Tierra y Tecnología nº 66 | Autor: ENRIQUE PAMPLIEGA HIGUERAS.

Nunca he creído en las casualidades. Y si alguna vez lo hice, se me pasaron con la edad, como los dolores de crecimiento o la fe en los reyes magos. Por eso, cuando cayó en mis manos La geología en el cine de Marc Martínez Parra, supe de inmediato que no estaba ante un libro más. No era solo un manual, ni un catálogo, ni siquiera un ensayo brillante, que lo es, sino un acto de amor. Una declaración épica escrita con la pluma de un geólogo, pero con el corazón de un director de fotografía que ha pasado años buscando el encuadre perfecto entre afloramientos rocosos.

Y mira tú por dónde, hace nada me invitaron a escribir en esta gran revista de la geología sobre el libro de Marc. A mí, que no tengo un estilo precisamente académico. Pero qué quieren que les diga: suelo ponerle palabras, con la mejor intención posible, a todo lo que me parece interesante. Y este libro lo es. Mucho. Cada página pide ser contada y comentada.

Así que aquí estoy, cumpliendo con gusto y con la misma mezcla de respeto y admiración con la que uno habla de las cosas que merecen la pena. Porque La geología en el cine no se lee: se contempla. Como un afloramiento que te explica la historia del mundo sin necesidad de abrir la boca. Como esas obras que, cuando llegan, sabes que no lo hacen por casualidad. Porque las casualidades, ya lo he dicho, no existen. Y si existieran, desde luego no escribirían tan bien como Marc.

Marc no es nuevo en esto. Ya en mi humilde blog tuve ocasión de escribir sobre su talento en otro frente igual de fascinante: los cómics de superhéroes. Aquella entrada, que titulé La Geología en los cómics de superhéroes: un viaje desde la obra maestra de Marc Martínez, fue una de esas piezas que uno escribe con gusto, porque hay autores que lo merecen. Y ahora vuelve, el muy canalla, con una obra monumental que no deja indiferente a nadie que haya pisado campo, pisado cine o pisado ambos con la misma devoción.

Un viaje de vuelta al origen

Marc nació en Manresa, en 1966. Licenciado en Ciencias Geológicas por la Universitat de Barcelona, doctor por la Autónoma de Madrid, ha caminado largo y tendido por el terreno. Dos décadas en el Instituto Geológico y Minero de España curtieron su mirada, y desde 2011 trabaja en una Confederación Hidrográfica, con el agua como compañera, enemigo y símbolo. Pero su verdadera querencia viene de lejos: el cine, los cómics, la ciencia ficción de Serie B a Z, cuando ser friki aún no era una etiqueta comercial sino una pasión solitaria y valiente.

Este libro es, en cierto modo, su testamento vital: una mezcla de todo lo que ha amado. Cine y geología, paisajes reales e imaginados, fallas tectónicas y líneas de guion, volcanes de celuloide y minerales como macguffins narrativos. No se puede escribir algo así si no se ha vivido desde dentro. Y Marc lo ha vivido. Vaya si lo ha vivido.

El paisaje como protagonista

Desde la primera página, el lector entiende que esto no va solo de rocas ni de películas. Va del modo en que la geología ha sido y sigue siendo un protagonista silente del cine. Desde el Monument Valley de John Ford hasta los paisajes marcianos rodados en Jordania para The Martian o Rogue One, pasando por los cañones de Arizona donde se ambientaron los wésterns que definieron una época, Marc demuestra que la Tierra ha actuado en más películas que Humphrey Bogart.

la geología ha sido y sigue siendo un protagonista silente del cine

Y no es una forma de hablar. El libro se abre como una carta de navegación para geólogos con alma de director de arte. No hay roca, pliegue o cenote que no tenga su lugar. Marc lo articula con una estructura impecable: desde los paisajes modelados por la erosión fluvial hasta los horrores volcánicos de Serie Z, desde las cuevas kársticas de aventuras pulp hasta las minas espaciales donde se libran guerras por el unobtainium. Porque sí, en este libro hay también AvatarIndiana JonesJurassic ParkEl día después de mañanaVolcanoDante’s Peak… pero también 127 horasMad Max o Un lugar en el mundo, esa joya argentina donde el geólogo es protagonista y el paisaje un personaje más.

No en vano fue Marc quien leyó públicamente el saber hacer del gran actor español José Sacristán en dicha película, en un acto donde se le concedió el título de Geólogo Honorífico. Aún recuerdo esos momentos con un Sacristán entrañable, evocando a aquellos actores viejunos de Hollywood que castellanizábamos con desparpajo: Jon Vaine o Tirone Pover. Jornada memorable aquella, de las que uno guarda en el zurrón de los buenos días.

Un festín para geocinéfilos

Lo que deslumbra, por encima de todo, es el rigor con el que se trata cada ejemplo. Marc no se limita a decir que tal película se rodó en tal sitio. Te cuenta qué formación geológica aparece, su edad, su litología, su simbolismo en pantalla y hasta sus coordenadas si uno quiere ir a tocar la roca con los dedos. Es un festín para el lector técnico, sin dejar de ser accesible para el curioso general.

El capítulo sobre la vulcanología es una maravilla: va desde los desastres reales a los ficticios, con monstruos incluidos, pasando por los usos míticos del volcán como escondite de villanos o lugar de nacimiento de criaturas infernales. Y no falta ni una mención al cine japonés de kaijus, ni a los dinosaurios de stop-motion, ni al uso de las aguas subterráneas como elementos mágicos, curativos o malditos.

La minería, por su parte, se presenta con toda su ambivalencia: motor de riqueza y de tragedia, excusa para aventuras y fuente de conflictos. Marc no se olvida de los accidentes mineros, ni del uso de las minas como escenarios cinematográficos, ni del tratamiento que ha dado el cine al extractivismo moderno. Y, cómo no, hay un capítulo glorioso sobre la hidrogeología, donde el agua se convierte en tesoro, en amenaza, en droga y en milagro.

Una edición a la altura

Un trabajo visual sencillamente impecable. Fotografías reales, otras generadas con IA, mapas, columnas estratigráficas y referencias a trailers y escenas completas disponibles en YouTube. El lector puede detenerse, buscar la escena, y comprobar por sí mismo lo que Marc describe con precisión quirúrgica. Es, en cierto modo, un libro expandido, interactivo, un hipertexto analógico.

No es un libro, es una declaración

Lo más valioso de La geología en el cine es su profundidad. Porque bajo el catálogo, la anécdota y el dato técnico, hay una declaración de principios: el convencimiento de que la geología no es un simple decorado, sino un actor más en la gran narración humana. En el cine, como en la vida, los paisajes nos moldean, nos condicionan y nos salvan.

Marc sabe que la geología está en todas partes: en el polvo que se levanta tras un tiroteo del Spaghetti Western, en la explosión que agrieta la bóveda del supervillano, en la montaña que sirve de frontera simbólica entre el bien y el mal. Y sabe que los geólogos o simples admiradores del oficio, tenemos la responsabilidad de mirar, entender y contar esas historias.

Este no es un libro más. Es un grito de amor al cine y a la tierra

Este no es un libro más. Es un grito de amor al cine y a la tierra. Una prueba más de que el conocimiento puede ser épico, emocionante, narrativo. De que una columna basáltica puede decir más sobre la naturaleza humana que mil discursos huecos. De que el cine, cuando se hace bien, puede educar, emocionar y formar.

Termino este texto, como quien se levanta de una butaca de cine tras ver una buena película. Uno de esos filmes que dejan huella, que uno recomienda sin reservas, que se convierten en clásicos instantáneos. Eso es La geología en el cine de Marc Martínez Parra.

Y desde aquí, me atrevo a decirlo alto y claro: si eres geólogo, este libro te hará recordar por qué elegiste esa carrera. Si no lo eres, te hará desear haberlo sido. Y si alguna vez soñaste con unir ciencia y narrativa, terreno y celuloide, aquí tienes tu manual de instrucciones.

Que descanse en lugar preeminente en tu biblioteca. Inspire tus clases, tus charlas, tus rutas, tus artículos. Que te acompañe al campo como una brújula literaria. Y que, cuando lo hojees años después, recuerdes que hubo un tipo en Manresa que lo entendió todo antes que nadie. Y lo escribió, para que no se nos olvide.

Gracias Marc.

¿Dónde conseguirlo?

Como no podía ser de otro modo, puede adquirirse directamente en la tienda online del Ilustre Colegio Oficial de Geólogos, la vieja casa común de quienes aún creemos que el conocimiento merece espacios de altura. En esta red de redes, entre tanto ruido, sigue siendo un placer encontrar un lugar fiable donde hacerse con un buen libro.

Y ya que estamos: si buscas el regalo perfecto para esta Navidad, o quieres adelantarte a Sus Majestades los Reyes Magos con algo que no termine arrinconado en un cajón, aquí lo tienes. Un libro que se lee con gusto, se aprende con calma y se regala con orgullo. Un acierto seguro para cualquier amante de la historia, la geología, el pensamiento crítico o simplemente de las buenas historias bien contadas.


Pon a prueba tus conocimientos sobre geología y cine con el TRIVIAL GeoCine

Amplío este post, con permiso de la dirección de TyT, incorporando el TRIVIAL GeoCine, un juego online basado en el magnífico libro de Marc Martínez. Más que un simple entretenimiento, es un homenaje a la obra y un desafío para todo aquel que se atreva a medirse con 150 preguntas que viajan del celuloide a la roca, y de la pantalla a la veta.

El trivial te permite jugar en solitario o a dos jugadores, con preguntas que se presentan en orden aleatorio en cada partida. Tendrás pistas para no naufragar del todo, pero no esperes clemencia: aquí se separa al aficionado del auténtico geólogo de butaca.

Puedes jugarlo aquí.


La geología en el cine

Y si tienes prisa, descarga un resumen del libro de Marc Martínez. Abajo, una imagen de este resumen.

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Enrique Pampliega
Desde hace más de 30 años ha estado ligado y promoviendo actividades relacionando la geología y geociencias con los recursos electrónicos, internet y las redes sociales y científicas. Jefe de administración del Ilustre Colegio Oficial de Geólogos (ICOG) desde el año 1990. En 1991-1996 Relaciones públicas y posteriormente responsable de marketing de la revista Tierra y Tecnología del ICOG. En 1993-1996 dirigió la publicación “El Geólogo” y en 1997 fundó “El Geólogo Electrónico”. Coordinador de las ediciones I a III del GEA-CD (recopilación y difusión de software para docentes y profesionales de las ciencias de la tierra y el medio ambiente en formato CD-ROM) entre los años 1996 a 1998. Colabora con la ONG Geólogos del Mundo creando su intranet y poniendo en marcha su página web institucional. Desde el año 2000 es responsable de calidad del ICOG (ISO 9001). Ha sido ponente en distintos eventos organizados por Unión Profesional y Unión Interprofesional de la Comunidad de Madrid, sobre la calidad aplicada al sector colegial. Asimismo, ha impartido charlas sobre búsqueda de empleo y redes sociales en el ICOG, Unión Profesional y Universidad Complutense. En 2005 implanta el visado electrónico de proyectos en el ICOG. En el ámbito de las webs y redes científicas, es Community manager del ICOG. Webmaster de la revista Tierra y Tecnología, de la página institucional del ICOG, de la Escuela de Geología Profesional, de la Red Española de Planetología y Astrobiología y de la International Association for Geoethics. Delegado de protección de datos del ICOG desde el año 2018. Experto en digitalización del sector de colegios profesionales ha sido ponente en el taller virtual sobre la "Transformación Digital del Sistema Colegial", organizado por Unión Profesional y Wolters Kluwer en 2020. Ha sido distinguido como Geólogo de Honor por la Asamblea General del ICOG el 15 de abril de 2023.