España gastó 60,6 millones de euros para reponer la arena de sus playas en los últimos cinco años y medio

Los fenómenos climáticos, la erosión y la ocupación de la primera línea de costa provocan la pérdida de arena en el litoral español. Las actuaciones más costosas se han producido en las provincias de Cádiz y Huelva a raíz de fuertes temporales La playa de Málaga. (SHUTTERSTOCK) Por María García Arenales
15 agosto 2021 | 6 min lectura

Newtral 15 de agosto de 2021

Ocurre todos los años y cada vez con más frecuencia. La regresión de las playas es un problema que se extiende a lo largo de los casi 8.000 kilómetros de la costa española, agravado en los últimos años por el envite de las tormentas y temporales invernales, por la erosión y un urbanismo salvaje que las impide regenerarse de forma natural. Todos estos factores hacen que millones de metros cúbicos de arena desaparezcan al año de las playas, y reponer esas cantidades de arena implica un gran esfuerzo, tanto a nivel de gasto económico como técnico. 

La arena es uno de los recursos naturales más demandados del mundo y, aunque habitualmente solo la asociemos a playas marinas y fluviales, lo cierto es que se utiliza en cualquier trabajo de construcción y para fabricar todo tipo de componentes electrónicos. Por eso cada vez es más escasa. 

En España no hay una partida específica en los Presupuestos Generales del Estado destinada a la regeneración de playas, sino que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) -es competencia estatal- actúa dependiendo de las necesidades de la zona. 

Si bien algunas de las intervenciones se realizan de cara al verano para que las playas estén en las mejores condiciones posibles, gran parte de los trabajos de regeneración se deben a las tormentas y temporales.

Según datos del MITECO facilitados a Newtral.es, desde el año 2016 y hasta el 31 de mayo de este 2021, España ha invertido un total de 60,6 millones de euros en reponer la arena de sus playas. 

Las playas de Cádiz, donde más se ha invertido

La inversión más elevada se ha realizado en el litoral gaditano, ya que la regeneración de sus playas alcanza un presupuesto total de 16,7 millones de euros en los últimos cinco años y medio. Le siguen la provincia de Huelva, con 8,5 millones de euros, Málaga con 7,2 y Valencia con 6,4. 

“No es una inversión alta en absoluto si se compara, por ejemplo, con los presupuestos del Ministerio de Fomento o la inversión en carreteras”, señala a Newtral.es el subdirector general para la Protección de la Costa del MITECO, Ángel Muñoz Cubillo. “La inversión en la protección del litoral es de las más rentables que hay, pues la relación entre la inversión y después la utilización y el beneficio que provoca la playa de protección, aparte del turismo, es verdaderamente importante”, añade.

Las intervenciones más elevadas en las playas tanto de la provincia de Cádiz como de Huelva se dieron en 2018, tras un temporal de viento y lluvia que provocó daños severos en el litoral. De hecho, ese año concentra casi la mitad de todo lo invertido en la regeneración de playas desde 2016 y hasta la actualidad, al sumar 27,8 millones de euros.

También hubo un gran aporte de arena en la provincia de Valencia a principios del 2020 tras el fenómeno conocido como la gota fría y la tormenta Gloria, que causaron numerosos desperfectos en el Levante, recuerda Muñoz. 

Por el contrario, los datos del MITECO muestran que en provincias del Cantábrico como Lugo, Asturias, Guipúzcoa y Vizcaya no se han producido aportes de arena en las playas en estos últimos cinco años y medio.https://datawrapper.dwcdn.net/8aeCd/3/

El gasto que implican los tres métodos para extraer arena para las playas

Pero ¿de dónde se extrae la arena que se utiliza para regenerar las playas? En su mayoría procede de tres sitios: canteras, cauce de ríos y fondo marino.

En el caso de la cantera, se trata de arena procedente del machaqueo de los cantos y por tanto no es agradable de pisar. Si la arena se extrae del cauce del río, está más rodada y su granulado es más heterogéneo. 

Por último, la arena también se puede obtener del fondo del mar a través del dragado. Su tamaño es mucho más uniforme, se aproxima más al de la arena original de la playa, y tiene menos cantidad de finos. “Este método es el más utilizado cuando hay grandes actuaciones, ya que si se trata de intervenciones más pequeñas como mantenimiento o pérdidas menores, la arena simplemente se transporta o se utiliza la que procede de la cantera o del río”, aclara Muñoz.

Extraer arena del fondo marino es la técnica más complicada, pero no la más costosa, explica el experto. “Al tratarse de aportes de gran volumen, se puede conseguir un mejor precio y el metro cúbico de arena sale más barato”, añade. El precio es muy variable, pues depende de la distancia y profundidad a la que se encuentre el yacimiento y de la maquinaria que se utilice para movilizar la arena, “pero puede situarse entre los tres o cuatro euros por metro cúbico en movimientos de arena dentro de la misma playa y hasta los 20 euros si es de cantera o yacimiento terrestre”.

Según los datos del MITECO facilitados a Newtral.es, el volumen de arena utilizado para regenerar las playas desde 2015 hasta el pasado 31 de mayo asciende a 9,2 millones de metros cúbicos, es decir, se pagó más de seis euros por metro cúbico, en promedio.

Sin embargo, las diferencias entre regiones son notables. Mientras algunas no llegan a ese promedio, como es el caso de Cantabria donde el metro cúbico de arena sale a dos euros, el de Baleares supera con creces esa cifra, ascendiendo hasta los 24 euros. 

El coste de la arena, añade Muñoz, depende de la distancia de transporte, del método utilizado para obtenerla, de si es necesario cribarla o lavarla previamente a su utilización, además de las condiciones en las que se realiza la obra, entre otros aspectos. https://flo.uri.sh/visualisation/6983529/embed?auto=1A Flourish chart

Impacto ecológico

Toda regeneración debe pasar una evaluación de impacto ambiental en la que se valora qué sedimento se adecua mejor a la playa y qué método se va a utilizar. Por ejemplo, recurrir al propio fondo marino puede producir daños ecológicos y biológicos, pues las dragas de succión de los barcos son como enormes aspiradoras que no solo engullen sedimento, sino poblaciones de plantas y fauna marina.

En muchas ocasiones –principalmente en el Mediterráneo– en las regeneraciones de las playas han primado los motivos económicos y turísticos sobre los medioambientales, y eso ha generado alteraciones importantes. 

En el Mediterráneo, explica a este medio el profesor Germán Flor, del departamento de Geología de la Universidad de Oviedo, “cada vez hay que ir más lejos a buscar el sedimento, lo cual es más costoso”. En cambio en el Cantábrico, “los estuarios y acantilados van vertiendo de forma natural”, añade. “Se trata de modelos diferentes de preservar la costa”.

Desde un punto de vista científico, continúa el docente, lo más recomendable es “utilizar una serie de medidas blandas, es decir, mover la arena con palas de forma puntual y que el sedimento sea similar, sobre todo el tamaño y el color del grano, y que los componentes -sílice y carbonato- estén en proporciones similares a los que tiene la playa”. 

La importancia de preservar las dunas

El método más sostenible sería preservar las dunas para que las playas puedan autodefenderse y regenerarse por sí solas, pero los estragos urbanísticos en primera línea de costa han sido de tal magnitud en ciertos puntos de España que esa posibilidad ya no existe, explica a Newtral.es el geólogo Juan Antonio Morales, catedrático de la Universidad de Huelva, quien pone un ejemplo sencillo de lo que supone la devastación de un sistema dunar. 

“En la urbanización de La Antilla, en el municipio de Lepe, tienen muchos problemas de erosión porque no se respetó el cordón de dunas y se construyó un paseo marítimo”, explica. En cambio, añade, en la urbanización contigua de Islantilla, en el municipio de Isla Cristina, “se respetó ese cordón y no tienen problemas de regeneración, porque la arena sirve de barrera de protección cuando hay un temporal y en verano todo vuelve a su lugar”.  

Otro de los problemas en España, lamenta Morales, es que a pesar de tener una Ley de Costas, no existe una legislación de gestión integrada de zonas costeras, y por lo tanto “se improvisa”.

“Los planes de gestión integrada normalmente intentan aunar la actividad turística, la económica y la industrial en las zonas costeras, pero en España no hay esa visión integral y cada comunidad autónoma o ayuntamiento toma las decisiones que mejor considera”, indica.

Desde Greenpeace, que denuncian que desde 2008 el presupuesto para actuaciones en la costa ha ido disminuyendo de manera notable, también reclaman un enfoque de gestión integral del litoral que ponga en valor las defensas naturales de las playas. 

“El problema es que hemos desnaturalizado la costa. La urbanización en la costa creció al calor de la burbuja inmobiliaria un 57% en los últimos 24 años y solo un 27% de la costa está protegida. Estos son los efectos colaterales de la urbanización y solo nos damos cuenta cuando llegan los temporales”, lamenta Pilar Marcos, responsable de la campaña de costas de Greenpeace. “Sería mucho más efectivo si las autoridades invirtieran en regenerar las defensas naturales de la costa, en los cordones dunares, las marismas y las praderas submarinas de posidonia, ya que bien conservados ayudan a retener la arena”, recuerda.      

Baleares apuesta por la posidonia

En los últimos años también han surgido iniciativas que van encaminadas a proteger las costas. Es el caso del decreto de conservación que el Gobierno balear aprobó en 2018 para proteger los 650 kilómetros cuadrados de posidonia marina que hay en las aguas del archipiélago.

Cuando la posidonia muere, se generan unas estructuras de acopio en la zona rompiente de la ola que funcionan como un muro y es lo que protege principalmente a la playa de la erosión cuando hay temporales de invierno. Sin embargo, “por una cuestión turística, en Baleares siempre se había retirado esta planta marina de forma indiscriminada”, explica a Newtral.es el conseller de Medio Ambiente de las Islas Baleares y doctor en geografía, Miquel Mir Gual. 

El decreto prohíbe la retirada de posidonia en playas naturales sin servicios, mientras que en las naturales con servicios solo se permite bajo determinadas condiciones, con autorización administrativa. “Esto ayuda a que el mecanismo de defensa natural de las playas sea gestionado y blindado, y ayuda a que las playas se puedan recuperar en invierno, temporada en la que hay más temporales”, concluye el conseller.

Fuentes: 

  • Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO).
  • Germán Flor, profesor del departamento de Geología de la Universidad de Oviedo.
  • Juan Antonio Morales, catedrático de Estratigrafía de la Universidad de Huelva.
  • Pilar Marcos, responsable de la campaña de costas de Greenpeace.
  • Miquel Mir Gual, conseller

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