geologos2Autor: Rubén Esteban Pérez. Geólogo. EurGeol. MBA. Miembro EGRC-UNFC en UNECE.

Ayer, sin ir más lejos, conocíamos que en Villoslada de Cameros se había detectado un evento sísmico o terremoto de escasa magnitud. Los ciudadanos, incluso los de esa bonita villa serrana, afortunadamente no lo sintieron.

Los eventos de tipo sísmico, así como otros muchos relacionados con la naturaleza, ocurren con mucha frecuencia en nuestra vida moderna y acomodada. La mayoría de las veces pasan desapercibidos, pero otras no. Es por esto que, históricamente, el estudio de estos fenómenos y la necesidad de vivir con tranquilidad han llevado al desarrollo de las geociencias como un conjunto de disciplinas que se ocupan de estudiar y mitigar o eliminar estos riesgos para mejorar nuestra seguridad.

La comprensión de la geología de nuestra comunidad ha ido evolucionando gracias al trabajo de geólogos riojanos y foráneos desde el siglo XIX y realmente ha constituido un motor fundamental en el desarrollo económico y en la prosperidad de nuestra región.

En el pasado, las geociencias se centraron en las materias primas para la industria con el carbón o el mineral de hierro y plomo; posteriormente, con la grava, la caliza, la arcilla y otros materiales para la construcción; y de un tiempo a esta parte con los hidrocarburos y el gas no convencional que está dando sus frutos y creando riqueza para el futuro. En esta última etapa, las geociencias también se han desarrollado en el campo del medio ambiente y de las catástrofes y otros eventos con origen en la naturaleza, así como en su aplicación a la construcción de viviendas e infraestructuras.

Aun así, pensamos que los conocimientos cientifico-técnicos en Ciencias de la Tierra no tienen la suficiente divulgación entre la sociedad riojana. ¿Quién conoce que la sierra de La Rioja Baja es tectónicamente activa? ¿Quién sabe que desde Ezcaray hasta Cameros existe una falla inversa que puede inducir terremotos de diversa magnitud? Acaso la población conoce los riesgos geológicos latentes allí donde vive? La respuesta sería seguramente negativa.

Nuestro futuro como comunidad destacada en el marco de la Unión Europea estará marcado por una población creciente que espera una mayor prosperidad mediante un acceso ambientalmente más amigable a nuestros recursos naturales y una mayor seguridad frente a las catástrofes naturales. ¿Cuáles son los desafíos futuros? Sin lugar a dudas, la labor del geólogo se ha visto dignificada y con un claro reflejo de servicio público en la sociedad en estos últimos tiempos. A nivel estatal, las noticias relativas a asuntos de índole geológica presentes en los medios de comunicación han permitido que se conozca la necesaria labor del geólogo en temas tan sensibles como los riesgos naturales, el suministro energético y de materias primas, la gestión de residuos, la ordenación del territorio o las infraestructuras de transporte. Por ello, desde el Colegio Oficial de Geólogos creemos necesaria una mayor presencia de las geociencias en la Administración y en la educación secundaria y superior de nuestra comunidad. Las Ciencias de la Tierra también son esenciales para afrontar los desafíos de la gestión de los recursos hídricos y del uso del suelo y sus riesgos asociados (por ejemplo, inundaciones, deslizamientos, desprendimientos, colapsos, etc.) que nos llevan a poder contar con infraestructuras cada vez más seguras. Es por esto que, si bien el cometido de las geociencias y de los geólogos está en ayudar a hacer frente a problemas de la sociedad, esto sólo es posible cuando la base cientifico-técnica futura se sustenta y se nutre.

Se debe continuar trabajando para asegurar una política de la ciencia que sea prioritaria para nuestro Gobierno autonómico en la que exista financiación y políticas necesarias para desarrollar nuestra base de investigación y trabajo geocientífico, así como el empleo de los geólogos actuales en la educación de la próxima generación de científicos profesionales en geociencias. La propuesta del Colegio de Geólogos de crear una Oficina de Coordinación Geológica de La Rioja a coste cero para la Administración, propuesta que hicimos a la Consejería de Fomento el pasado marzo, sigue sobre la mesa. Aglutinar en un único organismo la gestión y control de todas las disciplinas de Ciencias de la Tierra mejoraría el conocimiento de nuestros riesgos naturales y con ello la seguridad de los ciudadanos de La Rioja. Esto está más que probado en las comunidades limítrofes y en muchas regiones de Europa.

Por último, sigue siendo también importante concienciar para la innovación en la generación de energías limpias con base en el subsuelo (entre ellas la geotermia), divulgar la correcta gestión ambiental de los impactos que la actividad humana produce en la ‘gea’ y en la extracción y tratamiento sostenible de nuestros recursos minerales, disciplinas donde el geólogo es reglamentariamente competente, aportando a la industria y sociedad riojanas servicios avanzados de asesoramiento, investigación y desarrollo en estas materias.