Aunque la palabra resiliencia no es reconocida por la Real Academia Española, su uso es cada vez más común en la literatura especializada en gestión de desastres. Se entiende por resiliencia la capacidad de reaccionar con efectividad y rapidez a los efectos de los desastres. Ello no implica un mayor control de la vulnerabilidad, ya que una sociedad puede tener poca vulnerabilidad y gran capacidad de resiliencia para enfrentarse a los riesgos conocidos y previstos; sin embargo, puede ser muy vulnerable para enfrentarse a nuevos riesgos o a riesgos que son parte intrínseca de su estilo de vida. Para conceptualizar y medir el concepto de resiliencia, los especialistas en riesgos naturales Kathleen Tierney (Natural Hazard Research Center) y Michel Bruneau (Multidisciplinary Center for Earthquake Engineering Research), han escrito un articulo titulado “Conceptualizing and Measuring Resilience. A Key to Disaster Loss Reduction” , en donde exploran los componentes y dimensiones de la resiliencia y sus implicaciones para la respuesta ante desastres. La resiliencia, de acuerdo con estos autores, puede ser medida mediante el funcionamiento de un sistema de infraestructuras después del desastres y también por el tiempo que tarda un sistema en volver a sus niveles de origen.