Actualmente, alrededor del 4% de la población mundial (280 millones de personas) viven en megaciudades. Según estimaciones de Naciones Unidas, esa cifra crecerá hasta alcanzar 350 millones en 2015.

Las megaciudades, caracterizadas por una concentración extrema de habitantes (más de 10 millones), son estructuras complejas, que presentan multitud de oportunidades pero también son espacios donde los riesgos pueden exacerbarse, especialmente los vinculados con el aumento del tráfico, la criminalidad, la contaminación y los desastres naturales.

Las megaciudades requieren, en muchas ocasiones, la creación de infraestructuras elevadas, que son muy susceptiles de sufrir daños por terremotos. También se observa una creciente expansión de los espacios subterráneos, en donde el agua procedente de precipitaciones extremas puede concentrarse, y provocar inundaciones cuando las infraestructuras de evacuación son insuficientes o se ignoran los riesgos inducidos por la creación de otras infraestructuras.

Otros riesgos naturales, como el hundimiento del terreno por sobreexplotación de acuíferos en sedimentos no consolidados, también pueden afectar severamente a los edificios e infraestructuras auxiliares.

La vulnerabilidad oculta de las megaciudades representa uno de los mayores desafíos de este siglo, que requiere una valoración coordinada entre urbanistas, arquitectos, especialistas en riesgos, y expertos de la industria aseguradora.

Existen 65 megaciudades en el mundo, la más grande es Tokio, con 33 millones de habitantes, seguida de Seul, Ciudad de Mexico y Nueva York. En España, ninguna de las grandes ciudades alcanza la categoría de megaciudad, pero el crecimiento de ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao, apunta a que estas grandes áreas metropolitanas compartirán en los próximos años los desafíos de las megaciudades.

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Jorge Olcina: Este nuevo siglo será el de las megaciudades