El ICOG en la XIII Semana de la Ciencia de Madrid

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Tierra y Tecnología nº 44 | Segundo semestre de 2013 | El ICOG ha participado desde su inicio en las actividades de la Semana de la Ciencia de Madrid. Nuevamente, en el mes de noviembre de 2013, intervino con dos tertulias del Geoforo en la sede del Colegio de Geólogos en Madrid, dentro de la XIII Semana de la Ciencia.

Las dos tertulias programadas fueron muy inte­resantes, concretamente la celebrada el 14 de noviembre, pues estaba, y está, muy de actualidad el tema del almacenamiento de gas y la crisis energética.

1ª Tertulia. La espectacular obra del arquitecto Antonio Palacios en Madrid. Edificios, piedras y canteras

El jueves 7 de noviembre se celebró esta atractiva tertulia, con los ponentes Fernando de Castro, arquitecto, presidente del Centro Gallego de Madrid y comisario de la exposición itinerante que hubo sobre Antonio Palacios, y Elena Mercedes Pérez Monserrat, geóloga del Instituto de Geociencias IGEO (CSIC-UCM). En la sala, repleta de asistentes (figura 1), se habían colgado varios paneles fotográficos sobre la obra de Palacios en Madrid.

Antonio Palacios Ramilo (Porriño, Pontevedra, 8 de enero de 1876-El Plantío, Madrid, 27 de octubre 1945) ha sido uno de los arquitectos más destacados en el Madrid de principios del siglo XX. Una figura singular que merece toda la atención de aquellos que les interese la historia de la arquitectura y la historia de Madrid.

La tertulia la comenzó Fernando de Castro (figura 2) leyendo un escrito suyo sobre la personalidad y principios del arquitecto gallego, que fue muy interesante. Al parecer de los que conocieron a Antonio Palacios, era éste un hombre modesto, retraído, extraordinariamente agradable, bohemio, desordenado, poéticamente desbordado siempre por su capacidad imaginativa. Sobre todo, capaz de arrebatar con su entusiasmo y fecundidad de ideas constructivas el ánimo de sus clientes, que acababan siendo, según se dice, los mayores defensores de su arquitectura.

Destacó, igualmente, lo que en el campo de la arquitectura sucedía en el mundo en aquel momento en que construía Palacios, en el que con sus gentes mayormente distinguidas, habrá de ser recordado aquí con la más extremada brevedad. Las tendencias más significativas de la época pudieran ser, por ejemplo, en América, la Escuela de Chicago; en Europa, el “Art nouveau”, Modernismo, Liberty, Secesión, Jugenstil.

De Castro destacó que la arquitectura de Antonio Palacios ocupa una de sus más señaladas capitanías de la arquitectura española de la época. Sería importante buscar sus vinculaciones con estos estilos y gentes o sus diferencias, qué significación se le puede buscar, sin duda, en más de una ocasión, a la originalidad constructiva de Palacios y su atadura a las cavilaciones más importantes de la arquitectura del tiempo moderno.

semanaCTT4402En la segunda parte de su intervención, el presidente del Centro Gallego destacó la belleza y gran valía arquitectónica de varios de los edificios más singulares del arquitecto Palacios en Madrid, como el Círculo de Bellas Artes, el Palacio de Comunicaciones (hoy Ayuntamiento de la capital), la casa Matesanz, las casas del Conde de la Maza y de don Demetrio Palazuelo y los Talleres del ICAl, casi en el mismo tiempo, el Banco del Río de la Plata (hoy sede del Instituto Cervantes) y el Hospital de Jornaleros de Maudes.

El Palacio de Comunicaciones fue el primer proyecto que realizó Palacios al terminar la carrera. Lo hizo en colaboración con su compañero de estudios Joaquin Otamendi. Muestra un exterior con fuerte influencia del gótico salmantino y los Entretiens de Viollet-le-Duc, aunque en el sistema estructural y la búsqueda de sinceridad en los acabados interiores así como en el mobiliario, se vislumbran influencias de Otto Wagner, de quien Palacios era un entusiasta, y la secesion vienesa, y de las vanguardias arquitectónicas del momento.

En conjunto, el Palacio de Comunicaciones denota las influencias de la monumentalidad de la arquitectura norteamericana, de las composiciones volumétricas de la arquitectura francesa, de las reminiscencias de la arquitectura medieval española en los detalles decorativos y en el tratamiento de la piedra. El edificio fue concebido con criterios de racionalidad y funcionalidad; su gran patio interior facilitaba el tránsito hacia los servicios generales de correos, telégrafos y de telefonía que se instalaron en la planta baja, mientras que las plantas superiores se reservaron para tareas administrativas, para las oficinas de la dirección, la cartería y una sala de telégrafos que conectaba directamente con la antena del edificio, que alcanzaba nada menos que 70 metros de altura, contando con la altura de la torre central.

Del Círculo de Bellas Artes manifestó que en su fachada, Palacios, que fue un monumentalista ejerciente, exploró la diferenciación al exterior de los usos interiores, explicando en altura los distintos volúmenes según su función, lo que convierte esta fachada en mucho más dinámica que otras edificaciones colindantes, sin perder su carácter reinterpretativo de los órdenes clásicos. En esta obra realiza una aproximación personal al problema compositivo del edificio en altura, mediante un esquema orgánico en el que cada planta y cada uso muestran su volumen y carácter al exterior, usando una regla decreciente en altura que culmina en la torre de los estudios. El ambicioso programa, sugerido por el propio Palacios, convertía al edificio en una “ciudad en miniatura”, con una clara referencia a los transatlánticos que proliferaban por aquella época. El remate de la torre de manera asimétrica y el distinto tratamiento que hace en sus dos fachadas es un ejercicio de profesionalidad que nos enseña a los arquitectos de hoy, más que muchos libros.

De los edificios de las calles Mayor y Gran Vía, hay que destacar el del nº 27 de la Gran Vía: la Casa Matesanz. Es un edificio cuya construcción finalizó en el año 1923 y su estilo arquitectónico está fuertemente influenciado por la Escuela de Chicago. Su nombre procede del apellido del primer propietario del edificio, la firma comercial Casa Matesanz, que proyectó el edificio como uno de los primeros centros comerciales al estilo estadounidense para la instalación en su interior de tiendas, despachos y oficinas. En este edificio, Palacios supo utilizar los nuevos materiales de su época combinándolos con su concepto monumentalista, sin caer en el puro eclecticismo, recogiendo todas las influencias de herramientas de su particular estilo, digno de estudio aparte y de un mayor reconocimiento dentro de la historia de la arquitectura del siglo XX.

semanaCTT4403Por último, Fernando de Castro manifestó la sorprendente falta de sensibilidad de las autoridades de Madrid, al no tener ningún recuerdo público de Antonio Palacios en la capital, como podía ser un pequeño busto delante de alguno de sus emblemáticos edificios. Parece que, aunque sin pretenderlo, se continúa con la falta de delicadeza que Madrid tuvo con la obra del arquitecto gallego cuando en el año 1970, el alcalde de Madrid Carlos Arias Navarro, ordenó el desmontaje del templete del metro de la Red de San Luis (hoy estación de Gran Vía), para donarlo al Ayuntamiento de Porriño, donde fue colocado en un pequeño parque público. Hubo otro templete similar en la Puerta del Sol, obra también de Palacios, con un planteamiento muy similar al de la Red de San Luis, que fue demolido en 1933, en virtud de una orden de la Dirección General de Ferrocarriles. Todo un despropósito para quien ha sido uno de los arquitectos más relevantes del panorama arquitectónico madrileño del siglo XX.

Llegado el turno de intervención de la investigadora Elena Mercedes Perez Montserrat (figura 3), se pasó a tratar los materiales pétreos que Antonio Palacios utilizó en su obra madrileña. Elena es una especialista en esta temática pues lleva estudiando el tema desde hace años.

semanaCTT4404Señaló que el escaso desarrollo tecnológico de la época de Palacios y su preocupación por la artesanía y los oficios tradicionales, le llevaron a definir un estilo basado en el proceso constructivo artesanal y a colocar la piedra directamente, sin desbastar ni ornamentar. Palacios pretendió sacar el máximo partido expresivo de la presentación directa de la piedra, unificando sus construcciones mediante el empleo de un único material. Según decía el arquitecto, la piedra era esencial para reconocer la grandiosidad de un edificio, defendía el empleo de los materiales locales y su reutilización, como apuesta por la identidad de los pueblos y para el saneo económico de las obras. La familia materna de Palacios era propietaria de unas canteras de granito en la zona de Galicia y Antonio se educó en ese ambiente industrial y artesanal.

La materialidad pétrea es una constante en las construcciones de Palacios, fundamentalmente mediante el empleo de piedra tradicional o piedra de cantería, esto es, un material de alta resistencia mecánica que, tras un proceso de elaboración, puede ser utilizado como elemento constructivo, normalmente exento de pulido, conservando su composición y textura originales. Pérez Monserrat señaló que la proximidad ha sido el principal factor que ha condicionado la utilización de la piedra tradicional, estando por un lado ligada al sustrato geológico cercano, y participando, por otro, en la imagen de los pueblos y ciudades que configura.

En los edificios de Madrid, Palacios utilizó principalmente dos tipos de piedra tradicionalmente empleadas en la arquitectura de la región, denominadas de forma genérica “piedra berroqueña” (granito), localizada en la sierra del Guadarrama, y caliza o piedra de Colmenar, aflorante en la villa de Colmenar de Oreja.

El granito generalmente empleado en la ciudad de Madrid procede principalmente de las zonas de Zarzalejo, Valdemorillo y Alpedrete, y su composición es de monzogranitos biotíticos. Es característico de la piedra berroqueña la presencia de gabarros, término que los canteros utilizan para referirse a los enclaves microgranudos negros y morfologías elípticas.
La caliza o piedra de Colmenar se corresponde con los carbonatos lacustres terciarios que se encuentran en las localidades del sudeste de la región madrileña, principalmente entre Colmenar de Oreja, Villar del Olmo y Arganda, y que, en la literatura geológica, se denominan Caliza del Páramo o de los Páramos. Perez Montserrat indicó que Palacios utilizó en el Palacio de Comunicaciones calizas de las canteras de Colmenar de Oreja (Madrid), Petrel (Alicante), Sigüenza y Tamajón (Guadalajara), decidiéndose finalmente por la utilización de las calizas de Petrel y de Colmenar de Oreja. Esta última sólo la utilizó en los zócalos y en determinados ornamentos.

Excepcionalmente, Palacios utilizó rocas extranjeras, como los granitos argentinos que utilizó en el Círculo de Bellas Artes. Otra novedad que introdujo fue el granito pulimentado que utiliza por primera vez en España en las columnas estriadas del Banco del Río de la Plata (hoy Instituto Cervantes) de la calle de Alcalá.

En el turno de preguntas, se preguntó a Elena Pérez Montserrat por la existencia de la casa donde vivió Palacios en Madrid. Respondió que aún existe aunque la propiedad es privada y no hay visitas. Se encuentra en la carretera de El Plantío a la estación de Majadahonda. En esa casa modesta vivió sus últimos años, y en ella murió en 1945, casi ciego y olvidado, acompañado de su esposa. Fue enterrado en la Sacramental de San Lorenzo de El Escorial y, en 1976, sus restos se trasladaron a O Porriño.

Al finalizar la tertulia, los ponentes y el moderador posaron para la memoria del Colegio (figura 4).

2ª Tertulia. La dependencia energética de España: el mercado de gas y su almacenamiento geológico profundo

El jueves 14 de noviembre, con bastante asistentes de público (figura 5), y en plena crisis de la sismicidad de la plataforma Castor, se celebró la segunda tertulia de la Semana de la Ciencia que programó el ICOG. Fue un encuentro con los geólogos Carlos Barat y Juan Carbayo bajo el título “La dependencia energética de España: el mercado de gas y su almacenamiento geológico profundo”. El encuentro fue moderado por el vicepresidente del ICOG y presidente del Geoforo, José Luis Barrera.

semanaCTT4405Juan Carbayo (figura 6), responsable de Gas Markets & Regulation de CEPSA Gas Comercializadora, S.A., hizo en su exposición un repaso al mercado global del gas natural a lo largo de toda la cadena de valor, desde la extracción o upstream, hasta la distribución a los clientes finales o downstream. Carbayo explicó que las dos vías principales para el transporte de gas son mediante gasoductos y en barcos. Este último medio requiere la licuación del gas (GNL) y su posterior regasificación en los puertos de destino.

En este sentido, Carbayo destacó que España aglutina el 45% de la capacidad regasificadora de la Unión Europea y cuenta con siete de las dieciséis plantas de regasificación existentes en el territorio comunitario. No obstante, nuestro país sólo consume el 7% de la capacidad total de regasificación, lo que le sitúa como potencial reexportador. Sin embargo, para que esto pueda suceder, es necesario solucionar los cuellos de botella existentes en las conexiones continentales.

“Europa quiere crear un mercado energético común, algo que se antoja muy difícil debido a intereses económicos y nacionales, pero lo que sí está más cerca de conseguirse es una red de gas perfectamente interconectada, algo que se espera para 2017 o 2018”, afirmó el responsable del área de gas de CEPSA.

semanaCTT4406Carbayo también destacó que las reservas mundiales de gas se han duplicado en los últimos años gracias a la extracción de gas no convencional o shale gas, especialmente en países anglosajones como Estados Unidos, Canadá y Australia. De hecho, existe la posibilidad de que esos países puedan convertirse en un futuro próximo en exportadores de gas. Respecto al gas no convencional, Carbayo reveló lo que se considera una paradoja: Estados Unidos podría llegar a cumplir con los compromisos de Kioto, un protocolo que nunca ha firmado, gracias al fracking, que le está permitiendo reemplazar el carbón por shale gas y, de esta forma, reducir sus emisiones de CO2.

Por su parte, Carlos Barat, director general de Escal UGS, afirmó que el gas no convencional estadounidense ha revolucionado el mercado energético. Tanto es así que se cree que este país podría llegar a cubrir el 80% de su demanda con shale gas. Respecto a los almacenamientos subterráneos de gas, Barat explicó que se trata de una técnica con más de 100 años de antigüedad. “En un principio, se hacían sólo en yacimientos de petróleo o gas agotados y con el fin de cubrir variaciones estacionales en la demanda”, añadió Barat.

El director general de Escal UGS indicó que en todo el mundo hay más de 600 almacenes subterráneos de este tipo y más de la mitad se encuentran en Estados Unidos. En España hay tres almacenes en funcionamiento y otros dos, Yela y Castor, en fase de inyección de gas colchón para acondicionarlos. Sin embargo, en comparación con países de nuestro entorno, como Alemania, Francia o Italia, la capacidad de almacenamiento de gas natural de España es muy reducida: España tiene capacidad para almacenar gas equivalente a 21 días de demanda, pero su extracción completa requeriría 135 días, mientras que en otros países europeos la capacidad de almacenamiento es mucho mayor y el tiempo requerido para su extracción está por debajo de los 60 días.

semanaCTT4407Desde el punto de vista geológico, Barat describió los diferentes tipos de almacenamientos subterráneos que existen en: yacimientos agotados, acuíferos, minas abandonadas, minas de sal y cavernas rocosas. Cada uno tiene sus peculiaridades y su utilidad. Así, los almacenes en minas de sal y cavernas pueden usarse para cubrir picos de demanda porque su extracción es más rápida, mientras que los almacenes en acuíferos y, sobre todo, en yacimientos agotados, se utilizan como soporte para cubrir las necesidades energéticas durante el invierno.

Por último, el director general de Escal UGS puntualizó que en España el ciclo de uso de los almacenes subterráneos está regulado por el Ministerio de Industria, que establece el periodo de abril a octubre para la inyección de gas y el periodo de noviembre a marzo para su extracción y consumo. No obstante, Carlos Barat subrayó que España necesita dotarse de una mayor capacidad de almacenamiento para contar con una auténtica reserva estratégica de gas.

Al finalizar la tertulia, los ponentes y el moderador posaron para la memoria del Colegio (figura 7).

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José Luis Barrera Morate
Licenciado en CC Geologicas (UCM). Especialidad Petrología ígnea. Profesor contratado durante 9 años por la Facultad de CC Geologicas para impartir clases prácticas de Petrología ígnea y metamórfica. Trabajó con el equipo del profesor Fuster en proyectos de investigación del CSIC en la vulcanologia de Canarias (en Fuerteventura), desde el año 1975 hasta 1981. Director Gerente de la compañía consultora de geología y medio ambiente GEOPRIN S.A. Durante su mandato se realizó el 80% de la cartografía del Plan Magna de las islas Canarias. Personalmente firmó 54 hojas a escala 1:50.000, por lo que el IGME le distinguió por ser el geólogo español que más hojas MAGNA (2ª serie) había firmado. En 1995-97, realizo un estudio del volcanismo de la provincia de Ciudad Real, para su protección medioambiental (JCCM). Fue el asesor vulcanológico del proyecto del Sondeo surgente de Granatula de Calatrava, realizado por EPTISA. Ha dado cursos de Riesgo volcánico en la Universidad de El Salvador Coautor de los capítulos sobre “La peligrosidad volcánica” y sobre “Medidas estructurales y no estructurales ante el riesgo volcánico” del libro Riesgos naturales. Una perspectiva global. Entre el 2006 y el 2014 realizó las guías geológicas de los cuatro Parques Nacionales canarios (Teide, Timanfaya, Taburiente y Garajonay). Ha sido vicepresidente del ICOG desde 1996 hasta 2014. Miembro de la Junta de Gobierno de la ONG Geólogos del Mundo. Vocal de la Sociedad Española de Historia de Las Ciencias y Técnicas (SEHCYT) y miembro del Comité editorial de su revista LLul . Consejero del Consejo Nacional de Bosques. Presidente de las Tertulias del Geoforo (ICOG) hasta el año 2015 y editor de las publicaciones del ICOG (desde 2003 a 2015 director de la revista Tierra & Tecnología).