día el papel del geólogo está en la base de las decisiones de cualquier compañía minera. Criterios geológicos de prospección, cartografías geológicas., testificación de sondeos, modelos geológicos, estudios de rocas y minerales, estimación de reservas o estudios geotécnicos son algunas de las funciones que realiza un geólogo minero.
Existen dos grandes campos de especialidad en la minería no energética: la minería metálica y la minería de rocas y minerales industriales. Los geólogos manejan hoy los sistemas de información geográfica, los sensores remotos, la fotogeología, la geofísica o incluso actualmente los drones. Gracias a las innovaciones tecnológicas, los estudios de impacto ambiental y los proyectos de rehabilitación de las zonas afectadas por la actividad minera, se han reducido considerablemente el impacto medioambiental de la minería.
Hay una cierta demagogia de algunas plataformas y grupos medioambientales, que se oponen sistemáticamente a la actividad minera
La gestión minera sostenible está ahí. Existen normas UNE únicas en Europa, que son cada vez más utilizadas por las empresas mineras españolas, lo que contribuye a un modelo de explotaciones mineras compatible con el medio ambiente y con el entorno social. La imagen tradicional de la minería como actividad contaminante y de fuerte impacto en el entorno está desfasada. No hay ningún proyecto minero hoy en día que se plantee sin un escrupuloso respeto por el medio ambiente.
Hay una cierta demagogia de algunas plataformas y grupos medioambientales, que se oponen sistemáticamente a la actividad minera, alertan a la población con argumentos poco contrastados y acaparan la atención mediática. Existen estudios que vinculan el aumento de la demanda de minerales a la reducción de carbono. Minerales como el litio, cobalto, cobre o manganeso podrían incrementar su demanda un 1000%.
La minería es además una fuente considerable de empleo para la profesión tanto en España como en todo el mundo. Cada vez más empresas a escala mundial demandan profesionales de la geología bien formados. El aumento del precio de los metales y el aumento de la demanda social (por ejemplo, la demanda de baterías para móviles y vehículos causa una extraordinaria demanda de litio), hace que la exploración de los recursos minerales esté creciendo exponencialmente.
No hay que olvidar tampoco el campo de la investigación relacionada con los recursos minerales, sus usos actuales y futuros o su reciclado, que mueven las nuevas tecnologías y donde los geólogos son fundamentales. Mientras las sociedades modernas demanden productos derivados de la actividad minera, el geólogo seguirá siendo imprescindible.