Gigantes volcánicos

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Autora: Andrea Casado | Todos estamos familiarizados con los volcanes. Siempre tenemos en la mente la imagen de una montaña con un cono en la cima, que de vez en cuando expulsa lava y humo, y de vez en cuando hay tragedias a su alrededor.

Los supervolcanes no encajan en esa imagen. Éstos son volcanes pero a lo grande: sus cámaras magmáticas son mil veces más grandes que las cámaras magmáticas normales, y las dimensiones de sus cráteres alcanzan del orden de los 100 km, pero lo más llamativo de éstos es, obviamente, su alto poder destructivo.

En realidad un supervolcán no es un volcán más grande, sino que se distinguen por la cantidad de material expulsado en una erupción o por ser una gran provincia ígnea. Esto último significa que en un período corto de tiempo (en millones de años), una gran cantidad de material volcánico se asienta en un mismo lugar.

Se considera erupción masiva a todo aquella erupción que pueda alcanzar un 8 en el índice de explosividad volcánica. Una erupción de esas dimensiones podría arrasar miles de kilómetros a la redonda, y los materiales expulsados, tales como cenizas, podría cubrir lugares muy alejados del centro de la explosión.

Quizás el supervolcán más conocido sea el de Yellowstone. Situado en Wyoming, EEUU, es responsable de la actividad volcánica en tres estados más. Está ligado a una pluma del manto, que alimenta la cámara magmática, aunque recientemente se ha descubierto bajo la cámara principal otra cámara más grande que la anterior, que explicaría la cantidad de gases y material que expulsa actualmente, que previamente se desconocía. La última erupción catastrófica conocida de éste supervolcán se dio hace 640.000 años, y la última actividad volcánica, hace 70.000. Aunque se prevé que se reactiven los volcanes, una explosión catastrófica inminente es poco probable de momento. Una erupción del supervolcán arrasaría EEUU y cubriría de ceniza buena parte del mundo, causando un invierno volcánico.

El Lago Toba es otro supervolcán situado en la isla de Sumatra, Indonesia. La última erupción registrada de éste supervolcán fue hace 69.000-77.000 años, y existe la teoría de que ésta erupción causó la muerte de la mayoría de los humanos que vivían en aquella época, causando un cuello de botella en la especie humana, y que ésta evolucionara principalmente de África.

La zona volcánica de Taupo, en Nueva Zelanda, se considera también un supervolcán, y varios de sus volcanes más pequeños han tenido explosiones históricas en las que se superaba el índice de explosividad volcánica de 8, una de ellas es la más reciente que se ha registrado.

Aunque éstos son los gigantes volcánicos, no hay que olvidar la existencia de otros más pequeños, que, si bien no alcanzaron un nivel de explosividad tan grande, sus efectos fueron devastadores o más cercanos a la línea temporal actual, como es el caso del Krakatoa o el Mt. Santa Helena.