Jesús Martínez Frías
Instituto de Geociencias, CSIC-UCM, Reales Academias de Ciencias y Doctores de España y Academia de Ciencias, Ingenierías y Humanidades de Lanzarote
La importancia de Canarias y específicamente de Lanzarote (Martínez Frías, 2021, Martínez Frías y Mateo Mederos, 2018) como análogo para la exploración e investigación de Marte ya ha sido destacada, por su relevancia lunar y planetaria, en numerosas ocasiones, en este mismo foro de manera genérica y específica y en libros, discursos académicos, conferencias y artículos de investigación y divulgación. Una gran parte de la trascendencia alcanzada por los análogos y las planificaciones científicas de las misiones a Marte se sustenta en la mineralogía y las asociaciones mineralógicas. En particular, en aquellos minerales relacionados con paleoambientes acuosos del pasado del planeta, que pueden ser utilizados como geomarcadores de habitabilidad (Martínez Frías et al. 2007). Como se está demostrando en las misiones a diferentes planetas y lunas, la mineralogía está resultando una disciplina crucial (Martínez Frías et al. 2006) para este propósito, no solo en el ámbito de la geología planetaria (Martínez Frías, 2014), sino también en sus objetivos astrobiológicos.
Desde España, venimos participando geológicamente, de manera importante, en las dos misiones de los rovers Curiosity y Perseverance de la NASA actualmente en Marte y en otros contextos geológicos, mineralógicos y astrobiológicos, ligados a nuestras contribuciones, algunas de ellas pioneras, sobre análogos terrestres y astrobiología. Pero, no debemos olvidar cómo hemos llegado hasta aquí, a “hombros de gigantes” (Martin, 2024), ni la contribución vanguardista de algunos personajes ilustres de nuestra historia de la ciencia, que acrisolan varios atributos, incluso propios de origen, relacionados con estas temáticas. Es el caso del lanzaroteño José Clavijo y Fajardo (Teguise, 19 de mayo de 1726 – Madrid, 3 de noviembre de 1806) (Fig.1).

Fig. 1: Retrato de José Clavijo y Fajardo, atribuido al artista Joaquín Inza.
Sería absurdo, pretender realizar aquí un compendio exhaustivo de la vida y obra de este distinguido “dramaturgo, naturalista, periodista y traductor”, como ha sido definido por su amplio abanico de actividades. Personalmente, incluiría también su labor como eminente gestor en su papel de vicedirector y director de una institución tan relevante como fue el Real Gabinete de Historia Natural y también como gran divulgador. En este sentido, una información más detallada acerca del Real Gabinete, que fue el antecedente del hoy Museo Nacional de Ciencias Naturales, puede encontrarse aquí y aquí, entre otras referencias. El propio Museo Nacional de Ciencias Naturales recoge, como no podía ser de otra manera, la figura de José Clavijo y Fajardo como personaje histórico (Peña de Camus, 2020) de la institución.
En su etapa formativa y en cierto modo aventurera de juventud, se forjaron algunas de sus principales vocaciones y motivaciones. Tal y como se indica en la Real Academia de la Historia (RAH, 2022):
“Muy joven, antes de cumplir los veinte años en 1745, salió de su isla natal para viajar a Francia, donde en la capital parisina cursó varios estudios. El contacto con la Ilustración francesa fue determinante en su ulterior actividad literaria y científica. Este conocimiento de primera mano de la cultura y la ciencia francesas, sus relaciones con el grupo de abanderados de la Ilustración española, como Grimaldi o el conde de Aranda, le valieron una posición privilegiada en el ámbito tanto de las letras como de la ciencia española de la segunda mitad del siglo XVIII”
“Mayor importancia si cabe debe conceder a José Clavijo y Fajardo en la Historia de las Ciencias Naturales en España con la traducción de la obra del conde de Buffon”…”La obra cumbre de la ciencia natural, la Histoire Naturelle de Buffon, fue el exponente más brillante de esta disciplina en la Europa de la Ilustración, razón que pone de relieve el magno esfuerzo de Clavijo al castellanizar esta enciclopedia de Historia Natural. La traducción de la Historia Natural general y particular, escrita en francés por el Conde de Buffon, constituye uno de los frutos más sazonados por el esfuerzo de nuestros ilustrados de poner al día la ciencia española.” (Fig.2).
Entre otras muchas fuentes –y con el único ánimo de aportar en esta contribución una revisión genérica–, es importante resaltar, los libros y artículos publicados por Hernández Pacheco (1944), Espinosa (1970), Negrín Fajardo (2003), Gaviño de Franchy (2019), Bruquetas de Castro y Delgado López (2019) (más focalizado en Teguise), Perrupato (2012) y Albalá y Puig-Samper (2020), entre otros. En ellos, se recogen y detallan muchas de sus vicisitudes, sintetizando sus actividades y logros principales. Amigo de Voltaire y Diderot fue uno de los importadores del pensamiento ilustrado francés en España. Fundó el periódico El Pensador a imagen del periódico inglés The Spectator y firmó sus escritos bajo el seudónimo Don Joseph Álvarez y Valladares. Llegó a ser Miembro de las Academias de Historia Natural de Berlín y Copenhague, de la mano de Humboldt, a quien había introducido en los círculos científicos madrileños. En 2017 se le realizó un homenaje en el Instituto Iberoamericano de Berlín (Teguise, 2017), propuesto por la agregaduría Cultural de la Embajada de España en Berlín, enmarcado en la celebración del 600 aniversario de la historia de Teguise, su ciudad natal.

Fig.2: Ejemplar de la Historia Natural de Buffón, traducido por José Clavijo y Fajardo. Créditos: Biblioteca Nacional de España.
Tal y como relatan Albalá y Puig-Samper (2020), Clavijo y Fajardo se encargó de gestionar el intercambio con numerosas instituciones europeas y la recepción de muchos de los envíos de las expediciones americanas, incluida entre otras la de Humboldt, , así como los objetos y manuscritos de Félix de Azara (con quien tuvo algún que otro roce personal) (García Blanco, 2021). Asimismo, también se indica que todo lo relacionado específicamente con la geología quedaba en manos de Carlos de Gimbernat y de Cristiano Herrgen.
Sin embargo, es muy importante subrayar que Clavijo y Fajardo tuvo un papel crucial en el ámbito de la Mineralogía, su desarrollo y establecimiento en España. Como bien sugieren Albalá y Puig-Samper (2020): “la obsesión de Clavijo por la Mineralogía es notable y aparece señalada frecuentemente en los oficios y escritos de esta época del Real Gabinete, en los últimos años del siglo XVIII”. De hecho, fue Clavijo y Fajardo quien propuso la creación en nuestro país de un Gabinete Sistemático de Mineralogía y la cátedra a él asociada, que recaería finalmente en Herrgen.
Hace años, tuve la oportunidad de acercarme científicamente a este ilustre personaje lanzaroteño a través de dos libros (volúmenes colectivos) y exposiciones que se realizaron en el Museo Nacional de Ciencias Naturales en las que pude participar como colaborador y coautor de algunos de sus artículos “La expedición mineralógica de los hermanos Heuland a Chile y Perú” (Fig.3), sustentada en buena parte en la obra de Arias Divito e “Historia Natural de Iberoamérica”. La expedición de los Heuland fue específicamente promovida en 1794 por José Clavijo y Fajardo, como director del Real Gabinete de Historia Natural y por Manuel Godoy, entonces Ministro de Estado.

Fig.3: Portada de la obra colectiva La expedición Mineralógica de los Hermanos Heuland a Chile y Perú, 1795-1800. La expedición fue una de las numerosas iniciativas pioneras, relacionadas con la mineralogía, impulsada por Clavijo y Fajardo.
En el catálogo de la exposición, que aparece al final de la obra (Fig.3), figuran una gran cantidad de minerales (carbonatos, óxidos, sulfatos, sulfuros, elementos nativos, etc.) y yacimientos donde se recogieron, muchos de ellos.
Clavijo y Fajardo fue el creador y organizador de la Escuela de Mineralogía de Madrid (13 de junio de 1798) (Negrín Fajardo, 2003) y uno de los fundadores de los “Anales de Historia Natural” (Gomis Blanco, 2001). Su destacado interés y fascinación por la Mineralogía se refleja incluso en algunos de sus textos originales, como el recogido en el Informe de Clavijo a Floridablanca sobre noticias de mineralogía que envió Miguel de Molina, 1 de enero de 1790, A.M.C.N., leg. 7, carp. 1 (Negrín Fajardo, 2003):
“Si enviase algunas Marcasitas grandes y cuyos ángulos estubiesen perfectamente enteros y sin roze alguno, serian apreciables en este Museo … También merecerían aprecio las gredas azuladas, azufres, cristalizas, mármoles y jaspes de todos colores …, y particularmente las cristalizas verdes y los jaspes mezclados de azul y rosa…”
Tal y como consta en el Informe de Clavijo a Saavedra, 3 de junio de 1798, A.M.C.N., leg. 1, carp. l.a., (Negrín Fajardo, 2003) la justificación fundamental defendida por Clavijo y Fajardo para respaldar el establecimiento de la Escuela de Mineralogía es que de nada servía el Gabinete, a pesar de sus buenas dotaciones, si no se convertía en la base de la enseñanza sistemática de la mineralogía: “Ciencia que debe preceder al estudio de la química, y por lo menos tan importante como ella para la economía política”.
Asimismo, indica de manera expresa que “el curso de mineralogía duraría de seis a ocho meses, impartiéndose lecciones de una hora cuatro días a la semana; el resto del año quedará libre el profesor, ya sea para su descanso y preparar lo que necesite para el curso siguiente, o ya para hacer dentro de la península algún viaje mineralógico que halle por conveniente o se le encargue por el Ministerio con el fin de encontrar producciones mineralógicas que comprueben o aumenten los conocimientos de esta ciencia, lo qual debe siempre mirarse como el fin principal de este Establecimiento”.
En esta línea, tal y como se describe en Parra y Pelayo (1996), Clavijo comisionó a Guillermo Thalaker (colector de minerales, junto con su hermano Enrique), con el objeto de que recorriera España y recogiera muestras de minerales para el Real Gabinete. Uno de estos viajes lo llevó a cabo entre Madrid y Teruel, pasando por Alcalá, Guadalajara, Torija, Algora, Alcolea, Luzon, Asella, Molina de Aragón, Rodenas, Celia y Teruel.
Otro documento que avala la importancia que daba Clavijo a la Mineralogía figura en el texto de la carta que Alexander Von Humboldt le escribió desde Quito, en 1802, donde escribe lo siguiente: “Yo continúo, mi digno amigo, dándoos signos de vida y enviándoos colecciones de minerales para enriquecer el Gabinete de Su Majestad”…”Desde Popayán le he enviado una caja grande que contiene los minerales recogidos en el volcán de Puracé, después hice excursiones durante cinco meses por la Provincia de Quito. Las producciones volcánicas del Antisana, Cayamburu, Cotopaxi, Pichincha…. no han adornado todavía ningún Gabinete de Europa y he aquí lo que le ofrezco” (EAC, 2019).
Sin ánimo de ser exhaustivo, todo ello, demuestra inequívocamente la implicación del ilustre lanzaroteño, Clavijo y Fajardo, como el promotor principal de la Mineralogía en España de la época, cubriendo aspectos de exploración y búsqueda de ejemplares, caracterización científica y exposición a través del Gabinete e intercambios.
Pero, si un ilustre naturalista lanzaroteño fue el impulsor de la Mineralogía, Lanzarote es uno de los mejores análogos terrestres del mundo para los estudios geológicos y astrobiológicos relacionados con Marte y la Luna (Fig.4). Además, no se trata solamente de una convergencia casual entre el personaje y su ámbito geográfico, como he descrito previamente, ya que los minerales son geomarcadores paleoambientales y de habitabilidad también en los entornos extraterrestres. Es relevante tener en cuenta que un buen número de minerales traídos por él y que forman parte de la colección del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, se han descubierto y analizado también en Marte desde distintas perspectivas.
Por ello, muchas de las aportaciones de Clavijo y Fajardo, tanto las puramente mineralógicas como las estructurales y organizativas –desde el punto de vista de la institucionalización de esta disciplina y el establecimiento de colecciones focalizadas sobre la geodiversidad de fases minerales–, conforman los pilares sobre los que se sustenta su utilización como puro conocimiento mineralógico y en forma de colecciones y bases de datos, que se vienen utilizando actualmente como estándares para las investigaciones planetarias.
Sin pretenderlo, la figura de Clavijo Fajardo representa un hilo conductor que vincula, a través de su actividad naturalista y museística natural, la Mineralogía con la exploración de Marte, donde Lanzarote, como análogo terrestre, es una especie de nodo conector de todo ello, como lugar de nacimiento del personaje, del que surge con fuerza esta disciplina en España, Europa e Iberoamérica, y como un privilegiado laboratorio natural para el espacio.

Fig. 4: Imagen desde el mirador del Parque Nacional de Timanfaya, Lanzarote. La isla está considerada como uno de los análogos para Marte y la Luna más importantes del mundo y un lugar seleccionado para la instrucción de astronautas (Programa ESA/PANGAEA). Foto: Jesús Martínez Frías.
En la defensa de los viajes más allá de conocer lo foráneo por los libros y en su visión personal sobre sí mismo, Clavijo y Fajardo decía:
“Los viajes dilatan con precisión las facultades del alma, la apartan de muchas preocupaciones nocivas al bien de la sociedad, y la hacen conocer puntos fundamentales de observación y de conducta, que no llegan a nuestra noticia cuando no salimos del rincón en que hemos nacido…” (Lama, 1997)
Y refiriéndose a sí mismo, intentando definir su personalidad:
“Yo soy un pasajero en la nave del mundo” (Gaviño de Franchy, 2011).
Qué pensaría y diría hoy en día Clavijo y Fajardo si supiera que sus iniciativas mineralógicas tienen aplicaciones más allá de nuestro planeta y que los análogos terrestres, como Lanzarote, nos permiten realizar un viaje a otros mundos, a Marte y a la Luna, sin salir de la tierra canaria que le vio nacer.
Agradecimientos
Gracias a la Dra. Ester Boixereu por su continuo apoyo, tanto en los temas de edición de este y otros artículos, como por su colaboración en relación con mis actividades relacionadas con la geología planetaria. Gracias especiales al Ilustre Colegio Oficial de Geólogos.
Referencias
Albalá, M.J. y Puig-Samper, M.A. (2020) José Clavijo y Fajardo, el naturalista y su colección de palabras de Historia Natural. Aula, Museos y Col., 7, 2020, 139-151. https://digital.csic.es/bitstream/10261/238267/4/Jos%C3%A9%20Clavijo%20y%20Fajardo.pdf
Broquetas de Castro, F. y Delgado López, F. (2019) Teguise, 600 años de historia. Mercurio Editorial. Madrid, 373p. https://www.marcialpons.es/libros/teguise/9788417890476/
EAC (2019) Alexander Von Humboldt. Carta a D. José Clavijo Fajardo. https://revistas.unl.edu.ec/index.php/eac/article/view/2079/1352
Espinosa, A. (1970) Don José Clavijo y Fajardo. Ediciones del EXCMO. Cabildo Insular de Gran Canaria. Biblioteca Suro Torón. Las Palmas. https://mdc.ulpgc.es/files/original/a9f03196c032e275bdb198c48eea79b0fcc989b3.pdf
Gaviño de Franchy, C. (2011) José Clavijo y Fajardo. https://lopedeclavijo.blogspot.com/2011/04/jose-clavijo-y-fajardo.html
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