El Ilustre Colegio Oficial de Geólogos (ICOG) considera que dar continuidad longitudinal a las soluciones basadas en la naturaleza, como el retranqueo de motas o la recuperación de meandros abandonados son las medidas más eficaces para controlar las inundaciones y minimizar sus riesgos.

Las presas de laminación, motas y estructuras de control han sido eficaces en los tramos piloto donde se han implantado como el río Arga en Funes, o el Ebro en Pradilla, “pero desgraciadamente no sirven de nada si no se extienden las actuaciones a lo largo de todo el río”, advierte Manuel Regueiro, presidente del Colegio de Geólogos.

Ebro: de crecidas lentas a avenidas súbitas

El Ebro es un buen ejemplo, se trata de un río muy regulado a través de distintas infraestructuras hidráulicas, por lo que se sabe cuándo llegará el caudal fuerte y se pueden tomar medidas preventivas”, añade.

Sin embargo, el Colegio apunta que está cambiando la modalidad de las avenidas de este río, no en los caudales punta, que siguen del mismo rango (2000-2500 m3/s), sino en el tiempo de crecida y el tiempo base del hidrograma.

Hay que dar continuidad longitudinal a las soluciones basadas en la naturaleza, como el retranqueo de motas o la recuperación de meandros

Antes eran lentas y asociadas al paso de sucesivos frentes atlánticos, ahora son muy rápidas, avenidas súbitas, asociadas a la fusión repentina de nieve por lluvia tras nieve, o ascenso brusco de la temperatura”, apunta Regueiro.

Mayor vulnerabilidad por el incremento de población

No obstante, Regueiro recuerda que ha habido importantes daños en muchas poblaciones de País Vasco, Navarra, Aragón y La Rioja. “Cuando se producen destrozos es porque se ha construido sobre avenidas de inundación y llanuras aluviales, la naturaleza siempre vuelve”, indica Manuel Regueiro.

El riesgo se ha incrementado, pero no por no dragar o por falta de limpieza, como se afirma muchas veces, sino por aumento de la exposición y vulnerabilidad en las últimas décadas resultado del incremento de la población y las propiedades expuestas”, recalca.

Todo esto se debe a que con idéntica peligrosidad el riesgo económico se ha incrementado en un orden de magnitud, y con ello las pérdidas económicas, no así las sociales.

Por ello, desde el Colegio de Geólogos recalcan la importancia de elaborar mapas de riesgo para adaptar los usos urbanísticos del suelo en función del riesgo real de inundación. “Es necesario una reordenación del territorio teniendo en cuenta el riesgo de inundación: hay poblaciones construidas sobre llanuras aluviales, que van a tener problemas de inundaciones de forma recurrente”, añade el presidente del ICOG.

A ese respecto, el Colegio apoya iniciativas como Ebro Resiliencia

El mayor riesgo natural del país

Las inundaciones son el mayor riesgo natural que tiene España. “Causan anualmente millones de euros en pérdidas materiales y, lo que es peor, vidas humanas”, explica Regueiro.

En ese sentido, los ríos del norte tienen cuencas pequeñas e inundables por lo que necesitarían mayores infraestructuras de control. Por su parte, “los ríos del sureste, no están tan regulados y sufren a menudo problemas de inundaciones cuando se dan episodios repentinos de lluvias como DANAs o gotas frías”, concluye Manuel Regueiro.