Dicen que el oro es dinero, que se atesora, se guarda, se recicla y que tiene un valor histórico como refugio ante la inflación, las guerras y las pestes. Oficialmente los bancos centrales y las instituciones monetarias mundiales guardan 30.000 toneladas como parte de sus reservas, y algunos gobiernos, como el chino o el ruso, ya han manifestado abiertamente su interés en aumentar sus reservas de oro.

Pero el Banco de España está vendiendo sus reservas de oro, según han informado recientemente el Daily Telegraph y algunos portales de internet especializados en el mercado de metales preciosos. Al parecer, en los dos últimos meses se han puesto en el mercado 80 toneladas, a las que habría que añadir unas 15 toneladas más que habrían sido vendidas por el banco la semana pasada (mediados del mes de mayo).

Algunos operadores han atribuido la caída reciente del precio del oro a este aluvión de metal puesto en circulación, que habría hecho retroceder la cotización desde los 685 dólares la onza (abril) a los 650-660 dólares, rango en que se encuentra en la actualidad, frenando así el imparable ascenso que había vuelto a acompañar al oro en su nueva fase alcista iniciada a principios de octubre del pasado año. Recordemos que el oro ha experimentado una revalorización espectacular en los últimos años, pasando desde los 200 dólares la onza que costaba en el 2001 hasta hoy día en que cotiza por encima de los 650 dólares.

¿Por qué vende el Banco de España sus reservas de oro?

Hay un sinfín de especulaciones sobre este hecho, pero el consenso general lo atribuye a la necesidad de reducir el elevado déficit por cuenta corriente que padece la economía española, uno de los más altos del mundo. Además, el analista del Daily Telegraph señaló que, aunque las reservas ya no sean tan importantes en los países adheridos al euro, no debería olvidarse un elemento crucial en el funcionamiento de la Unión Monetaria Europea, como es el hecho de que los bancos centrales nacionales son los responsables de actuar como entidades de último recurso en caso de una crisis crediticia.

En las web especializadas en el mercado del oro, también hay comentarios para todos los gustos, rodeados de cierta atmósfera de catastrofismo económico, llegándose incluso a insinuar el riesgo de un “corralito” de congelación de depósitos bancarios ante la eventualidad de estallido de la llamada burbuja inmobiliaria, con una posible repercusión en el sistema bancario, dado el elevado endeudamiento de las familias en el sector de la vivienda.

En marzo de este año, el Fondo Monetario Internacional dio a conocer su último informe sobre España. En él se advierte que, aunque el sistema financiero presenta como riesgos más relevantes, el rápido crecimiento del crédito y la gran concentración de préstamos en el sector de la vivienda, concluye que no existe riesgo de inestabilidad financiera, dada la baja tasa de morosidad existente y el gran volumen de previsiones bancarias que se exigen en la concesión de los créditos.

Conclusiones similares se exponen en el Informe de Estabilidad Financiera del Banco de España, una publicación semestral que analiza la evolución del riesgo, la solvencia y la rentabilidad de las entidades de depósito. En el informe correspondiente al mes de mayo se señala que los indicadores analizados para evaluar la solidez financiera del sistema bancario, muestran un nivel muy reducido en el ratio de morosidad, y que las entidades disponen de suficiente capacidad de reacción ante la concreción de potenciales dificultades.

Por último, esta semana se han difundido por el Instituto Nacional de Estadística los indicadores de las cuentas nacionales, mostrando que la economía española sigue disfrutando de un crecimiento notable y cada vez más equilibrado ya que, aunque se sigue sosteniendo sobre la construcción y el consumo de las familias, ambos factores están perdiendo suavemente impulso.

La venta de oro por parte del Banco de España ha provocado un revuelo en algunos ámbitos financieros, hasta el extremo de que algunos inversores extranjeros hayan preguntado a sus brokers si la caída de las reservas de oro podría poner en duda la solvencia de España.

Sin embargo, en la actualidad la credibilidad de un Estado no viene determinada por su capacidad para acumular reservas en los bancos nacionales, sino por el grado de saneamiento del sector público, que goza de un superávit presupuestario cercano al 2%, y por el estado de su sistema financiero, que hoy por hoy mantiene una calificación triple A, la más alta concedida por las agencias de rating.