EN MEMORIA DE  LOS TRES GEÓLOGOS FALLECIDOS EN LA MINA DE SURIA

Ester Boixereu Vila, editora de Tierra y Tecnología

El pasado jueves 9 de marzo el colectivo de los geólogos españoles nos conmocionamos al enterarnos de que tres jóvenes colegas, Óscar Molina, Victoriano  Pineda y Daniel Álvarez, habían perdido la vida mientras trabajaban en la mina Cabanassas en Suria (Barcelona). El fatal accidente se había producido a primera hora de la mañana, por el desprendimiento de una  losa del techo de una de las galerías, a unos 700 metros de profundidad. La mina de potasa es explotada por la empresa ICL Iberia Suria&Sallent.

Se trata del primer accidente minero en España, del que tengamos noticia, en que han fallecido geólogos. Lamentablemente, en este grupo minero,  en el que trabajan  casi 900 personas, nuestros colegas no han sido las únicas víctimas,  ya que en los últimos 10 años ha habido 8 accidentes mortales.  Las  tres víctimas  tenían tan solo de 28, 29 y 31 años, y tenían en común, además de la ilusión por desempeñar su primer trabajo y su pasión por la Geología.

Desde la revista Tierra y Tecnología, el boletín digital del Ilustre Colegio Oficial de Geólogos, en nombre de todos los profesionales de la geología españoles, queremos rendir un homenaje a estos tres geólogos que dieron su vida mientras ejercían su trabajo. También es nuestro deseo expresar nuestro pésame a sus familiares, compañeros y amigos. Descansen en paz.

ÒSCAR MOLINA GARCÍA (1995-2023)

Autores: Carles Fàbrega (Departamentos de Geología y de Mecánica de Rocas de ICL Iberia) y David Parcerisa (Universidad Politécnica de Catalunya).

Óscar Molina García nació en Berga el 26 de enero de 1995 y residía en Sant Joan de Vilatorrada (Barcelona). Obtuvo el doble grado en Geología y en Ciencias Ambientales en la Universidad Autónoma de Barcelona en 2018. Actualmente estaba cursando el Máster en Ingeniería de Minas en el campus de Manresa de la Universidad Politécnica de Catalunya y trabajaba en el departamento de Mecánica de Rocas de la empresa ICL Iberia en la Mina Cabanasses (Súria) donde se extrae la potasa, una materia prima fundamental para producir fertilizantes que garanticen la alimentación de la población mundial. Óscar desarrollaba su trabajo con pasión y estima hacia el entorno.

Óscar tenía una fuerte vinculación con el tejido social y deportivo del territorio y colaboraba en diferentes iniciativas con la misma pasión con la que lo hacía en su desarrollo profesional. Cabe destacar su implicación en la organización de la Fiesta Mayor Infantil de Sant Joan de Vilatorrada, su afición por el baloncesto y por el Baxi Manresa en particular y su amor por las tradiciones del territorio y en particular por la Fiesta de la Patum que se celebra cada año enBerga, localidad que lo vio nacer y con la cual siempre mantuvo un fuerte vínculo a través de sus amistades.

La inquietud que tenía por hacer las cosas cada vez mejor lo llevó a matricularse en el Máster en Ingeniería de Minas de la UPC Manresa para adquirir conocimientos más específicos relativos a la ingeniería en el contexto minero. Óscar era un estudiante activo y brillante que siempre realizaba aportaciones positivas en las distintas asignaturas que cursó con éxito al mismo tiempo que desempeñaba su actividad profesional y su vida social y familiar con gran desempeño. Su paso por ICL Iberia dejó un recuerdo muy positivo entre sus compañeros que así lo recuerdan:

“Recordamos muy bien cuando Óscar llegó como becario a la Mina Cabanasses de Súria (ICL Iberia) junto con otro compañero de promoción para incorporarse al departamento de Mecánica de Rocas. Se buscaban dos chicos jóvenes, para poder realizar una larga carrera profesional en la empresa. Enseguida ambos mostraron su potencial, sus ganas de aprender y ayudar, su compromiso. Y, además, se lo pasaban bien, siempre con una sonrisa, bromeando, con espíritu positivo.

La función de Óscar era la caracterización geomecánica y la detección de patologías del techo en las galerías de la Mina Cabanasses de Súria, utilizando el índice geotécnico de la Q de Barton, que se adaptó a las características particulares de los materiales salinos. Seis años después de su llegada, Óscar se había convertido en un auténtico maestro en su trabajo. Junto con su compañero de promoción, Miquel Jiménez, habían adquirido una capacidad de valoración del estado del techo inigualable. Todos los compañeros confiábamos a ojos cerrados en lo que ellos nos decían. La información que ellos recogían cada día se había convertido en esencial para la planificación, el control y la seguridad de la operativa minera.

Óscar nos ha dejado, de una manera injusta, cruel, paradójica. Como humanos, como geólogos, intentamos entender las rocas. Cómo funcionan, cómo se comportan. Pero ellas van siempre un poco por delante, nunca muestran todos sus secretos. Las rocas, que él admiraba y respetaba, se lo llevaron. Tú te has ido Óscar, pero nos has dejado un legado de conocimiento, de sonrisas y de incontables buenos momentos.

“Nunca te olvidaremos compañero”.

DANIEL ÁLVAREZ RAMÍREZ (1991-2023)

Autores: Pura Alfonso Abella (UPM), Maria Alejandra Vera Burau y Maria Paula Gómez Lamprea.

Daniel Álvarez Ramirez nació el 3 de junio de 1991 en el Municipio de Envigado, Medellín, en Colombia. “Mi paraíso, como adoro mi eterna primavera”, decía al hacer referencia a su ciudad natal. Daniel se marchó de Colombia, pero Colombia no se marchaba él. Si se lo pudiera describir en una palabra a Daniel, el colombiano, sería «persistencia». La persistencia es probablemente la cualidad más común de las personas que alcanzan grandes logros. Daniel era una de esas personas.

El primer gran logro de Daniel fue en el año 2017, cuando terminó sus estudios en la Universidad EAFIT en Medellín y recibió el título de Geología. Su profesión era su pasión, su motivación y su propósito. Se refería a los retos, tanto académicos, profesionales o personales, como: “La disciplina es mi aprender a vivir, la dificultad es mi estímulo y la perfección es mi destino”. Ya para ese entonces, Daniel se interesaba por combinar las ciencias geológicas con la minería, plasmando muy tempranamente en su carrera, el potencial económico-minero a través de levantamientos geológicos de distintas minas colombianas.

Daniel no tardó en iniciar su recorrido profesional. “La experiencia es mi escuela”, decía y siempre estuvo enfocado en adquirir experiencia y entender los depósitos minerales a través de la “geometría fractal” o “entendimiento del comportamiento natural de la deformación de la corteza” como él lo explicaba. Estos conocimientos le permitieron a Daniel escalar rápidamente a la cima de su campo, y a pesar de los obstáculos “sus lecciones”, él se convertía en el líder de todo grupo de trabajo del que participaba. “El vecino es mi hermano y el enemigo es mi maestro”, decía ante cualquier situación.

Daniel tenía inquietudes más allá del ámbito minero; realizó varias publicaciones en conjunto con el grupo de investigación del que hacía parte en su universidad. También, participaba activamente en la promoción y valorización del patrimonio natural y geológico de su país. Daniel siempre decía: “La tierra es mi hogar, el mundo es mi patria, el universo es mi morada”, pero su lugar favorito en este mundo lo devolvía a su patria verdadera, Colombia. Allí, en el Municipio de Santa Marta, se encuentra el reconocido Parque Natural El Tayrona, “donde el mar y la selva colombiana se funden”. El privilegio de esta región, al ser la montaña costera más alta del mundo, hizo que Daniel la visitará en un sin número de ocasiones. Se refería a este sitio como “El amor de mi vida: La Sierra Nevada”. Daniel escalaba hasta lo alto o se sumergía profundamente en la belleza de encontrar paisajes, ecosistemas y climas diferentes. “Entre las nubes, la selva y las palmeras, solo ella (La Sierra Nevada) sabe lo que inspira y despierta cuando se deja ver”, escribió desde La Guajira, otra de las regiones colombianas en donde Daniel encontró una musa para alimentar y guiar su espíritu.

Y es que Daniel amaba a la naturaleza, “es mi madre” decía, y la conocía de norte a sur desde su Colombia, como la palma de su mano; desde las profundidades del mar en las islas North End de San Andrés, en donde expresó “El agua, el mar, las emociones y las profundidades”, hasta Puerto Nariño hacia el sur del país en la Amazonía colombiana, donde surgieron de su mente frases como: «La selva es mi templo». Daniel dedicó su vida a conocer las reservas naturales más hermosas, a subir cerros, a coronar montañas y a meditar con las estrellas. “El sendero es mi caminar y el silencio es mi guía”, decía al explorar un nuevo paraje. A él le gustaba “apreciar simplemente el desfile de un ocaso” en el Mar Caribe, en el Pacifico y en su último año en el Mediterráneo. Su último sendero fue en lo alto de los Pirineos y desde allí citó a Unamuno: «El cuerpo se limpia y restaura con el aire sutil de las alturas, y el alma se limpia y restaura con el silencio de las cumbres.»

En mayo del 2018, Daniel empezó a trabajar en minería de oro para la compañía Antioquia-GOLD, una empresa minera de gran reconocimiento en el territorio colombiano. Al conocer de su gran capacidad en el campo de la geología minera, y gracias a su aporte profesional y humano, en febrero del 2022, la compañía envió a Daniel a España para realizar el Máster en Ingeniería de Minas a la Universitat Politècnica de Catalunya. Daniel estaba terminando sus estudios, únicamente le quedaba completar el Trabajo Final de Máster. Mientras realizaba este trabajo, Daniel echaba mucho de menos trabajar de pleno en geología, “Las montañas me están llamando y yo debo ir”, decía. Así, encontró la oportunidad de realizar prácticas de empresa en las minas de Súria, operadas por la compañía ICL S.A. Llevaba apenas nueve días trabajando en la mina, y aunque aún no se acostumbraba a la jornada de trabajo, siempre repetía “La tierra me da mucha energía” y volvía cada día con el mismo ánimo y las mismas ganas de absorber todo el conocimiento posible.

El 9 de marzo de 2023, Daniel y sus dos “parceros”, Òscar y Vitoriano, estaban a gran profundidad cuando pasaron de lo físico a lo eterno. Seguramente su mantra del día fue:  «El que mira hacia afuera, sueña. El que mira hacia dentro, despierta» de Carl G. Jung. Él miraba hacia adentro, hacia la madre tierra y lograba tal conexión que podía percibir las vibraciones del espíritu de las personas y de los seres inertes, las rocas. “Me llaman loco por meditar con cristales” y es que Daniel era un coleccionista de minerales y rocas, tenía ejemplares de mineralizaciones del oro de Antioquia y esmeraldas de Muzo entre sus pertenecías más preciadas; “Me llaman loco por ofrendar a la tierra”, y es que él nunca dejaba de enfatizar el conocimiento que han recogido las montañas a lo largo de la historia; y aquel día, aquellas montañas junto a los minerales de potasa señalando “al cielo (Dios), su padre”, le devolvieron cada frase de agradecimiento susurrando: “¿lo logras ver? Todos venimos de ahí y ahí regresaremos”.

Daniel tenía un carácter jovial y alegre. “La paz es mi refugio y la felicidad es mi himno”, decía constantemente y con esto, él también lograba llegar a lo más profundo del corazón de las personas, rescataba la gema más preciosa y la hacía parte de su preciada colección.  A Daniel se lo recuerda siempre con ganas de hacer todo tipo de actividades, y en cada paso decía: “El equilibrio es mi actitud y la verdad es mi desafío”, frases que recuerdan su nivel de profesionalismo, conocimiento y competencia; y nos llevan a reflexionar el porqué de los sucesos.

Daniel amaba la vida en todas sus formas, “Me llaman loco por hablar con los animales y abrazar los árboles”, o “Mil árboles creciendo hacen menos ruido que uno” decía. Por esto, desde que Daniel no está, numerosos homenajes con árboles y flores se han realizado en su memoria, tanto en Colombia como en España. En Manresa, en las instalaciones de la EPSEM junto a la cancha de fútbol (su otra pasión), un olivo fue plantado en su nombre. Seguramente un cafeto nos recordaría más a Daniel y a su preciosa tierra colombiana, a Pereira o Manizales; pero este olivo nos rememorará la resistencia y renovación de lo físico, y la sabiduría e inmortalidad de la mente y del alma de Daniel.

Queridos lectores, si Daniel estuviera aún por aquí, seguramente haría suya la frase de Robert Frost: «Todo lo que he aprendido en esta vida se resume en dos palabras: sigue adelante» y seguramente nos recordaría disfrutar la vida en cada instante, como él lo hizo. Gracias Dani, eres magia y por siempre lo serás.

VICTORIANO PINEDA GONZÁLEZ (1993-2023)

Autores: Dr. Luis Gibert Beotas (Facultat Ciencies de la Terra, Universitat de Barcelona).

Quiero seguir formándome en las ciencias geológicas, y dedicar mi vida a ello. Mi mayor ilusión sería trabajar como investigador, aunque no descarto trabajar en el ámbito privado. Uno de mis fines es aportar conocimientos sobre la Tierra a la comunidad científica, o servir a la humanidad realizando una labor importante para su desarrollo.”

Con estas palabras se definía Victoriano en su currículo, cuando se presentó en 2018 a una beca FPI en Barcelona para realizar un doctorado. Después de leerlo le llamé por teléfono y concretamos una entrevista. Se encontraba en Granada, terminando su segundo Máster, y al día siguiente se presentó en Barcelona. Recuerdo que mantuvimos una conversación muy agradable sobre geología y sus expectativas en este ámbito, es ese momento. Enseguida me di cuenta de que Victoriano era un candidato excepcional. Se despidió mirándome a los ojos, con una mirada noble y sincera, diciéndome: “Si me das esta beca, no te arrepentirás”. Victoriano obtuvo esa beca y durante cinco años mantuvimos una colaboración muy intensa. Sin duda, ha sido una de esas personas que ha marcado mi vida, en lo personal y en lo profesional; una de esas personas que hacían de este un mundo mejor, de nuestro trabajo un placer y de la amistad el mejor de los valores; una persona imposible de olvidar.

Victoriano nació en Almoradí, un 5 de agosto de 1993, y murió el 9 de marzo de 2023, junto a Óscar Molina y Daniel Álvarez, dos jóvenes compañeros geólogos, en un fatídico accidente en una mina de potasas, en Suria (Barcelona). En su funeral conocí a su profesor de bachillerato, Don Antonio Cabrera, quien, afectado por la pérdida, me dijo que estaba orgulloso de que un alumno suyo estuviese terminando el doctorado en Barcelona. Me comentó que en el instituto no era el alumno modélico que todos los profesores quieren. Sin embargo, suelen ser esas personas distintas, con inquietudes y pensamiento propio, las que pueden cambiar el mundo que nos rodea.

Victoriano estudió Geología en la Universidad de Alicante, obteniendo su grado en julio de 2016. Pertenece a la segunda promoción de geólogos de la Universidad de Alicante y tenía que ser el segundo doctor en Geología que salía de esa universidad. Obtuvo una mención honorífica en trabajo de fin de grado: “Estratigrafía y Sedimentología del sector del Puerto de Rebate (San Miguel de Salinas, Alicante)”, dirigido por el Dr. Jesús Soria, amigo y mentor de Victoriano.

Aunque Victoriano tenía vocación por la investigación, en 2017 realizó el Máster Universitario en Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas, porque le ofrecía una salida profesional. Además, Victoriano se relacionaba bien con todo el mundo, pero sabía conectar especialmente con los más jóvenes, lo que sin duda hubiera hecho de él un gran profesor. Recuerdo la amistad que estableció con mis hijos Luis y Ana, durante algunas campañas de campo en Hellín y Guadix, donde los tuvo de ayudantes. Durante el desarrollo de ese máster realizó su primer trabajo remunerado como geólogo para la empresa Gealand, realizando una valoración patrimonial del afloramiento del límite Cretácico-Paleógeno de Agost (Alicante). Los resultados del estudio se presentaron en el  X ProGeo Symposium, bajo el título “First legal protection applied by the Autonomous Community of Valencia based on geoheritage assessment: the K/Pg boundary at Agost (Alicante, Spain)”, https://info.igme.es/ielig/documentacion/pt/pt003/documentos/d-pt003-02.pdf. En 2018 terminó el Máster Universitario en Geología Aplicada a los Recursos Minerales y Energéticos en la Universidad de Granada, con el trabajo “Estudio de la serie evaporítica de Moharque (Mioceno final, Cuenca de Las Minas de Hellín): Petrología, Geoquímica, Ciclicidad y Magnetoestratigrafía”, codirigido por el Dr. Alberto Pérez López y con el que obtuvo una de las mejores calificaciones.

Durante los años de estudiante en Alicante, participó como monitor en los Geolodías de Alicante (Santa Pola 2013, Orihuela 2014, Agost 2016) y Murcia (Mazarrón 2016, Torre Pacheco 2017). En Barcelona también participó como voluntario en varias jornadas de promoción de la ciencia entre los jóvenes, lo que nos indica su gran altruismo, generosidad y vocación por promover las Ciencias de la Tierra y el conocimiento en general.

Como geólogo, destacaría su facilidad para trabajar en el campo y resolver afloramientos y cuencas desconocidas. Pero Victoriano era un todo terreno, también disfrutaba con el trabajo de laboratorio (petrología, geoquímica, paleomagnetismo, micropaleontología). Cuando volvió de su estancia de tres meses en la Universidad Libre de Amsterdam (Vrije Universiteit Amsterdam), me comentó: “allí he aprendido a desenvolverme en el laboratorio de geoquímica”. Se volvió muy escrupuloso con todos los protocolos para minimizar errores por contaminación. Era meticuloso y perseverante con su trabajo; además, dominaba multitud de programas informáticos, lo que ayudó mucho en su investigación.

Victoriano centró su tesis en las cuencas Neógenas de la Cordillera Bética. Quería entender los procesos de continentalización de esas cuencas a partir de registro sedimentario. Publicó, como primer autor, cuatro artículos, dos de ellos en la revista Palaeogeography Palaeoclimatology and Palaeoecology, que se titulan:

Interevaporitic deposits of Las Minas Gypsum Unit: A record of Late Tortonian marine incursions and dolomite precipitation in Las Minas Basin (eastern Betic Cordillera, SE Spain), https://doi.org/10.1016/j.palaeo.2020.110171

New constraints on the closure of the Betic Seaway and the western Mediterranean palaeoclimate during the Messinian Salinity Crisis from the Campo Coy Basin (SE Spain)

https://doi.org/10.1016/j.palaeo.2023.111424

Sus otras publicaciones como primer autor son:

Posible influencia marina y formación de dolomita bioinducida durante el Mioceno final en la Cuenca de las Minas, SE de España. Geo-Temas 18, pp. 181 – 184. Sociedad Geológica de España, 2021. https://sociedadgeologica.org/publicaciones/geotemas/geo-temas-18/

Estratigrafía y Sedimentología del sector del Puerto de Rebate (Cuenca del Bajo Segura, SE de España). Revista Cidaris 33, pp. 57 – 66. Elche (Spain): 2021. ISSN 1134-5179.  http://www.cidarismpe.org/revistas.html

También fue coautor del trabajo: The elemental sulfur ore deposit of Salmerón: Las Minas de Hellín basin (Late Miocene, SE Spain). Boletín Geológico y Minero 133, pp. 135 – 161. IGME, 2022.   https://www.igme.es/boletin/2022/133_2/BGM_133-2_Art-6.pdf

Sus dos publicaciones internacionales representan aportaciones importantes para la geología de las cuencas de Las Minas de Hellín y Campo Coy, son además un ejemplo de integración de datos de campo y laboratorio para resolver problemas complejos. Estaba finalizando otros artículos sobre las evaporitas de la cuenca de Granada y las margas de Calasparra y, en paralelo, colaboraba en otras publicaciones del grupo de Evaporitas, que estaban muy avanzadas. Envió dos comunicaciones para el próximo congreso de la Sociedad Internacional de Sedimentología, que se celebrará en Dubrovnik (Croacia), el próximo mes de junio. Tenía mucha ilusión en ese congreso y en defender su tesis doctoral este verano, no solo por él, también por sus padres, María José y Victoriano, su hermano Miguel y su querida compañera Marta. Era un regalo que les quería hacer. Victoriano no estará físicamente presente en ese congreso, pero lo llevaremos en nuestros corazones. Yo me encargaré de presentar sus comunicaciones y de acabar de dar forma al volumen de su tesis, para que se le pueda otorgar el grado de Doctor a título póstumo, como prometió el Rector de la Universidad de Barcelona a su familia durante el homenaje que le rindió la universidad de Barcelona el pasado 10 de marzo.

Victoriano terminó su contrato FPI el día 31 de noviembre de 2022 y fue contratado al día siguiente como geólogo de sal por la empresa ICL Iberia. Estaba orgulloso por esa transición, porque era una oportunidad para adquirir experiencia en la empresa minera, como ya había previsto, y también le permitía acabar de redactar su tesis. Sin embargo, su objetivo a medio plazo era solicitar una beca postdoctoral y seguir con la carrera académica. A Victoriano la muerte le sobrevino por sorpresa, en la plenitud de su vida, haciendo su trabajo de geólogo en las profundidades de una mina. Su pérdida ha afectado de forma indescriptible a muchas personas, prueba de ello fue su funeral en Almoradí, que, como decía un profesor asistente, recordaba a un funeral de estado, por la solemnidad del acto y la masiva participación de familiares, amigos y compañeros de profesión.

La sala de becarios 242 ha perdido vitalidad, pero nos hemos prometido todos mantener vivo su recuerdo y tomarlo de ejemplo, para que su espíritu siga vivo en el departamento de Mineralogía, Petrología y Geología Aplicada y nos ayude así a mejorar este mundo y progresar en el conocimiento de la Tierra, como era su deseo. Sus padres y su compañera Marta, destrozados por la tragedia, han mostrado una actitud ejemplar, con su serenidad y generosidad en estos momentos de tanta tristeza y dolor. Yo les felicito por haber creado a un ser tan excepcional. Trabajar junto a Victoriano Pineda ha sido un enorme privilegio. Su alegría, bondad y sabiduría nos marcó a todos y, sin duda, su presencia nos acompañará siempre. Como dijo, la Dra. Ariana Carrazana en su funeral, amiga y compañera de Victoriano, sus compañeros y amigos mantendremos vivo su legado científico y humano y trabajaremos para que tragedias como esta no se vuelvan a repetir.

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