Autor: José Antonio Sáenz de Santa María Benedet, presidente del Colegio Oficial de Geólogos de Asturias | Este artículo fue publicado en La Nueva España el 28 de abril de 2016

Vaya por delante la solidaridad del Colegio de Geólogos de Asturias con el pueblo ecuatoriano que ha sufrido una gran tragedia a consecuencia de un terremoto de magnitud 7,8 y sus numerosas réplicas (algunas alcanzaron la magnitud 6,2) que acaban de azotar la costa de Ecuador. Son una docena los geólogos asturianos que trabajan en aquel país con el que nos sentimos muy unidos. Así mismo, la Delegación que Geólogos del Mundo (ONG vinculada al Colegio) está trabajando en la reconstrucción de los daños producidos por los sismos, recuperando numerosos pozos de agua potable previamente construidos por nosotros y señalando zonas de riesgos (laderas inestables, desprendimientos de rocas, etc.) producidas por el fenómeno.

Ecuador, como toda la costa del Pacífico de Suramérica es un margen de placa activo. La corteza de nuestro planeta está formada por placas (como azulejos irregulares colocados en el suelo formando un rompecabezas) que se desplazan unas respecto a las otras, separándose, acercándose o resbalando lateralmente. Estos desplazamientos, variables en cada punto, son del orden de 20 o 30 mm por año. Puede parece poco pero, en tiempos geológicos (millones de años), hace que, por ejemplo, Nueva York esté separada de La Coruña unos 6.000 km debido la apertura del Atlántico que empezó hace unos 200 millones de años. Este océano es ejemplo de placas que se separan y sus costas son bordes pasivos con escasos acontecimientos sísmicos.

actividadEn Ecuador, la placa marina de Nazca, formada por corteza oceánica, se acerca y se hunde bajo la placa sudamericana formada por corteza continental (menos densa), dando lugar a una “arruga” (la cordillera de Los Andes), numerosos volcanes (por la fusión de los materiales de la placa que se hunde) y abundantes terremoto de gran magnitud asociados al proceso. Es un ejemplo de placas que chocan, con un margen de subducción donde las placas están sometidas a  compresión.

Lo importante de los terremotos no es su magnitud o grado (energía liberada en el movimiento) sino sus efectos sobre la población y los bienes (la intensidad). Un terremoto no produce ningún efecto en zonas deshabitadas o si su hipocentro es muy profundo. Solo en zonas habitadas se pueden producir víctimas y daños. La sociedad civil debe prepararse para luchar contra ellos.

Así, el terremoto de Ecuador, con ser mucho mayor que el de Lorca (2011, magnitud 5,1) produjo una sacudida equivalente. La aceleración del movimiento del suelo en Lorca fue de 0,36 g (aceleración gravitatoria)y en Ecuador fue de 0,30 g. Ambas aceleraciones son muy altas pero el sismo de Lorca solo afectó a dicha ciudad mientras en Ecuador la zona devastada ha sido mucho mayor (similar a la región de Murcia). En Lorca fallecieron una decena de personas mientras en Ecuador van unos 750 muertos y 16.000 heridos.

La diferencia entre ambos países (aunque el país andino es de riesgo alto de terremotos y el nuestro tiene un rango medio o bajo, ver planos adjuntos) reside en las características de nuestras respectivas Normas Sismorresistentes, su grado de aplicación en la construcción y el control que se hace. En Ecuador, a pesar de la Norma Ecuatoriana Sismorresistente (N.E.C.) de 2001, los edificios son precarios y un 70% de edificaciones no siguen sus indicaciones en la construcción. La Norma se incumple generalizadamente y la administración no ejerce un control. De ahí la gran devastación. En las imágenes posteriores al terremoto se observan edificios excesivamente elevados, roturas de pilares a cota del suelo con desplome de edificios enteros, o bien a la altura de los terceros pisos con desplome parcial. Las réplicas grandes dieron la puntilla a construcciones ya debilitadas.

En España, con una Norma Sismorresistente mucho más exigente  y un control mayor de las nuevas edificaciones, los destrozos en Lorca fueron mucho menores a pesar de que la aceleración sísmica fue mayor y la profundidad del hipocentro fue mucho menor.

sismicidad (2)La zona de mayor riesgo sísmico en nuestro país es el sur y sudeste de la Península. El último terremoto altamente destructivo en España fue el de Arenas del Rey (Granada) en 1884 con una magnitud Ritcher estimada superior a 6,5. Han pasado 132 años y estamos ya en un período de retorno suficiente para sufrir otra sacudida  de esta magnitud. Esto no quiere decir que vaya a producirse mañana, pueden pasar años o décadas pero, dado que los terremotos no son predecibles, deben tomarse las medidas necesarias para prevenir sus efectos.

El terremoto de Lorca permitió llevar a cabo nuevos estudios de peligrosidad sísmica en la zona y el Colegio de Geólogos propuso, entonces,  actualizar la Norma Sismorresistente, conseguir que se cumpla con la obligatoriedad de realizar mapas de riesgo sísmico y potenciar la Inspección Técnica de Edificios. Todo ello porque, aunque tenemos un riesgo sísmico moderado, no estamos exentos de sufrir alguna sacudida importante como en Lorca o en Melilla (muy reciente).

sismicidad (1)En Asturias, el riesgo sísmico es bajo. Aunque la actividad tectónica es escasa, son destacables algunos hechos. Así, los sismos del 22 de Mayo de 1997 que alcanzaron una magnitud de 5,3 con epicentro en la localidad lucense de Triacastela. Su naturaleza es, todavía, objeto de estudio. Así mismo, recientemente, se ha propuesto un incremento del riesgo sísmico en el área cantábrica en relación con la Falla de Ventaniella. Este incremento es difícil de evaluar.

Nuevamente, el Colegio de Geólogos lamenta que, transcurridos cinco años del terremoto de Lorca, no se haya implementado un plan integral de prevención del riesgo sísmico en España. Los poderes públicos no han tomado medidas de prevención, de concienciación y de adiestramiento de la población en las zonas con mayor peligrosidad sísmica. Hace tres años que el Colegio envió a las instancias políticas un listado con medidas concretas  que, entonces, no recibieron ninguna respuesta. Entre dichas medidas se contemplaba:

  1. Abordar la reforma de la Norma de Construcción Sismorresistente: parte general y edificación (NCSR-02) aprobada por RD 997/2002 para recoger la experiencia del terremoto de Lorca, establecer un mayor rigor en el cumplimiento de requisitos antisísmicos, etc.
  2. Realizar nuevos estudios de peligrosidad y vulnerabilidad sísmica en todo el país.
  3. Reformar la Inspección Técnica de Edificios para exigir la adaptación de las edificaciones a la nueva Norma Sismorresistente.
  4. Abordar la obligatoriedad del visado de los estudios geotécnicos en la edificación con el fin de reforzar los controles de seguridad en lo referente a condiciones geotécnicas del suelo y evaluación del riesgo sísmico de las nuevas edificaciones.
  5. Realizar cursos de sensibilización y formación para el personal técnico municipal, a través de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), tomando como referencia la “Guía Metodológica para la Elaboración de Cartografías de Riesgos Naturales en España” (PDF libre) elaborada por el Colegio para el Ministerio de Vivienda.
  6. Informar a los ciudadanos residentes en zonas de riesgo sísmico sobre pautas de autoprotección adecuadas. Difusión de manuales de prevención e instrucción en las escuelas sobre estas prácticas de protección.
  7. Aprobar planes de rehabilitación de edificios anteriores a las Normas Sismorresistentes, con especial atención a infraestructuras importantes: hospitales, edificios de comunicaciones, parques de bomberos, depósitos de agua y gas, centrales eléctricas, etc.
  8. Mejorar los mecanismos de control de la Norma Sismorresistente mediante emisión por los colegios de certificados de cumplimiento. Introducir un mecanismo de verificación de la calidad a través de muestreo aleatorio de los edificios. Reclutamiento de técnicos competentes por parte de las administraciones.

En los días previos al terremoto de Ecuador se produjo otro de magnitud similar en Japón: se perdieron 30 vidas. La diferencia entre Japón y Ecuador es el cumplimiento estricto de normas como las descritas anteriormente.

Pongámonos en marcha, mejoremos nuestras normas y controles, parezcámonos a Japón. Que exista voluntad política. Que las cuestiones urgentes no nos hagan retrasar las importantes. No nos gustaría, pasados unos años, tener que decir: “Lo dijimos”.