Aludes de nieve como riesgo natural

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Autora: Cristina Rzepka De Lombas, geóloga | Las avalanchas de nieve se pueden colocar dentro de un conjunto de riesgos naturales, incluyendo avalanchas de rocas, caída de rocas, deslizamientos de terreno, torrentes de detritos y avalanchas de hielo, conocidas como riesgos de ladera de montaña. Estos riesgos presentan serios problemas para los habitantes y visitantes en terrenos montañosos. En una escala global, los riesgos de avalancha no tienen la importancia de los 5 grandes riesgos naturales: terremotos, inundaciones, tormentas tropicales, sequía y riesgos volcánicos. La jerarquización de los riesgos naturales se basa en el potencial de afectar a un gran número de personas y los costes o costes potenciales.

Según este esquema los aludes de nieve se colocan en un nivel bajo en esta lista.

Sólo afectan a los habitantes o visitantes de áreas montañosas que en general tienen una baja densidad poblacional. Sin embargo si alguien va a realizar deportes o albergarse en terrenos montañosos propensos a avalanchas debería ser capaz de evaluar las condiciones que afectan estos fenómenos.

Las avalanchas de nieve afectan a las personas directamente causándoles daño o muerte o atrapándolos. También causan daños a las propiedades y afectan el medio ambiente. Siendo la nieve más frágil que el suelo, las rocas y el hielo, hace que la frecuencia de avalanchas de nieve sea mayor. La mayor parte de los aludes se forman por la carga de nieve sobre la nieve preexistente depositada por tormentas de nieve o arrastrada por el viento. Lo cual no influencia los deslizamientos de terreno o las avalanchas de rocas.

Una razón importante para su debilidad es que la nieve que forma los aludes está compuesta en un 80% de aire y en un 20% de hielo y su cohesión está condicionada por la unión entre las partículas de hielo. Otra importante característica de la nieve alpina en la formación de aludes es que ocurre a temperaturas de más de 90% de la temperatura de fusión de la nieve. Esto produce que la nieve se deforme rápidamente bajo su propio peso, resultando en cambios dramáticos en la estructura y fortaleza. Ya que la nieve está formada por cristales de hielo, la adición de agua en forma de lluvia o fusión superficial tiene múltiples efectos en la estabilidad de la ladera: lubrica las superficies potenciales de deslizamiento, añade peso y derrite la nieve causando pérdida de cohesión y fuerza.

Bibliografía: The avalanche handbook . David Mc Clung and Peter Schaerer. 3rd. Edition 2006