LEANDRO SEQUEIROS
Catedrático de Paleontología. Investigador desde 1970 del patrimonio paleontológico de Cabra
Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Zaragoza
Correo lsequeiros42@gmail.com
Hace ya casi cuatro años, el 20 de mayo de 2021, con ocasión del Día Mundial de los Museos, Francisco (“Paco”) Casas, delegado de Patrimonio en el Ayuntamiento de Cabra, presentaba la exposición temporal que se acogió al Museo Cabra Jurásica y que estuvo dedicada al paleontólogo y geólogo Charles Constant Wilfrid Kilian[1]. No se ha perdido la memoria histórica de un científico que ha llevado al mundo el nombre de esta ciudad que visitó en 1885.
Como paleontólogo y como geólogo he tenido el placer de estar muchas veces en la ciudad de Cabra. Tal vez la primera debió ser en 1969 con ocasión de una excursión científica como alumno de la Universidad de Granada. En 1970 tuve ocasión de estar muchas veces, pues mi trabajo final de carrera, lo que entonces se llamaba “la tesina”, la realicé en el borde sur de la Sierra de Cabra estudiando todos los aspectos estratigráficos, bioestratigráficos y paleontológicos.
Posteriormente, entre 1970 y 1974 tuve la suerte de visitar con frecuencia Cabra y las Sierras jurásicas con ocasión del trabajo de mi tesis doctoral, defendida en 1974. Puede decirse que mi presencia en la Sierra de Cabra ha sido casi continua. Proseguí la investigación, acompañé grupo de alumnos, planifiqué excursiones. En 1994 acompañé a un grupo selecto de profesores con ocasión del VIII Simposio sobre Enseñanza de la Geología.
El 24 de abril de 1985 tuve el honor, como Presidente de ACMIPA (Asociación Cordobesa de Mineralogía y Paleontología), de pronunciar una conferencia en la ciudad de Cabra en colaboración con el Exmo. Ayuntamiento.
Formaba parte de un homenaje al geólogo Wilfrid Kilian con ocasión de su estancia en la ciudad de Cabra un siglo antes, en 1885[2]. Había formado parte del grupo de científicos que estudiaron las posibles causas del devastador Terremoto de Andalucía de 1884. Nuestra asociación pidió al señor Alcalde de la ciudad que se honrase la memoria de Kilian con la dedicación de una calle en la ciudad[3]. Wilfrid Kilian llevó el nombre de Cabra a todos los ambientes científicos de la época. Esta petición fue aceptada y en la actualidad figura en el callejero la calle “Geólogo Wilfrid Kilian”.
La última visita (pero no la definitiva) que hice a Cabra fue en 2011. Hace diez años, en 2011, se celebraron en el precioso patio central del Instituto de Cabra las V Jornadas de Institutos Históricos Españoles[4]. Y le cupo el honor y la responsabilidad al claustro de este Instituto ser el anfitrión de este particular evento que organizó con esmero el profesor Luis Castellón Serrano. Se pretendía resaltar en él la importancia del papel que ha jugado la enseñanza media en la historia de la educación española, así como avanzar en los medios para la recuperación, preservación y divulgación de su patrimonio educativo. Para conseguir los objetivos propuestos en estas Jornadas se contó con la ayuda de la Asociación Nacional para la Defensa del Patrimonio de los Institutos Históricos (ANDPIH)[5], así como de diferentes instituciones y administraciones locales, regionales y nacionales.
Pero la memoria humana es frágil y muy posiblemente muchos egabrenses no habían nacido en 1885 o no recuerdan quién era este científico alsaciano al que se dedicó una calle en nuestra ciudad. En este artículo resumimos la crónica de un viaje científico y la presencia de Wilfrid Kilian en Cabra en 1885[6].
El terremoto de Andalucía de 1884
El 25 de diciembre de 1884 un terremoto de gran intensidad afectó especialmente con su efecto destructor a las provincias de Málaga y Granada y en mucha menor medida a la de Córdoba. Los efectos del desastre fueron mucho mayores en la de Granada con varios pueblos arrasados (Alhama de Granada, Arenas del Rey, Albuñuelas y otros). Nunca se dieron datos concretos sobre las víctimas y desaparecidos.

Efectos del terremoto de Andalucía 1884
El terremoto de Andalucía o de Granada o de Arenas del Rey fue un sismo registrado en la provincia española de Granada el 25 de diciembre de 1884, con epicentro en Arenas del Rey, en la comarca de Alhama de Granada. El temblor tuvo una magnitud de entre 6,2 y 6,5 en la escala de Richter, y duró aproximadamente 10 segundos con un hipocentro a entre 10 y 20 kilómetros, causando entre 1050 y 1200 víctimas, y alrededor del doble de heridos.
El terremoto tuvo lugar a las 21 horas y 8 minutos del 25 de diciembre de 1884, con una duración de unos 20 segundos, afectando principalmente a las provincias de Granada y Málaga. Al seísmo se le ha asignado una intensidad epicentral de diez en la escala MKS; con respecto a la magnitud se han determinado valores entre 5,8 y 6,7 según diversos autores (Muñoz y Udías, 1991; Instituto Geográfico Nacional, 1989; López Casado et al., 2001).
Los investigadores calculan que el terremoto causó alrededor de 800 víctimas mortales y unos 1500 heridos, destruyendo unas 4.400 casas y dañando de forma importante otras 13.000. La población más afectada fue Arenas del Rey, en donde colapsaron el 90% de las casas, sufriendo el resto daños muy graves, Albuñuelas, Alhama de Granada, Játar, Jayena, Murchas, Ventas de Zafarraya, Zafarraya; y en la provincia de Málaga las localidades de Alcaucín, Antequera, Canillas de Aceituno y Periana. No hemos encontrado datos de Cabra ni de la provincia de Córdoba. Pero si hubo daños, debieron ser menores.

Esquema de los efectos del Terremoto de Andalucía de 1884
El terremoto de 1884 alcanzó una expansión de 120 x 70 km², afectando a unos cien núcleos urbanos de Granada y Málaga. Las áreas más afectadas, con importantes derrumbes de edificios, fallecimientos y heridos son el suroeste de la provincia de Granada y este de la provincia de Málaga.
Arenas del Rey fue la población más afectada; se derrumbaron el 90 % de las casas y el resto sufrió daños muy graves. Se contabilizaron 135 muertos y 253 heridos. El pueblo fue totalmente reconstruido a cierta distancia del anterior, en la ubicación que actualmente ocupa.
Alhama de Granada fue la población con mayor número de víctimas, 463 muertos y 473 heridos. Más del 70 % de las casas se derrumbaron. Se construyó un barrio nuevo en las inmediaciones de la Hoya del Egido.
Además del desprendimiento de rocas, causado por el temblor hay que sumar los deslizamientos de los estratos superiores del terreno, hecho que agravó las secuelas del terremoto. Estos deslizamientos fueron acompañados de la formación de numerosas grietas. A la sacudida más importante le siguieron varias sacudidas más en los días posteriores, alguna de cierta intensidad, esto hizo que la gente se echara a la calle, y el que se quedaba en su casa lo hacía con las puertas abiertas, a pesar del intenso frío.
Los destrozos del terremoto de Andalucía1884
Con el objetivo de hacer un balance de daños, y recabar información geológica del suceso para prevenir réplicas y daños futuros, en entonces Ministerio de Fomento del Gobierno de España se movilizó enseguida. Se nombró el 4 de enero de 1885 una Comisión técnica compuesta por prestigiosos ingenieros, presidida por don Manuel Fernández de Castro (director entonces de la Comisión que realizaba el Mapa Geológico de España). En ella figuraban Daniel de Cortázar, Joaquín Gonzalo y Tarín y Juan Pablo Lasala, con varios auxiliares. Estos recorrieron las zonas afectadas durante parte de los meses de enero y febrero de 1885.
Sin embargo, esta Comisión no fue la única que recorrió la zona afectada y elevó informes técnicos de las causas y prevención. Prácticamente al término de su labor coincidieron con dos expediciones científicas más, una italiana y una francesa, que habían desembarcado en Málaga con el mismo fin.
La expedición francesa (La Mission d´Andalusie)
La noticia del terremoto de Andalucía se extendió por todo el mundo pese a la limitación de los medios de comunicación de la época. Tras tener información del terremoto de Andalucía, la Academia de Ciencias de París decidió enviar a España una expedición científica para recoger datos sismológicos y geológicos de los terrenos afectados. Estaban muy preocupados por la posibilidad de un enjambre europeo de terremotos. Y desde un punto científico – como veremos – estaba muy vivo el debate sobre la tectónica global del planeta: ¿qué fuerzas misteriosas empujan a los continentes y los hacen colisionar?
Ferdinand Fouqué
La expedición científica francesa desembarcó en el puerto de Málaga en febrero de 1885. Visitó la región afectada por el terremoto entre los meses de febrero, marzo y abril de 1885. La logística y la expedición estaba coordinada y dirigida por el profesor Ferdinand Fouqué. El profesor Ferdinand André Fouqué (Mortain, 21 de junio de 1828; Paris, 7 de marzo de 1904), fue un geólogo y mineralogista francés que planificó, coordinó y participó activamente en la expedición científica francesa para estudiar el terremoto de Andalucía en 1885.

Ferdinand Fouqué
Fouqué inició sus estudios, con 21 años, en la Escuela Normal Superior de París ocupando posteriormente primero el puesto de conservador de las colecciones científicas y, en 1877, la cátedra de Historia natural en el Collège de France. En 1881, fue elegido miembro de la Academia de las Ciencias en la sección de mineralogía. Fouqué estudió e investigó en especial los fenómenos volcánicos, los seísmos, los minerales y las rocas; fue el primer científico en introducir los métodos petrográficos modernos en Francia.
Fouqué fue el primer científico en describir el flujo piroclástico, —que denominó «nuées ardentes», – a partir de sus estudios sobre las erupciones de 1580 y 1808 en Isla de São Jorge|São Jorge]], del archipiélago de las Azores. En Reunión, isla volcánica de los territorios de ultramar franceses, se bautizó en su memoria con el nombre Enclos Fouqué a la caldera volcánica más reciente formada en el volcán activo Pitón de la Fournaise.
En la expedición francesa a España en 1885 le acompañaban algunos ingenieros expertos en geofísica (Lévy, Bertrand y Bréon), un profesor de la Facultad de Ciencias de Lille (Charles Barrois) y tres jóvenes “becarios” que eran “preparadores” en la Universidad: (Wilfrid Kilian y Jules Bergeron) y uno del Colegio de Francia (Albert Offret).
En el volumen de La Misión de Andalucía, al presentar a Kilian, dice: “antiguo jefe de los trabajos prácticos en el Laboratorio de Geología de la Sorbona, Encargado de Curso de Geología en la Facultad de Ciencias de Clermont-Ferrand”. Es lo que leemos en el volumen de 1889. No era aún un currículo muy brillante. Aún no había marchado a Grenoble, donde desarrollaría una gran labor.
Marcel Bertrand
El compañero de trabajos en Andalucía con Kilian fue Marcel Bertrand. Quince años mayor que Wilfrid Kilian, Marcel Alexandre Bertrand (nacido en París, el 2 de julio de 1847 falleció en París el 13 de febrero de 1907), tenía 38 años en 1885 cuando el proyecto de La Misión de Andalucía. Bertrand fue un geólogo francés, fundador de la tectónica moderna por sus estudios sobre los Alpes, formación y su evolución posterior. En este sentido, cumplió la función de ser uno de los maestros de Kilian.
Tras haber estado trabajando en distintos empleos en el este de Francia, Bertrand empieza a trabajar como geólogo, en 1877, para el «Servicio de los Mapas Geológicos de Francia” donde realiza estudios de las zonas del Jura, Provenza y los Alpes. Concentra sus investigaciones en las montañas incluyendo sus formaciones orogénicas. Consigue analizar y dar explicación al doble cabalgamiento del cantón de Glaris, en los Alpes de Suiza, y posteriormente sobre la anomalía estratigráfica del Beausset, elaborando nuevas teorías tectónicas que presenta en los Congresos geológicos de Zúrich y San Petersburgo.
Su propuesta tectónica basada en el descubrimiento de los mantos de corrimiento hace que pueda ser considerado como el fundador de la tectónica moderna. Precisa la hipótesis de Eduard Suess[7] y anticipa que América del Norte y Europa se habían formado por tres plegamientos sucesivos situados en el borde meridional de un antiguo continente primitivo.
Una síntesis general de su aportación a la moderna geología fue publicada por Durand Delga[8]. Puede decirse que la «nueva tectónica», que sustituye a la hipótesis de los «levantamientos» de los geólogos antiguos, fue inaugurada por el genio inventivo de Marcel Bertrand, estudiando los plegamientos de la cadena de los Alpes.
Criado en un entorno familiar rico en personalidades intelectuales, Bertrand fue admitido en la Escuela Politécnica de París y se formó como ingeniero de minas en Vesoul. Convertido al trabajo científico de la geología, aprenderá la cartografía del Jura, mientras cumple con sus responsabilidades en París (Mapa Geológico, Escuela de Minas, Sociedad Geológica, y más tarde en la Academia de Ciencias). Resuelve problemas tectónicos de los Alpes suizos que le preparan para su participación en la Misión de Andalucía en 1885.

El geólogo Michel Bertrand
Su obra favorita se refiere a la Provenza Occidental, donde descubre los cabalgamientos tectónicos de Beausset, Sainte-Baume y Allauch y de l’Étoile, finalmente reunidos en su “manto de corrimiento de Basse-Provence”. Esta interpretación todavía se acepta un siglo después.
Inspirado por su amigo Eduard Suess, Marcel Bertrand aborda, desde 1890 hasta 1900, con distintos grados de éxito, los grandes problemas de la geología, estableciendo en particular la sucesión cíclica de fenómenos tectónicos, magmáticos y sedimentarios en grandes cadenas. Su trabajo queda interrumpida por su fallecimiento en 1907 con 60 años.
Otros geólogos ilustres en la Mission d´Andalousie
Tal vez entre los miembros más prestigiosos de la Comisión francesa para el estudio del Terremoto de Andalucía de 1884 estaba Auguste Michel-Lévy (nacido en París el 7 de agosto de 1844- y fallecido el 27 de septiembre de 1911). Se convirtió en inspector general de minas y director del Servicio Geológico de Francia. Se distinguió por sus investigaciones sobre rocas extrusivas y su estructura microscópica y orígenes. Empleó el microscopio polarizador desde el principio para la identificación de minerales, técnica muy novedosa entonces. En sus muchas contribuciones a revistas científicas, describió el grupo de las granulitas y se ocupó de las pegmatitas, de las varioloitas, de las felsitas, de las ofitas de los Pirineos, de los volcanes extintos del centro de Francia, de los gneises y de los esquistos cristalinos.
Otro de los científicos de prestigio era Charles Eugène Barrois (nacido el 21 de abril de 1851 en Lille – y fallecido el 5 de noviembre de 1939) fue un geólogo y paleontólogo francés. Barrois nació y se educó en Lille. Era hermano del zoólogo Jules Henri Barrois. Estudió geología la universidad de su ciudad natal y fue alumno del reputado geólogo Jules Gosselet. Uno de sus primeros trabajos, Recherches sur le terrain crétacé supérieur de l’Angleterre et de l’Irlande2 fue publicado en las Mémoires de la Société Géologique du Nord en 1877; esta obra delimitó en detalle las zonas paleontológicas del Grupo Creta y la Formación Arena Verde en Gran Bretaña y ha sido la base de trabajos posteriores que corroboraron los resultados originales de Barrois en todos los rasgos principales.
Además de un reconocido paleontólogo y geólogo de campo, Charles Barrois demostró ser un hábil petrólogo en sus trabajos, entre los que se pueden mencionar los estudios sobre las rocas cretácicas de Las Ardenas y de la Cuenca de Oviedo; de la Caliza de Erbray (Devónico); de las rocas paleozoicas de Bretaña y del norte de España; y de las rocas graníticas y metamórficas de Bretaña.3 Su labor era rigurosa y basada en la observación detallada. Su fama se extendió a nivel internacional, incluso antes de ser reconocido en su propio país, y fue honrado por varias academias europeas y americanas.
El proyecto científico de La Mission d´Andalousie
Los miembros de La Mission d´Andalousie recorrieron algunas zonas formando un solo grupo y en otras ocasiones se dividieron en grupos más pequeños (ver figura).

Recorrido inicial de los comisionados franceses antes de dividirse en cuatro grupos para estudiar zonas específicas.
Comenzaron por visitar las localidades malagueñas al sur de la Sierra Tejada, y fueron posteriormente hacia el norte, hacia Alhama de Granada, dividiéndose en dos grupos que se dirigieron a la ciudad de Granada donde se reencontraron.
Después, todo el grupo se dirigió a Lanjarón, en la Alpujarra, y allí se volvieron a dividir para recorrer lugares cercanos hacia el este y oeste de esta población.
Por último, la expedición se encaminó hacia la costa, hacia Motril, donde se separaron definitivamente en cuatro grupos. Los comisionados Marcel Bertrand y Wilfrid Kilian constituyeron uno de los grupos, y dedicaron sus esfuerzos a los materiales Secundarios y Terciarios de una amplia zona que abarca parte de las provincias de Granada, de Málaga y de Córdoba.
Bertrand y Kilian no ofrecen en ninguna de sus publicaciones una descripción detallada del itinerario que realizaron. Pero sí citan las localidades en las que encontraron yacimientos con fósiles que les permitieron “datar” los terrenos por los que discurrían. A partir de estos datos se puede inferir el itinerario que realizaron.

Área estudiada por Bertrand y Kilian
El área de estudio de Bertrand y Kilian es bastante extensa. Vendría marcada por una línea que desde Motril y cruzando las estribaciones granadinas de Sierra Tejeda llegarían hasta Loja (Granada) y de allí a Montefrío (Granada) constituyendo el límite occidental de dicho corredor. El límite oriental lo formaría una línea que uniera Motril con Quéntar (Granada), atravesando Lanjarón. Finalmente por el norte se cerraría con una línea que uniera Quéntar con Montefrío pasando por Alfacar (Granada). En Sierra Elvira (Granada) recogen gran cantidad de fósiles y una especie (Harpoceras bertrandi) es dedicada por Kilian a su compañero de fatigas.
Además, hay que resaltar sus visitas a varias localidades bastante alejadas de este perímetro como eran la zona de Antequera y Colmenar (Málaga) en las que también recolectaron fósiles, y en Córdoba, Puente Genil, Priego, Lucena y la Sierra de Cabra. Aquí es donde se detiene Kilian más tiempo y estudia el yacimiento de la Fuente de los Frailes. El hecho de que solo venga firmado por Kilian parece indicar que se separó temporalmente de su compañero de investigación para dedicarse a la recogida de fósiles.
En las publicaciones que firmaron juntos (Bertrand y Kilian, 1885a, 1885b, 1886, 1891)[9] y también Kilian en solitario (1889, 1892)[10] desarrollan sus observaciones de geología general, estratigrafía y paleontología. Sus colectas de fósiles mesozoicos abarcan el Triásico, el Jurásico y el Cretácico. Y los fósiles recogidos en materiales terciarios incluyen solo el Eoceno medio, y a una parte del Mioceno medio y superior.
Los fósiles recogidos por Bertand y Kilian en sus correrías por Andalucía fueron determinados por Wilfrid Kilian en 1885, como consta en las etiquetas que acompañan a los ejemplares, en París, en la Sorbona, con la decisiva colaboración de Ernest Munier-Chalmas (Tournus 1842 – Aix-Les-Bains 1903), que fue un famoso geólogo y paleontólogo francés.
Muchos de los fósiles del terciario están ahora depositados en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid. Pero no tenemos datos sobre la localización de los ejemplares fósiles procedentes de yacimientos de la era Secundaria, el mesozoico, tanto del Triásico como del Jurásico y Cretácico.
Wilfrid Kilian, un geólogo todo terreno: Primer centenario de su fallecimiento en 1925
Wilfrid Kilian, Charles Constant Wilfrid Kilian (1862-1925), conocido en la bibliografía geológica como Wilfrid Kilian, fue un geólogo de origen alsaciano. Hizo sus primeros estudios en la ciudad de Estrasburgo y posteriormente desde 1871 los continuó en la Escuela alsaciana de París, donde sus padres habían trasladado la residencia. Su vida fue corta, 63 años, pero densa…

El geólogo Wilfrid Kilian
Wilfrid Kilian obtuvo la Licenciatura en Ciencias Geológicas en París, en la Universidad de la Sorbona. Dadas sus cualidades humanas e intelectuales, llamó la atención del profesor Edmond Hébert (1812-1890), experto en la geología del Jurásico, que le dio su apoyo para colaborador suyo y posteriormente hacerle tutor y jefe de los trabajos prácticos de los estudiantes.
Finalizados sus estudios de licenciatura, fue propuesto como preparador de laboratorio (una especie de becario o profesor ayudante) y luego jefe de los trabajos prácticos de los estudiantes5.
Esto le permite acercarse al círculo de uno de los mejores geólogos de la época, Marcel Bertrand (1847-1907), uno de los fundadores de las teorías de la tectónica moderna e introductor en la geología del paradigma de los mantos de corrimiento. El activo Kilian colabora en distintos proyectos en el Este de Francia y es contratado para trabajar en la elaboración del Mapa Geológico de Francia, dedicándose al estudio particular de los macizos de Jura, de Provenza y de los Alpes.
Kilian, tras Bertrand, presta una atención especial a buscar las causas de la formación de las montañas y elaborar hipótesis sobre su formación. Intenta demostrar que las hipótesis de Bertrand sobre los mantos de corrimiento corresponden a lo que sucede en los procesos orogénicos. De alguna manera, el interés de los geólogos franceses por el terremoto de Andalucía de 1884 se debía a la posibilidad de confirmar las teorías tectónicas de Bertrand. Parece que explicaban los plegamientos en el Jura y ahora podían ser comprobadas en Andalucia. Kilian tiene en este año de 1885 23 años.
Bertrand y Kilian en Cabra y en Andalucía
No es fácil describir en pocas palabras cómo era la situación social, cultural, política y científica de Andalucía en la segunda mitad del siglo XIX y cómo era la ciudad de Cabra de Córdoba cuando Bertrand y Kilian viajaban por esta tierra investigando las causas del terremoto de 1884.
Andalucía era entonces una tierra agrícola, inculta, pobre y caciquil. El historiador José Calvo Poyato tiene publicada una aproximación histórica a la ciudad de Cabra en el siglo XIX[11]. Según los datos de Wikipedia, en 1835 como resultado de las leyes de desamortización de Madoz y del mal llamado Mendizábal —en realidad sólo era Méndez— fueron expropiados y vendidos en subasta los inmuebles de las llamadas «manos muertas».
La ley no logró su propósito, que era alentar el surgimiento de una clase media emprendedora y activa, porque los bienes subastados acabaron en las manos de las viejas familias ricas y nobles, favoreciendo el latifundismo. Como ha ocurrido en repetidas ocasiones: Las buenas intenciones conducen al hambre de la población. La roturación de estas tierras causó una catástrofe ecológica de magnitud incalculable que llevó a la pérdida del bosque mediterráneo en grandes áreas y consecuentemente a la extinción de especies como el oso pardo.
El 16 de marzo de 1849 la reina Isabel II de España mediante Real Decreto concedió a Cabra el título de «Muy Ilustre y Leal Ciudad de Cabra», pasando de villa a ciudad gracias a esta monarca, y cuyo lema todavía se puede observar en el escudo municipal. Desde el año 2014 se viene celebrando esta fecha como el Día de Cabra por las instituciones.
Entre 1881 y 1898 hubo trece alcaldes diferentes, lo que indica la inestabilidad política de España y la fragilidad de las normas de convivencia. A pesar de todo esto, desde el punto de vista económico Cabra se fue desarrollando, se construyó la Plaza de Toros en 1856.
Otro hecho relevante fue la construcción en 1891 de la estación de tren, perteneciente a la línea Linares-Puente Genil —más conocida como el «tren del Aceite»— lo que permitió a la ciudad la conexión con la red ferroviaria nacional.
Nos falta mucha información sobre la visita de Bertrand y Kilian. Por lo que sabemos (tal como apuntamos en el trabajo de Montero, Diéguez y Sequeiros, 2004 sobre la crónica del viaje) la ciencia francesa estaba más interesada en comprobar la supremacía de su ciencia sobre otros países europeos que paliar la desgracia de las víctimas del terremoto.

El geólogo Wilfrid Kilian
El estudio del yacimiento de fósiles de la Fuente de los Frailes en la Sierra de Cabra
El legado científico más sobresaliente de Wilfrid Kilian durante su estancia en Cabra está contenido en la Memoria Científica publicada en 1889, poco después de su viaje a Andalucía. Su título en castellano es: “El yacimiento Titónico de la Fuente de los Frailes”[12].
De acuerdo con los datos del mismo Kilian en este texto, el yacimiento fosilífero de los alrededores de Cabra ha llamado la atención desde hace muchos años a los geólogos. Ya en 1834 lo cita un viajero inglés por España, Samuel E. Cook[13] y posteriormente el ingeniero de Minas y geólogo Joaquín Ezquerra del Bayo[14] en su inventario de lugares geológicos de España. Más tarde, los geólogos franceses contratados para la elaboración del Mapa Geológico de España, como los ingenieros de Verneuil y Édouard Collomb[15] que citan los ammonites del Jurásico en las montañas de Gaena y de Cabra.
Los mismos autores reseñan la existencia de estos fósiles de edad Oxfordiense (Jurásico superior) en las calizas de Cabra, dato que les había llegado por medio del naturalista y geólogo Fernando Amor y Mayor[16]. Verneuil y Collomb citan una extensa relación de géneros y especies de ammonites del Jurásico de Cabra que están reseñados en la “Explicación del Mapa Geológico de España” (segunda edición, 1867)
Ese mismo año, 1867, el geólogo M. Schloenbach publica en Alemania un estudio en el que compara los fósiles de Cabra con los de los Alpes y en especial, del Tirol. Desde esta fecha, encontramos citas de especies de ammonites de Cabra en casi todas las publicaciones europeas de Jurásico superior. Kilian cita en la extensa bibliografía final las obras de Hébert, Zittel, Favre, Cotteau, Nicolis y Parona (Kilian, páginas 733-799)
Todos estos datos fueron recogidos por el geólogo e Ingeniero de Minas Lucas Mallada (1841-1921)[17] en su Reconocimiento geológico de la provincia de Córdoba, donde describe yacimientos de fósiles entre los kilómetros 15 a 19 de la carretera entre Cabra y Priego[18], a la altura del camino de subida a la Ermita de la Virgen de la Sierra.




Algunos fósiles de Cabra descritos por Kilian: Tithopeltoceras edmundi (Kilian). Sowebyceras tortisulcatum (d´Orbigny), Portada del trabajo de Kilian en Cabra, Gregoryceras fouquei (Kilian)
Todos estos datos animaron a Bertrand y Kilian, en su viaje a España, a visitar estos yacimientos, aunque no tenían demasiado que ver con el terremoto de 1885. Según Kilian, “con ocasión de nuestro viaje a España, pasamos algunos días en Cabra para visitar el célebre yacimiento de la Fuente de los Frailes, y recoger un número considerable de fósiles (…) y redactar una nota estratigráfica”.
Describe las carreteras y algunos lugares de interés y se centra en la reseña estratigráfica (desde la página 584). Ofrece (desde la página 592) un listado de las especies fósiles, sobre todo de los ammonites y antes de las láminas de figuras (entre las páginas 733 y 739) reproduce una extensa bibliografía que sorprende por su actualización.
Un índice muy detallado ocupa las páginas 741-751 que remiten a la edición completa de la Misión de Andalucía. La edición completa incluye 37 láminas, de las cuales de la 24 a la 33 están dedicadas a los fósiles del Jurásico, muchos de ellos de Cabra.
El número de especies fósiles marinas, tanto de la Era Secundaria como de la Era Terciaria, es muy alto. Hemos contabilizado 7 especies del Triásico, 30 especies del Lías inferior y medio, 17 especies del Lías superior, 10 especies del Dogger, 139 especies del Jurásico superior y Berriasense, 61 especies del Cretácico inferior, y 170 especies del Terciario.
En total, Kilian describe y cita 434 especies de fósiles marinos en Andalucía. De ellas son nuevas (es decir, se describen por vez primera) unas 150 especies.
De las especies descritas por Kilian en Andalucía, más de cien especies de la Era Secundaria son nuevas para la ciencia y unas 50 especies nuevas son del Terciario.
Puede decirse que en los pocos meses que estuvo en Andalucía, su trabajo paleontológico fue inmenso. Aunque contó con la ventaja de que los yacimientos de fósiles eran vírgenes pues nadie los había tocado antes. Pero ello no resta mérito a su trabajo.
En los alrededores de Cabra, el número de especies fósiles catalogadas es más de 200, de las cuales unas 50 son especies que hasta entonces eran desconocidas para la ciencia.
De acuerdo con la tradición de la paleobiología, las nuevas especies se dedican a otros científicos, muchos de ellos de la Mission d´Andalousie. Tal vez el más emblemático de todos sea el Gregoryceras fouquei, dedicado al profesor Ferdinand Fouqué, director de la expedición científica. Y el Harpoceras bertrandi, dedicado a su compañero y maestro Michel Bertrand.
La labor científica de Wilfrid Kilian en la geología europea
La experiencia española del joven licenciado en Ciencias Geológicas fue determinante para el currículo posterior de Kilian. A su regreso de Andalucía tiene una experiencia que le capacita para recorrer Europa y estudiar su tectónica. Defiende una tesis doctoral sobre la geología de las montañas de Lure en 1888.
Obtiene la plaza de profesor de Geología en la Universidad de Grenoble que será su casa y lugar de trabajo hasta su fallecimiento. Su competencia en geología alpina le hace merecedor de ingresar en la Academia de Ciencias de París en 1919.
Kilian había contraído matrimonio en 1894 con Antoinette Boissy d’Anglas. Tuvieron dos hijos varones, Robert et Conrad y dos hijas, Mathilde et Magali. Su segundo hijo, Conrad (1898-1950), será un gran geólogo, especialista en la exploración del Sahara; Allí descubrirá todos los elementos que permiten oler la presencia del petróleo, aunque tendrá un final trágico.
Wilfrid Kilian el hombre
Nos restan muchas preguntas sin respuesta: ¿Cuánto tiempo estuvo Kilian en Cabra? ¿Cuándo visitó el yacimiento de la Fuente de los Frailes? ¿Dónde se hospedó en Cabra? ¿Estaba solo o acompañado por Bertrand? ¿Tuvo amigos en Cabra? ¿Alguien puede tener alguna información sobre la estancia de Kilian en Cabra?

Junto al Tithopeltoceras emblema del Parque Jurásico de Cabra
Una gran parte de la vida de Kilian se desarrolla en la Universidad de Grenoble. En 1892, con 30 años, llega a ser sucesor del geólogo Charles Lory[19] y ocupa la cátedra de Geología para poder estudiar in situ los Alpes.
Su trabajo se extiende en Grenoble durante 33 años. Y fallece, como hemos apuntado, con 63 años.

Tumba de Wilfrid Kilian y de su hijo Conrad en el Cementerio Saint-Roch de Grenoble
La obra científica de Wilfrid Kilian
Entre los trabajos científicos de Wilfrid Kilian, posteriores a su presencia en Andalucía, destacamos:
- Description géologique de la montagne de Lure, (1888).
- Sur quelques fossiles du Crétacé inférieur de la Provence, (1888)
- Neige et glaciers, (1891).
- Sur la structure du massif de la Varbuche (1891).
- Description géologique de la vallée de Valloire, Savoie, et de quelques massifs adjacents, en collaboration avec Joseph Revil, (1899).
- Contributions à la connaissance de la zone du Briançonnais, le Jurassique supérieur (1903)
- Essai d’une monographie hydrologique des environs de Garéoult (1906).
- Lethaea Geognostica, (1907).
- Les formations fluvio-glaciaires du bas-Dauphiné (1911).
- Ce que la géologie et la paléontologie nous apprennent sur l’origine de la vie (1912).
- Ministère des Travaux Publics : Mémoires pour servir à l’explication de la carte géologique détaillée (1918)[20].
Homenaje póstumo de un amigo de Kilian: el de Pierre Termier
Wilfrid Kilian, un gran científico y sobre todo un gran ser humano. Un colega y amigo de Wilfrid Kilian, el geólogo y paleontólogo Pierre Termier (Lyon, 1859-Grenoble, 1930), le dedicó un elogio que conviene destacar. Termier fue un geólogo francés. Ingeniero y profesor de la Escuela de Minas de París, dirigió el Servicio del Mapa Geológico de Francia.
Realizó un importante estudio de la estructura geológica de los Alpes, que presentó en el Congreso Internacional de Geología celebrado en Viena en 1903 y que le valió ser considerado como uno de los fundadores de la tectónica moderna. Escribió diversas obras, entre las que destacan El gozo de conocer (1926) y La vocación del sabio (1927).
Destaca los aspectos humanos de Kilian:
Wilfrid Kilian, por Pierre Termier: Publicado en Annales de Géographie, Año 1926, Volumen 35, Número 193 p. 87 – 89.
El 30 de septiembre, en Grenoble, el ilustre geólogo Wilfrid Kilian, profesor de la Universidad de esta ciudad, miembro de la Academia de Ciencias, sucumbió a una enfermedad infecciosa de origen incierto, cuyas primeras manifestaciones se remontan a apenas quince días y que inmediatamente había adquirido un carácter extremadamente serio. Tenía sesenta y tres años. Esta muerte prematura, imprevista, casi súbita puso de luto a toda la ciencia francesa e incluso, en todo el mundo, a todos los investigadores apasionados por la geología, la paleontología o la geografía física, y que saben mirar más allá de sus fronteras; particularmente entristeció a los geólogos y geógrafos de los Alpes,
Desde 1889 había ocupado brillantemente la cátedra de geología en la Universidad de Grenoble, cátedra ilustrada antes que él por Charles Lory. En 1888, había obtenido en la Sorbona, con todas las bolas blancas, el grado de doctor en ciencias por una tesis magistral sobre la Montagne de Lure. Su formación paleontológica la realizó en París, en el laboratorio de geología de la Sorbona donde había trabajado durante cuatro años bajo la dirección de Hébert y en contacto con Munier-Chalmas..
La influencia prolongada de estos dos hombres, tan diferentes entre sí, pero ambos tan profundamente naturalistas, había desarrollado de manera maravillosa los gustos, los instintos, las facultades que le eran innatas y que indudablemente derivaba de su antepasado, el gran Cuvier.
En cuanto a su formación como geólogo, se la debía sobre todo a Marcel Bertrand. Después de haber seguido el curso de este joven maestro en la École des Mines, se presentó a él y Marcel Bertrand no tuvo dificultad en adivinar el raro mérito de este nuevo discípulo.
En 1885, hizo que se sumara a la misión geológica que la Academia de Ciencias envió a Andalucía para estudiar la estructura de una región devastada por un terremoto: ocasión de un largo y delicioso viaje, donde Kilian recolectó muchos fósiles. Y recibió, de su compañero de carreras, muchas lecciones valiosas que nunca olvidó. La curiosidad ardiente y en constante despertar, el arte de observar bien, la preocupación por interpretar racionalmente las propias observaciones, el método científico sólido y riguroso, el hábito de criticarse a sí mismo con la severidad que se trae en la crítica de los demás: estos fueron los principales frutos de la estas lecciones.
A su regreso de Andalucía, Marcel Bertrand decidió que Kilian colaborara en la ejecución del mapa geológico de Francia. Iniciada en el norte del Jura, esta colaboración continuó durante 36 años en los Alpes y solo se detuvo por la muerte.
También fue Marcel Bertrand quien, después de la muerte de Lory, aconsejó a Kilian —en ese entonces y durante varios meses profesor en la Universidad de Clermont-Ferrand— que solicitara la cátedra de Grenoble; él también, que apoyó esta candidatura con su alta influencia y que, una vez hecho el nombramiento, intervino entre el nuevo profesor de Grenoble y algunos otros geólogos, el intercambio de cartografía alpina. Kilian recibió una gran parte, la que incluye las altas cadenas de piedra caliza de Saboya entre Arc e Isère, entre la gama de Belledonne y la zona de arenisca antracita. Entonces comenzó esta hermosa carrera, que tanto ha hecho honor a la ciencia francesa.
Después de las altas cadenas de piedra caliza de Saboya, ya sea solo o en colaboración con otros geólogos que muy rápidamente se habían convertido en sus amigos, Kilian estudió Queyras, Ubaye, Embrunais, Briançonnais. Sometió a un riguroso y minucioso análisis los suelos de la cadena subalpina, prolongación del Jura en el sur del Ródano, Chartreuse, Vercors, Diois, Valentinois, Bochaine, Baronnies, que sólo se conocían de forma muy imperfecta. Sus carreras lo llevaron a las fronteras de la Provenza y los Alpes Marítimos, a la frontera italiana entre el Col de la Seigne y el Col de la Madeleine, a los bordes de los macizos cristalinos del Mont Blanc, las Grandes Rousses, Pelvoux, Mercantour.
Nada le ha quedado ajeno con respecto a los Alpes franceses. Precisó la estratigrafía de las tierras secundarias en gran parte de la cadena, descubrió y describió numerosos depósitos fósiles, observó en la alta Tarentaise el paso gradual de las fosilíferas Lias a la serie metamórfica conocida como Lustrous Schists; de 1890 a 1913, dedicó mucho tiempo al estudio de las tierras cuaternarias, a la reconstrucción de la historia de los valles alpinos durante el Pleistoceno, a la distinción entre glaciaciones sucesivas y períodos fluviales interglaciares, en Saboya primero, luego a lo largo del Isère, luego en la parte superior de Durance; estaba interesado en la glaciología actual y ha contribuido en gran medida a la organización, en nuestros Alpes, de un estudio sistemático de los glaciares y sus oscilaciones. observó en el alto Tarentaise el paso gradual de las fosilíferas Lias a la serie metamórfica conocida como Lustrous Schists; de 1890 a 1913, dedicó mucho tiempo al estudio de las tierras cuaternarias, a la reconstrucción de la historia de los valles alpinos durante el Pleistoceno, a la distinción entre glaciaciones sucesivas y períodos fluviales interglaciares, en Saboya primero, luego a lo largo del Isère, luego en la parte superior de Durance; estaba interesado en la glaciología actual y ha contribuido en gran medida a la organización, en nuestros Alpes, de un estudio sistemático de los glaciares y sus oscilaciones. observó en el alto Tarentaise el paso gradual de las fosilíferas del Lias a la serie metamórfica conocida como Esquistos lustrosos (Lustrous Schists); de 1890 a 1913, dedicó mucho tiempo al estudio de las tierras cuaternarias, a la reconstrucción de la historia de los valles alpinos durante el Pleistoceno, a la distinción entre glaciaciones sucesivas y períodos fluviales interglaciares, en Saboya primero, luego a lo largo del Isère, luego en la parte superior de Durance; estaba interesado en la glaciología actual y ha contribuido en gran medida a la organización, en nuestros Alpes, de un estudio sistemático de los glaciares y sus oscilaciones. a la reconstrucción de la historia de los valles alpinos durante el Pleistoceno, a la distinción entre glaciaciones sucesivas y periodos fluviales interglaciares, primero en Saboya, luego a lo largo del Isère, luego en el Alto Durance; estaba interesado en la glaciología actual y ha contribuido en gran medida a la organización, en nuestros Alpes, de un estudio sistemático de los glaciares y sus oscilaciones. a la reconstrucción de la historia de los valles alpinos durante el Pleistoceno, a la distinción entre glaciaciones sucesivas y periodos fluviales interglaciares, primero en Saboya, luego a lo largo del Isère, luego en el Alto Durance; estaba interesado en la glaciología actual y ha contribuido en gran medida a la organización, en nuestros Alpes, de un estudio sistemático de los glaciares y sus oscilaciones.
Su competencia paleontológica fue reconocida universalmente. Para las tierras secundarias, especialmente para el Jurásico Superior y el Cretácico Inferior, fue un admirable conocedor de fósiles. Había acumulado, en el laboratorio de geología de Grenoble, una colección de cefalópodos paleocretáceos de regiones clásicas, ordenados de acuerdo con sus relaciones filogenéticas, una colección completada por una rica biblioteca: un conjunto único en su tipo y un precioso instrumento de trabajo al que la gente viene a visitar y utilizar por paleontólogos de los más diversos países. Hay una gran cantidad de originales y modelos de los tipos mostrados, y se podría establecer fácilmente una Sinopsis completa de los amonitas del Cretácico Inferior.
Su trabajo personal no impidió que Kilian se dedicara a sus alumnos. Un tipo consumado de geólogo, también fue el modelo del profesor, feliz de enseñar, nunca se cansa de responder, incluso extendiendo la respuesta mucho más allá de los límites de la pregunta formulada, considerándose pagado por sus molestias tan pronto como vio que había sido comprendido, tan pronto como sintió que un poco de su entusiasmo por la verdad había pasado al alma de su discípulo.
No era un teórico. Las teorías, tanto las de la biología como las de la geología estructural, le eran familiares, pero le inspiraban sospechas. No se entregó a ello; habló poco de eso. Sus preferencias fueron por el estudio analítico, preciso y paciente de los fenómenos; y dejó voluntariamente a otras mentes, menos tímidas o menos cautelosas, el desarrollo de ensayos sintéticos.
Su gran preocupación era dar resultados definitivos; y estos son, de hecho, resultados definitivos que se encuentran, en masa, en su obra estratigráfica y que la harán imperecedera. Esta misma predilección por el trabajo analítico lo distrajo de viajes lejanos. Los Alpes franceses realmente le parecían suficientes; y no participó en las muchas controversias que, sobre la estructura de los Alpes italianos, los Alpes suizos y, sobre todo, los Alpes orientales, han dividido y aún dividen a los geólogos alpinos.
En tectónica, su extrema prudencia, su firme voluntad de avanzar sólo asegurando cada uno de sus pasos, muchas veces lo avergonzaban y demoraban; pero esta misma vergüenza y esta demora fueron de gran utilidad para otros geólogos, sus colaboradores; pues había, para cada uno de ellos, una conciencia elevada y severa, que uno sabía difícil de satisfacer y que sin embargo deseaba mucho satisfacer.
El hombre Wilfrid Kilian era encantador, muy gentil, muy sencillo, muy modesto, perfectamente bueno y servicial, absolutamente desinteresado. Solo tenía amigos y admiradores a su alrededor, y todos los que lo conocieron tienen un recuerdo imborrable de él.
Ciertamente nos ha dado muchas lecciones claras y fructíferas en geología y geografía; nos deja algo más, cuyo precio sin duda no es menos, el ejemplo de una bella vida docta, toda recta, toda unida, como tendiendo a la única verdad, pero iluminada e incluso iluminada por nobles y placeres puros, los traídos por la investigación, el descubrimiento, la enseñanza, los afectos familiares, las amistades fieles, las virtudes y las esperanzas cristianas.
Leandro Sequeiros.
20 de febrero 2025
[1] https://cabra.eu/2021/05/21/el-museo-cabra-jurasica-acoge-una-exposicion-temporal-del-geologo-wildrid-kilian/
[2] SEQUEIROS,L. (1993) Homenaje al paleontólogo Wilfrid Kilian en Cabra (Córdoba) España. Europal, 3, p.45.
[3] SEQUEIROS,L. (1994) Dedicada una calle al geólogo y paleontólogo W.Kilian en Cabra (Córdoba). Boletín ACMIPA ,número 22, 12-13. Noticias Paleontológicas. Número 23, p.48.
[4] http://www.aguilaryeslava.org/info.php?sec=inicio&sub=1306496178&ap=1306496241
[5] Puede consultarse la web: http://www.asociacioninstitutoshistoricos.com/ y http://es.wikipedia.org/wiki/Asociaci%C3%B3n_nacional_para_la_defensa_del_patrimonio_de_los_Institutos_hist%C3%B3ricos
[6] A. Montero, C. Diéguez y L. Sequeiros. (2004) El viaje de M. Bertrand y W. Kilian (Mission d´Andalousie) por Andalucía oriental en 1885 y sus recolectas de fósiles. Ejemplares del MNCN. Zona Arqueológica, Miscelánea en Homenaje a E. Aguirre, vol. II, 320-328.
[7] Ver sus ideas en mi libro https://www.bubok.es/libros/231061/Teilhard-de-Chardin-y-los-nuevos-paradigmas-geologicos-En-el-centenario-de-Eduard-Suess
[8] http://www.annales.org/archives/cofrhigeo/bertrand-dd.html; Puede verse mi estudio de 2021, Historia de la Geología en los siglos XIX y XX. https://www.bubok.es/libros/268980/HISTORIA-DE-LA-GEOLOGIA-EN-LOS-SIGLOS-XIX-Y-XX-Ciencia-Religion-y-ensenanza
[9] M. Bertrand y W. Kilian (1885a) “Los terrenos Secundarios y Terciarios de las Provincias de Granada y Málaga”. Boletín de la Comisión del Mapa Geológico de España, tomo XII, pág. 156-160. M. Bertrand y W. Kilian (1985b) “Nota acerca de la cuenca terciaria de Granada”. Boletín de la Comisión del Mapa Geológico de España, tomo XII, pág. 243-246. M. Bertrand y W. Kilian (1986) “Nota acerca de los terrenos Jurásico y Cretácico de las provincias de Granada y Málaga”. Boletín de la Comisión del Mapa Geológico de España, tomo XIII, pág. 191-193. M. Bertrand y W. Kilian (1891) “Estudios de los terrenos Secundarios y Terciarios de las Provincias de Granada y Málaga”. Boletín de la Comisión del Mapa Geológico de España, tomo XVIII, pág. 257-447.
[10] W. Kilian (1889) “Le gisement tithonique de Fuente de los Frailes, près de Cabra, suivi de Études paléontologiques sur les terraines Secondaires et Tertiaires del provinces de Grenada et Málaga”. En: Mission d´Andalousie, Academie des Sciences de Paris, XXX (2) W. Kilian (1891) “El yacimiento tithónico de la Fuente de los Frailes cerca de Cabra (Córdoba)”. Boletín de la Comisión del Mapa Geológico de España, tomo XVIII, pág. 449-466. W. Kilian (1892) “Estudio paleontológico acerca de los terrenos Secundarios y Terciarios de Andalucía”. Boletín de la Comisión del Mapa Geológico de España, tomo XIX, pág. 263-386.
[11] https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=180996 Cabra en el siglo XIX. Autores: José Calvo Poyato, José Luis Casas Sánchez Editores: Cabra, Córdoba : Ayuntamiento de Cabra, 1984 Año de publicación: 1984 País: España Idioma: español ISBN: 84-500-9612-X
[12]Wilfrid Kilian. “Le gisement Tithonique de Fuente de los Frailes”. En: Mission d´Andalousie. Mémoires présentés par divers savants à l´Académie des Sciences de l´Institut de France. Extraits du tome XXX, París, Imprimerie Nationale, 1889, Ètudes relatives au Tremblement de Terre du 25 décembre 1884, páginas 581-599, láminas de ilustraciones de fósiles desde la 24 a la 33.
[13] http://bibliotecagilycarrasco.unileon.es/recursos/archivos/BGC-V-Miscelanea-11-Bosquejos-Espana-Cook.pdf . Samuel Edward Cook Widdrington (1787–1856), capitán de navío de la Royal Navy –no confundir con el capitán James Cook, descubridor de Australia–, fue un marino y escritor inglés que recorrió España entre 1829 y 1832, escribiendo dos libros de viajes de mucho éxito en su época: Shetches in Spain (1834) y Spain and the Spaniards in 1843.
[14] Joaquín Ezquerra del Bayo (Ferrol, La Coruña, 11 de septiembre de 1793- Tudela, 14 de agosto de 1859) fue un geólogo, ingeniero y escritor español, uno de los miembros fundadores de la Real Academia de las Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Fue después inspector general del Cuerpo de Ingenieros de Minas y profesor de Laboreo de Minas y de Mecánica Aplicada en la Escuela Especial del mismo cuerpo, cátedra que desempeñó hasta 1844, porque después de este año estará inmerso en continuas comisiones de servicio para confección de planos y estudios mineros y geognósticos; sobre esta materia escribirá el primer manual en España. Fue además de miembro de diversas sociedades científicas (la Societé Geologique de France, la Geological Society of London, la Sociedad Económica del Gran Ducado de Baden, de la de Madrid y de la de Tudela) y autor de obras y de trabajos industriales importantes. Como fruto de su estancia en Alemania publicó un libro de viajes en 1847 que ilustró él mismo y contiene también observaciones científicas y tecnológicas.
[15] Philippe Édouard Poulletier de Verneuil (París, 13 de febrero de 1805 – ibíd. 29 de mayo de 1873) fue un paleontólogo francés. Nacido el 13 de febrero de 1805 en París. En sus últimos años realizó numerosas expediciones a España, sus observaciones fueron incluidas en la Carte géologique de l’Espagne et du Portugal (1864), redactada junto a Edouard Collomb.
[16] Antonio Perejón. “Fernando Amor y Mayor (1823?-1863), nuevos datos para su biografía y análisis de las aportaciones geológicas de su obra”- Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural, Sección Geológica, volumen 106, 2012, 53-84.
[17] Lucas Mallada nació en la ciudad aragonesa de Huesca el 18 de octubre de 1841. En 1859 (el año en que Darwin publicaba su Origen de las Especies) la familia se traslada a Madrid. Lucas se inclinó por los estudios de Ingeniería de Minas, que culminó cinco años más tarde, en 1865, cuando contaba 24 años de edad. Hombre de profundos conocimientos geológicos, Mallada valoró siempre en su justa medida el valor del registro fósil dentro de los estudios estratigráficos. Preocupado por el escaso conocimiento paleontológico de sus colegas del Mapa Geológico inició en 1875 la recopilación de datos para la publicación de lo que sería la Sinopsis de las especies fósiles que se han encontrado en España. Fruto del tesón de su trabajo, el material fue publicándose en el Boletín Geológico y Minero entre los tomos II y XVII (entre 1875 y 1891). Simultáneamente se publicaron en volúmenes aparte: Terreno Paleozoico (1878), Sistemas Triásico y Jurásico (1885) y Sistema Cretácico inferior (1887). Contienen una ingente cantidad de información dispersa entonces en la bibliografía de final de siglo. Se describen en la Sinopsis unos mil quinientos fósiles que se figuran a lo largo de cerca de doscientas láminas. Para la comunidad científica de paleontólogos españoles es un deber y sobre todo un motivo de orgullo profesional divulgar sus aportaciones a través, sobre todo, de la Sinopsis y del Catálogo General de las especies Fósiles encontradas en España publicado en 1892. El objetivo de la publicación de la Sinopsis de las especies fósiles, publicada entre 1978-87, fue el de colaborar a resolver una gran dificultad de los miembros de la Comisión del Mapa Geológico para utilizar los fósiles como auxiliar del geólogo de campo y de laboratorio, de acuerdo con las modernas ideas de Lyell: «la carencia de un cuerpo de doctrina donde se hallen reunidos los diversos materiales hasta ahora conocidos de la Paleontología española» (Mallada, 1878, p.1). Y más adelante escribe: «Reunir en un solo volumen los esparcidos datos obtenidos hasta el día y presentar los rasgos más notables de cada especie, nos parece de interés para los principiantes, que por falta de los libros de Paleontología necesarios, se ven detenidos en las precisa clasificación de las formaciones, y desmayan o retroceden desde los primeros pasos que se dan en el terreno» (Mallada, 1878, pp.1-2). Para Mallada: https://es.wikipedia.org/wiki/Lucas_Mallada Ver mis reseñas en
https://www.ugr.es/~mlamolda/galeria/biografia/mallada.html; http://www.sepaleontologia.es/revista/anteriores/REP%20%281992%29%20vol.%207/1/00.%20Sequeiros.pdf; file:///C:/Users/Usuario/Downloads/Dialnet-ElCatalogoGeneral1892DeLucasMalladaUnSigloDespuesD-62096.pdf ; http://rabida.uhu.es/dspace/bitstream/handle/10272/12885/Historia-del.pdf?sequence=2
[18] L. Mallada. 1880. Reconocimiento geológico de la provincia de Córdoba. Memorias de la Comisión del Mapa Geológico de España, VII, 1-55.
[19] Charles Lory (1823-1899), fundador de la geología alpina en Grenoble. De origen bretón, Charles Lory pasó la agregación de ciencias físicas y fue nombrado miembro del liceo en Grenoble y luego en Poitiers y Besançon. Durante su estancia en Grenoble, siguió los cursos de Emile Gueymard quien lo notó por las cualidades excepcionales que mostraba en geología y le ofreció un tema de tesis sobre las tierras cretáceas alrededor de Grenoble, una tesis que defendió en 1848. Sucedió a Emile Gueymard el siguiente año en una cátedra que ahora se llama «Geología y Mineralogía».
[20] Acerca de W. Kilian, véase también: Un siglo y medio de geología alpina en la Universidad de Grenoble (1850-2000) , por J. Debelmas (2001)