Autora: Isabel Victores | Olot, capital de la comarca de la Garrocha, es un municipio español de la provincia de Gerona, Cataluña, más conocido por el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrocha.
Podemos situar el origen de la zona en el Mioceno superior, momento en el que se inicia un proceso extensivo en el sector occidental de la placa euroasiática. Como consecuencia de los esfuerzos distensivos que tuvieron lugar, se desarrolló una estructura de tipo rift de más de 2.000 km de longitud, dónde se reconocen una serie de fosas y bloques consecuencia del movimiento de grandes fallas normales.
Los magmas aprovecharon estas discontinuidades en la litosfera para ascender hasta la superficie. Así, encontramos numerosas manifestaciones volcánicas asociadas, las más importantes se concentran en Alemania, Francia y en Cataluña.
El vulcanismo de la zona de la Garrocha es, a día de hoy, un vulcanismo inactivo aunque no extinguido. En la zona se reconocen un total de 40 edificios volcánicos, los cuales pueden agruparse en dos conjuntos. El principal núcleo volcánico se situaría en el sector norte y constaría de 28 edificios, mientras que el sector sur solo constaría de una decena de ellos, aunque de mayores dimensiones.
La actividad volcánica en esta zona durante el Cuaternario tiene lugar de forma esporádica desde hace 350.000 años hasta unos 11.000 años, produciéndose un episodio eruptivo cada 15.000 a 20.000 años según las dataciones existentes.
La actividad eruptiva que dio lugar a la formación de los volcanes de la zona combina fases efusivas, estrombolianas y freatomagmáticas. Referente a los materiales que se formaron como consecuencia de esta actividad efusiva debemos mencionar las coladas de lava, que debido a su viscosidad abarcaron decenas de kilómetros, además de una gran diversidad de depósitos piroclásticos cuya granulometría viene controlada por la violencia de la explosión, desde tamaño de bloques a lapilli.
Debido a la composición de los magmas y a la escasa presencia de volátiles primarios, se dedujo que la efusividad de las explosiones fue debida a la interacción de los magmas con agua meteórica.
Con todo ello, podríamos decir que una reactivación en la zona volcánica supondría la destrucción de los alrededores, debido a la efusividad volcánica y a los materiales resultantes, descritos anteriormente. Además se trata de un lugar con gran importancia turística por lo que se ha continuado ampliando las zonas de residencia en los alrededores, y las perdidas serían aun mayores.