Fukushima: Lo sucedido fue causado por la mano del hombre

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Autor: José Luis González García. Geólogo | Han concluido los trabajos de la Comisión de investigación Independiente del Accidente Nuclear de Fukushima, presidida por Kiyoshi Kurokawa, médico y profesor emérito de la Universidad de Tokio. Según el informe recientemente publicado, lo sucedido fue causado sin ninguna duda por la mano del hombre.

fukushima-smallEn el mensaje preliminar, el Dr. Kurokawa reconoce que el terremoto y tsunami del 11 de marzo de 2011 fueron eventos de gran magnitud que dispararon la catástrofe. Pero el accidente de la planta nuclear de Fukushima Daiichi no puede considerarse un desastre natural. Fue un desastre de origen humano que podría y debería haberse evitado. Y sus efectos también podrían haber sido convenientemente mitigados mediante una respuesta más eficaz.

El informe de la comisión de investigación detalla multitud de errores humanos y de negligencias, tanto desde el punto de vista preventivo como de la respuesta ante la emergencia. Responsabiliza al gobierno japonés, a la compañía operadora (TEPCO) y a la agencia reguladora (NISA) de las graves deficiencias en las medidas de seguridad y de no procurar la protección de la población aledaña a las plantas nucleares.

Pero lo más relevador no es la denuncia de malas prácticas burocráticas, algo desgraciadamente habitual en muchas situaciones de este tipo. La propia autocrítica hacia la sociedad civil también es contundente. Las causas fundamentales del desastre stán arraigadas en las convenciones de la cultura japonesa: obediencia abstraida, renuencia a cuestionar la autoridad, devoción por el apego hacia lo programado, sectarismo e insularidad.

Ello nos lleva a reflexionar sobre el papel que puede y debe tener la sociedad civil ante los riesgos que nos acechan. Y sobre la necesidad de desarrollar nuevas capacidades que fortalezcan la responsabilidad social en materia de seguridad. En realidad no se trataría de algo nuevo. Ya existe, al menos en las sociedades occidentales, una profunda articulación entre sociedad civil y Estado en materia medioambiental. Pero falta ampliar esta tendencia al ámbito de los riesgos que tienen su origen en la naturaleza pero que se potencian por efecto de la mano del hombre. En realidad, estos riesgos han dejado de ser estrictamente ‘naturales’ y se han convertido en riesgos de naturaleza mixta, que interactuan con otras amenazaws por efecto de la globalización.

Tal vez deberíamos dejar de utilizar la denominación de riesgos o desastres naturales y buscar una nueva terminología que refleje la verdadera naturaleza de las catástrofes del mundo actual.