Autores: Enrique Hernández Parras y Juan Klimowitz Pícola. Geología de Explotación y Síntesis, S.L. (GESSAL) | Este trabajo se publicó en la 2ª edición del libro «La Profesión de Geólogo» editado por el Ilustre Colegio Oficial de Geólogos.


Las características y condiciones geológicas especificas del subsuelo permiten una serie de usos o aplicaciones de los conjuntos rocosos en profundidad, garantizados medioambientalmente, entre los que se encuentra el almacenamiento geológico profundo de materias con carácter recuperable (Gas o aire comprimido-CAES) y los almacenamientos definitivos de residuos industriales, de CO2 y de residuos radiactivos de alta actividad (RRAA).

El geólogo, ante su compromiso de aplicación de los conocimientos geológicos al   bien social, desarrolla una exhaustiva tarea de investigación para la caracterización y modelización geológica 3D de los depósitos geológicos profundos definitivos o los que tendrán una historia de almacenamientos de materias a recuperar mediante ciclos de inyección/extracción.

Las condiciones de presión en el subsuelo profundo permiten que los espacios  porosos puedan multiplicar, según la profundidad, por más de 500 veces su capacidad volumétrica con respecto al volumen de los gases a presión atmosférica, con lo cual, una vez identificada una trampa sellada y hermética en profundidad, con dimensiones que pueden ser medidas en km3, permite grandes volúmenes de almacenamiento o depósito, a unas condiciones de seguridad no alcanzables en almacenes someros o de superficie.

Las barreras o sellos constituidos por formaciones geológicas impermeables permiten el aislamiento de los almacenamientos tipo depósitos definitivos (RRAA, CO2 , entre otros) como garantía de su desconexión con la Biosfera, Hidrosfera y Atmósfera.

Según la naturaleza de la materia a almacenar se marcan como objetivos litológicos tanto de comportamiento permeable: siliciclásticos, carbonáticos, rocas ígneas fracturadas, etc, como de carácter impermeable: arcillas, sales (en las que se han de generar cavidades por disolución de salmuera) e ígneos no fracturados, entre otras.

Las metodologías para la investigación de los almacenamientos geológicos profundos están basadas en la aplicación de programas exploratorios similares a los aplicados en la investigación geológica de hidrocarburos, entre los que destacan las técnicas de:

  • Sísmica de Reflexión (2D o 3D): como sistema geofísico más resolutivo y preciso en profundidad.
  • Información de sondeos profundos en los que adquiere una gran relevancia la batería de testificación geofísica (diagrafías), así como posibles análisis y pruebas de producción en ellos realizadas.

Mediante estas técnicas se podrán caracterizar tanto la capacidad de la formación almacén, su geometría o estructura trampa, la formación sellante suprayacente, así como comprobar la garantía de su hermetismo. Con todo ello se podrá proceder al cálculo geométrico, volumétrico y de capacidad de almacenamiento según sus condiciones específicas.

Tipos de almacenamientos

Los almacenamientos profundos se pueden dividir en dos tipos principales de acuerdo a la necesidad o no de ciclos de recuperación de la materia almacenada: almacenamientos recuperables y depósitos definitivos.

  • Los almacenamientos de funcionamiento recuperable están destinados a la extracción periódica de los gases inyectados y consisten en los Almacenamientos de Gas Natural y los Almacenamientos CAES de Aire Comprimido.
    • Los Almacenamientos de Gas Natural están destinados a asegurar el balance de presiones para el funcionamiento de los gaseoductos o asegurar reservas estratégicas. Su funcionamiento requiere estar sometidos a ciclos generalmente anuales de inyección (verano} y producción (invierno} de gas, según las necesidades del sistema gasista. Pueden corresponder al aprovechamiento de antiguos yacimientos de gas tras su depletación o a nuevos almacenamientos en rocas porosas y permeables saturadas en agua salada o en cavidades disueltas en formaciones salinas (Figura 1).
    • Los almacenamientos de aire  comprimido  (CAES)  tienen  el  objetivo de poder mantener en compresión el aire en profundidad, previamente inyectado, a altas presiones  que  al  ser  liberadas  puedan  suministrar  la  energía  suficiente  para  la generación eléctrica en momentos de consumos punta o en los que el coste de la generación eléctrica hace rentable el sistema. En este caso no son utilizados almacenamientos depletados, por su mayor coste y volumen y solo son investigados almacenamientos correspondientes a formaciones porosas y  permeables  con contenido en agua salada o, mayoritariamente, a cavidades disueltas en sales.

Fig.1 Distintos tipos de almacenamientos geológicos profundos de gas: Almacén con porosidad por fracturación, Almacén con porosidad intergranular/vacuolar, etc y Almacén en cavidades salinas. Tomada de la Compañía K.B.B.

Los depósitos definitivos pueden ser de dos tipos:

– Almacenamientos de CO2: son de características similares a los almacenamientos de gas aunque no requieren su recuperación ya que su objetivo precisamente consiste en el aislamiento del CO2, por lo que una vez producido el llenado del almacenamiento, este queda inhabilitado, proveyendo además futuras reacciones químicas entre el CO2 y la roca almacén original que hagan imposible su recuperación.

Aunque generalmente, estos almacenamientos-depósitos no utilizan antiguos yacimientos depletados, ya que estos son aprovechados prioritariamente como almacenamientos de gas, existen casos de proyectos en que si se produce esta reutilización como es el caso del yacimiento agotado de petróleo de Hontomín (Ciuden) en España, y el depletado de petróleo/gas de Lacq en Francia.

Fig. 2 (Tomada de Statoil Hydro: Proyecto Sleipner}. Control 4D por amplitud sísmica de la evolución de la inyección de 8,4 millones de Tm de C0 almacenadas entre 1996 y 2006 en un área de 2,8 km2 en la formación Utsira mediante sondeos direccionales.

Almacenamientos de Residuos Radiactivos de Alta Actividad (RRAA): en este caso el comportamiento de la roca para albergar el depósito-almacenamiento de contenedores («canister») de RRAA, ha de tener características impermeables y poder garantizar, durante decenas de miles de años, el aislamiento de los radionúclidos de la circulación del agua y, por, tanto de la Biosfera, Hidrosfera y Atmosfera, al mismo tiempo que debe permitir la difusión del calor generado por el residuo radiactivo.

Las litologías almacén contempladas para este tipo de almacenamientos son: en rocas sedimentarias impermeables, las arcillas o margas, la sal y las anhidritas, y en rocas ígneas los granitos u otro tipo de acumulaciones ígneas no fracturadas ni permeables.

Aunque este tipo de residuos queda englobado entre los denominados depósitos definitivos, cuentan con la particularidad de que han de ser accesibles para que en el caso futuro de posibles avances técnicos en el tratamiento descontaminante o reducción o anulación de la radioactividad de este tipo de residuos, puedan ser convenientemente recuperados y procesados.

Investigación de almacenamientos de gas

La investigación de este tipo de almacenamientos se lleva acabo mediante el uso aplicado de técnicas exploratorias generalmente utilizadas en la industria de la investigación de hidrocarburos: interpretación sísmica 2D (Figura 3) y 3D y sondeos profundos. Se pueden asociar en dos grupos: formaciones porosas y permeables, generalmente saturadas en agua salada, y formaciones salinas mediante la generación de cavernas por disolución de cavidades (Figura 1).

Fig. 3. Interpretación sísmica de trampas para almacenamientos en el subsuelo.

La investigación de formaciones porosas y permeables que generalmente corresponden a formaciones sedimentarias siliciclásticas o carbonáticas, aunque en casos pueden contemplarse formaciones ígneas fracturadas: Estas formaciones almacén requieren la existencia de una formación sello (impermeable y con suficiente potencia) y una trampa estanca (estructural, estratigráfica o mixta) que impida la migración del gas hacia capas suprayacentes al almacén. Constituyen los almacenamientos de mayor capacidad.

Las incertidumbres exploratorias generadas por este tipo de almacenamientos y a investigar mediante técnicas geológicas entre las que destacan las estratigráficas y tectónico-estructurales, así como la capacidad volumétrica real, son conocidas, en gran parte, en los yacimientos depletados, por lo que este tipo de yacimientos, mediante su reutilización como almacenamiento, constituyen el principal objetivo exploratorio.

Los yacimientos depletados tanto en tierra (ejemplo de Serrablo-Jaca) como en mar (ejemplo de Gaviota en España y otros futuros previstos en el golfo de Cádiz), además de abaratar costes exploratorios, también implica una gran reducción de costes de operación al contar con un gas colchón original que hace innecesaria la inyección y gasto de esta imprescindible acumulación de gas cuya extracción nunca se podrá llevar a cabo.

La caracterización de este tipo  de  almacenamientos  conllevará  la  elaboración  de un modelo estático 3D de la mayor precisión posible, que sintetice las características estratigráficas, sedimentológicas, y petrofísicas de la formación almacén, mediante la generación de celdas del menor tamaño viable y con la integración de los datos petrofísicos aportados por las diagrafías de sondeos y su calado y extrapolación mediante el cubo sísmico 3D.

Así mismo, se ha de generar un modelo geológico tectónico-estructural que caracterice geométricamente y estructuralmente la trampa, así como su red de fracturación y garantice la seguridad del almacenamiento durante los sucesivos  ciclos de inyección y extracción de gas. Para ello la interpretación sísmo-estructural y sismo-estratigráfica constituyen la herramienta de mayor precisión teniendo en cuenta la integración de los datos de sondeos.

A partir de esta información se generaría el modelo dinámico 3D, sobre el comportamiento del almacenamiento durante los procesos en los ciclos de llenado y vaciado, lo que conlleva un importante fin predictivo y aporta la cuarta dimensión (temporal 4D) al modelo. En este modelo también se han de predecir los posibles cambios que pueden afectar deteriorando la capacidad de almacenamiento (procesos de histéresis) durante los ciclos progresivos de inyección y extracción de gas durante el periodo de explotación del almacenamiento.

Los estudios por tanto han de conseguir la cuantificación de volúmenes almacenables (capacidad de almacenamiento) en relación a las presiones de inyección requeridas para el desplazamiento y sustitución por gas del agua salada de los poros o fracturas, así como la caracterización de la invasión de la pluma o burbuja de gas (de menor densidad) en  su conflicto por la interferencia con los fluidos previos que rellenan los poros de la roca (generalmente agua salada).

Con todo ello se ha de proceder a la planificación del diseño de las técnicas de extracción, para la adecuación de presiones y caudales de operación así como el control de capacidad y volumen de almacenamiento.

Los estudios por tanto han de conseguir la cuantificación de volúmenes almacenables (capacidad de almacenamiento) en relación a las presiones de inyección requeridas para el desplazamiento y sustitución por gas del agua salada de los poros o fracturas, así como la caracterización de la invasión de la pluma o burbuja de gas (de menor densidad) en  su conflicto por la interferencia con los fluidos previos que rellenan los poros de la roca (generalmente agua salada).

Con todo ello se ha de proceder a la planificación del diseño de las técnicas de extracción, para la adecuación de presiones y caudales de operación así como el control de capacidad y volumen de almacenamiento.

La exploración de los almacenamientos que no investigan antiguos yacimientos depletados, posee un mayor número de incertidumbres a resolver, ya que no se cuentan con los datos exploratorios, de capacidad o de operación previos, pero requieren una metodología exploratoria similar, eso sí, con mayores costes exploratorios debido al mayor número de incertidumbres geológicas por resolver.

La investigación de formaciones salinas, generalmente se centran en acumulaciones diapíricas (perforantes de las series suprayacentes) o post-diapíricas (diapiros desenraizados) (Figura 4) o almohadillas (no perforantes), en los que se pueden generar una serie de cavidades, mediante técnicas de disolución con generación de salmueras, con disposición de cavidades, con unas dimensiones y separación, que garanticen la estabilidad del almacenamiento frente a los ciclos de inyección y producción. Este tipo de Almacenamientos de Gas, disponen de menor capacidad pero de mayores caudales de operación y son generalmente denominados como almacenamientos «modulares» usados para conseguir rápidos equilibrios de presiones en los gaseoductos de los sistemas gasistas.

Fig. 4. Imagen sísmica interpretada de acumulaciones salinas diapíricas y post-diapiricas objetivos como almacenamientos de gas, CO2, Aire comprimido o RRAA

La sistemática exploratoria en este caso, mediante la aplicación de las mismas técnicas exploratorias (sísmica 2D y 3D y sondeos) se centra más en aspectos geométricos estructurales para la precisión de los flancos o límites de las acumulaciones salinas, así como en la homogenidad litológica, estratigráfica y estructural del cuerpo salino.

Aspectos como tectónica salina y halocinesis, cobran en estos almacenamientos un importante papel en los que conceptos como desarrollo del caprock insoluble y las geometrías de over-hang y etapas de evolución halocinética desde la sal estratiforme a la etapa postdiapiro (con generación de diapiros descabezados y cicatrices salinas).

La investigación de posibles formaciones porosas y permeables, próximas, en profundidad para la evacuación de salmueras constituyen otros de los aspectos que son contemplados en el estudio de la viabilidad de estos almacenamientos.

Aunque este tipo de almacenamientos de cavidades salinas por disolución han sido investigados en España por organismos o compañías como IGME, ENAGAS, SHESA, STORENGY (Grupo Suez) e IBERDR0LA, ninguno ha sido puesto en operación hasta la actualidad. Sin embargo existen numerosos ejemplos de almacenamientos operativos en países de nuestro entorno, como Portugal, Francia y Alemania.

Investigación de almacenamientos de aire comprimido (CAES)

Este tipo de almacenamientos, al igual que los almacenamientos de gas también pueden ser investigados tanto en cavidades disueltas en formaciones salinas como en formaciones porosas y permeables saturadas en agua salada.

En este caso, debido a los altos caudales requeridos, el objetivo prioritario está constituido por las cavidades disueltas en diapiros salinos.

La investigación de este tipo de almacenamientos se lleva a cabo mediante las técnicas similares a las aplicadas en los almacenamientos de gas, similares a su vez a las técnicas aplicadas en la industria de la investigación de hidrocarburos: interpretación sísmica 2D (Figura 3) y 3D y sondeos profundos.

Para estos objetivos las profundidades de investigación son más someras, de modo que los almacenamientos se consideran viables a partir del entorno de los 600 m de profundidad.

En España han sido llevadas a cabo investigaciones para almacenamientos profundos de este tipo por compañías del sector eléctrico, concretamente en formaciones salinas, aunque hasta la actualidad no se ha llegado a alcanzar el desarrollo de puesta  en marcha de ciclos de inyección/compresión-producción/generación a partir de estos almacenamientos temporales de aire comprimido CAES.

Investigación de Almacenamientos de CO2

Las actividades geológicas exploratorias para este tipo de almacenamientos, con ciertas diferencias, son similares metodológicamente y en cuanto a objetivos almacén, a las de los almacenamientos de gas.

Al corresponder a depósitos definitivos de CO2, y no ser requeridos procesos de producción, la gran capacidad del almacenamiento es un objetivo prioritario para la optimización de costes exploratorios y de operación.

Las profundidades objetivo son superiores a las requeridas para los almacenamientos CAES, ya que el CO2 a almacenar requiere unas condiciones de presión y temperatura en las que alcance su punto crítico (condiciones de P y Tª a las que el CO2 se comporta como fase líquida y es incompresible). A estas profundidades a las que el CO2 adquiere su máxima densidad (en todo caso siempre inferior a la del agua) la capacidad de almacenamiento es la mayor posible en estas condiciones en las que el CO2 alcanza las condiciones de incompresibilidad.

Los objetivos de almacenamientos en formaciones porosas y permeables requieren la conjugación de la roca almacén profunda (profundidad mínima  requerida en torno a los 800 m según las condiciones locales de P y Tª hasta alcanzar las condiciones de estado crítico para CO2) bajo una formación sello, todo ello englobado por una trampa que garantice la imposibilidad de escape o dismigración del CO2 ascendiendo hacia formaciones más superficiales o a la atmósfera. (Figura 5).

Fig. 5. Visualización 3D de una estructura trampa para un posible almacenamiento de C02. Fuente IGME

También, en este caso, aunque considerar como objetivo la posibilidad de almacenamientos  depletados  de  hidrocarburos  se  considera  prioritaria  debido  a   las menores incertidumbres exploratorias que implican, generalmente este tipo de yacimientos, están siendo aprovechados para el almacenamiento de gas. A pesar de esta consideración han sido llevadas a cabo ejemplos de investigación de este tipo de almacenamientos para CO2 en el valle del Guadalquivir, o los almacenamientos de antiguos yacimientos de gas en Laqc en Francia (Total) y Statoil Hydro (Proyecto Sleipner en el Mar del Norte).

La Figura 2 recoge un modelo 4D de la compañía Statoil Hydro en un almacenamiento en el mar del Norte, que refleja la evolución de la inyección de una pluma de CO2 entre 1999 y 2006 (proyecto Sleipner). La imagen sísmica muestra, como las amplitudes sísmicas diferenciales de la formación geológica Utsira, responden a la extensión en su crecimiento de la burbuja o pluma de gas.

Así pues, la investigación de almacenamientos de CO2 en formaciones porosas y permeables saturadas de agua salada constituye el objetivo más realista en este tipo de depósitos definitivos y, al igual que los almacenamientos de gas, y según queda regulado en España por la ley de almacenamientos geológicos de CO2, requieren la elaboración de un primer Modelo Geológico Estático 3D que sirva de base al desarrollo del Modelo Dinámico.

Así mismo, en los estudios a llevar a cabo se ha de generar un modelo tectónico- estructural que garantice geométricamente la trampa y la seguridad del almacenamiento durante la inyección del CO2 en condiciones supercríticas. En este caso, la interpretación sismo-estructural  y  sismo-estratigráfica  (Figura 3)   constituyen las herramientas   de mayor precisión teniendo en cuenta la integración de los datos de sondeo.

A partir de todo lo anterior, se ha de alcanzar la cuantificación de la capacidad de almacenamiento en relación a las condiciones de estado supercrítico del CO2, presiones de inyección requeridas para el desplazamiento y sustitución por CO2 del agua salada de los poros o fracturas, así como la caracterización de la invasión de la pluma o burbuja de CO2 en su interferencia y reacción con el agua salada original que ocupa los poros de la roca almacén.

La sistemática exploratoria mediante la aplicación de las técnicas exploratorias de interpretación sísmica 2D y 3D y petrofísica de sondeos, se centra en aspectos geométricos estructurales para la precisión de los flancos o límites de las acumulaciones salinas, así como en la caracterización de la homogeneidad estratigráfica y estructural del cuerpo salino.

Como en el caso de los almacenamientos de gas en sales, los conceptos de tectónica salina y halocinesis, cobran en estos un importante objetivo a caracterizar.

0tros aspectos como la investigación posibles formaciones porosas y permeables, próximas, en profundidad para la evacuación de salmueras y construcción de salmoductos de conexión con el mar constituyen otros aspectos contemplados para el estudio de la viabilidad de este tipo de almacenamientos.

En España, los almacenamientos de CO2 han sido investigados por organismos o compañías como CIUDEN (con su almacenamiento piloto de CO2 de Hontomín), IGME, CTR-REPS0L, CEPSA, HUN0SA, ENDESA, Unión Fenosa, Nuelgas e Instituto Petrofísico (IPF).

Investigación de Almacenamientos de Residuos Radiactivos de Alta Actividad (RRAA)

La investigación geológica de este tipo de almacenamientos para RRAA también ha sido llevada a cabo mediante las técnicas exploratorias de interpretación sísmica 2D y 3D y perforación de sondeos profundos.

El objetivo almacén en este caso, al  contrario  que  para  los  almacenamientos  de Gas o CO2, está constituido por rocas impermeables bien de naturaleza sedimentaria: fundamentalmente arcillas o margas, sales y anhidritas o rocas ígneas no fracturadas en profundidad como los macizos graníticos homogéneos profundos.

Para este caso las características de la roca para albergar el depósito de contenedores de RRAA, requieren su homogeneidad e impermeabilidad y poder garantizar, durante decenas de miles de años, el aislamiento de los radionúclidos de la circulación del agua y, por tanto, de su aislamiento de la Biosfera, Hidrósfera o Atmosfera, al mismo tiempo que han de permitir la difusión del calor generado, especialmente en los primeros cientos de años.

Aunque para este tipo de  residuos  es  requerido  un  almacenamiento  de  carácter de depósito definitivo, se ha de mantener la posibilidad de acceso y recuperación de la materia almacenada para su tratamiento ante la posibilidad de futuros desarrollos tecnológicos que permitan el tratamiento, reducción o eliminación inocua para el Medio Ambiente de este tipo de residuos.

El almacenamiento en rocas ígneas impermeables en volúmenes no fracturados plantea la adecuación de los parámetros de adquisición de datos de la metodología sísmica a ese tipo de entornos geológicos, ya que la adquisición sísmica ha sido diseñada tradicional y fundamentalmente para medios sedimentarios anisótropos en cuanto a la investigación de medios isótropos (granitos o rocas metamórficas).

Experiencias de adquisición sísmica en granitos realizadas en España para la exploración de almacenamientos de RRAA, han permitido al menos la delimitación y definición tectónico-estructural de los cuerpos, aunque no de su arquitectura interna y posibles sistemas de fallas.

Experiencias de adquisición sísmica en granitos realizadas en España para la exploración de almacenamientos de RRAA, han permitido al menos la delimitación y definición tectónico-estructural de los cuerpos, aunque no de su arquitectura interna y posibles sistemas de fallas.

La perforación de sondeos, en este caso, toma un mayor peso específico en la exploración de estos almacenamientos, mediante la testificación geofísica y la extracción de testigo continuo. Así mismo, a partir del mallado de sondeos, toman especial relevancia las técnicas de tomografía sísmica cross-hole que permiten el reconocimiento de la fracturación entre sondeos y su extrapolación al resto del cuerpo granítico o ígneo.

La caracterización de la red de fracturas que pueden compartimentar o delimitar este tipo de rocas, por sus implicaciones hidrogeológicas, constituye  un objetivo crucial en  la caracterización del cuerpo, así mismo en cuanto a la homogeneidad o evolución de tendencias litológicas que puedan incidir en su homogeneidad.

Un cuerpo granítico extenso, homogéneo, no fracturado puede aportar al posible almacenamiento propiedades de impermeabilidad, estabilidad y potencial de disipación del calor generado por su alta transmisividad térmica, que repercuten en la viabilidad y seguridad de este tipo de depósitos.

El almacenamiento de RRAA en rocas sedimentarias se investiga principalmente en formaciones impermeables de rocas salinas, anhidritas y formaciones arcillosas o margosas de baja proporción calcárea.

Para el estudio de todas ellas, como ya se ha citado anteriormente, se aplican técnicas exploratorias del subsuelo, similares a los programas de investigación de hidrocarburos, basadas fundamentalmente en la metodología sísmica 2D (Figura 3) y 3D, y en la perforación de sondeos profundos.

Los rangos de profundidad para estos estudios, al igual que para los almacenamientos de aire comprimido, suelen ser más someros, estableciéndose, orientativamente, un techo de objetivo de al menos 600 m de profundidad, lo que facilita un posible acceso futuro a los RRAA, si ello fuese requerido en el futuro. Todo lo cual habrá de hacerse con la garantía de aislamiento de los RRAA de la Biosfera, y por tanto, de la Hidrosfera y Atmósfera.

De los tipos de litologías sedimentarias presentados como objetivo existen diversas experiencias mundiales de almacenamientos de RRAA en arcillas y margas, así como en sales. Debido al menor desarrollo, en importantes potencias homogéneas de anhidritas, sus estudios han sido de menor frecuencia en esta litología, aunque la presencia en España de acumulaciones anhidríticas de suficiente potencia y homogeneidad han permitido su consideración como objetivo y estudio en su momento.

Así pues, la impermeabilidad de las formaciones rocosas, su homogeneidad y el carácter de transmisividad y evacuación térmicas, las fomentan como objetivo en el subsuelo a caracterizar para albergar almacenamientos de RRAA.

También se ha de mencionar que en España desde hace más de dos décadas fueron abandonados los estudios para almacenamientos profundos de RRAA, estando en desarrollo almacenes temporales en superficie (ATC) que requieren otro tipo de estudios geológicos, geotécnicos, hidrogeológicos, geomorfológicos, medioambientales, etc. de superficie, así como de métodos de prospección geofísica somera.

Reflexión final

La investigación geológica del subsuelo, mediante las técnicas exploratorias adecuadas a partir de la información sísmica y de sondeos profundos integrada con otra información geológica disponible de aplicación (cartografías, estudios estratigráficosy sedimentológicos, información estructural, información petrológica y petrográfica, información geofísica, etc.), permiten al geólogo profesional su aplicación al bien y progreso de la sociedad, y el respeto y conservación de su medio ambiente.

En este sentido, los  estudios  geológicos  de  almacenamientos  subterráneos  aportan criterios e información tanto para la gestión segura de recursos energéticos (almacenamientos de gas y aire comprimido), como para conseguir la garantía medioambiental de depósitos o confinamiento de emisiones capturadas de CO2, lo que favorece la lucha contra el cambio climático. En este sentido también se considera el aislamiento de los RRAA generados en las Centrales Nucleares, de vida media de decenas miles de años, en almacenamientos geológicos profundos específicos que garantizan su aislamiento de la Biosfera.

Se considera que el profesional de la Geología, por tanto, ha de tener una motivación en el horizonte de estos importantes retos a resolver mediante una sólida formación geológica y la aplicación de las tecnologías más avanzadas en los programas exploratorios de investigación geológica.