Rocas ornamentales del País Vasco y Navarra (II): el ‘Gris Deba/Rosa Duquesa’ y el ‘Gris/Rojo Baztán’

1
11741

Tierra y Tecnología nº 43 | Texto | Laura Damas Mollá1, Héctor Fano2, Arantza Aranburu1 y Patxi García Garmilla1. 1Universidad del País Vasco, Facultad de Ciencia y Tecnología, Dpto. Mineralogía y Petrología, 48940 Leioa (Bizkaia). 2Troya Kontrol, S.L., Industrialdea 10 – Bajo 3, 20820 Deba (Gipuzkoa) | Figuras | VV.AA. En esta segunda entrega sobre las rocas ornamentales del País Vasco y Navarra nos centraremos en dos litotipos cuyas respectivas variedades han tenido una amplia proyección en cuanto a explotación y uso, no solamente dentro de las comunidades donde se sitúan sus zonas de extracción, sino también en muchos otros lugares de España y del extranjero. Tanto en el “Gris Deba/Rosa Duquesa” explotado en la cantera de Lastur (Gipuzkoa) como en el “Gris/Rojo Baztán” que se extrae en Urdax (Navarra) existe una dualidad cromática de gran interés geológico y comercial.

tyt43nav01Las conocidas y bellas rocas “Gris Deba/Rosa Duquesa” y “Gris/Rojo Baztán” tienen en común un aspecto tan importante como es la coloración. La roca caja de fondo mantiene una coloración grisácea, pero es en determinados lugares, generalmente vinculados a zonas de falla, donde el color se torna rojizo con diferentes intensidades, propiciando una litología singular de gran belleza estética. Además, en ambos yacimientos la actividad tectónica ha llegado a desarrollar importantes redes de fracturación que, lejos de hacer perder calidad al producto, lo adornan y singularizan, ello siempre junto a un contenido fósil realmente singular. Tras el cese en la explotación del “Rojo Ereño”, al que ya nos referimos en el anterior artículo (Damas Mollá et al., 2012), ha sido el “Rojo Baztán” quien ha tomado el relevo y una buena parte de las piezas originales de Ereño, dañadas con el paso de los años, han sido sustituidas en muchas edificaciones por el “Rojo Baztán”. Quien lea este artículo, avezado geólogo o no, no tendrá dificultades en distinguir ambos litotipos, por muy similares que parezcan a primera vista.

Los mármoles “Gris Deba/Rosa Duquesa” y “Gris/Rojo Baztán” tienen en común una gran tradición de explotación, pero, sin embargo, los contextos geológicos en que se ubican son completamente diferentes. Los afloramientos del primero se sitúan en el flanco norte del siempre complejo Anticlinorio de Bizkaia, estructura que, aunque de última impronta alpina, está condicionada por múltiples rasgos heredados de la tectónica sinsedimentaria cretácica, así como por la desigual distribución de facies que propició la intrincada paleogeografía del Cretácico medio. Es, por ello, una macroestructura tectónica de muy difícil cartografía y de muchas sorpresas cuando se estudia en el campo (figura 1).

Por su parte, el “Gris/Rojo Baztán” está ligado a la terminación occidental del Pirineo (figura 1), limitado por varias fallas de dirección E-O y amplio recorrido, y afectado por vulcanismo sinsedimentario y complejos levantamientos tectónicos que dieron lugar a varios episodios conglomeráticos intercalados. Como puede verse, las dos zonas en que se presentan nuestros litotipos, a pesar de sus diferentes condicionantes geológicos, tienen en común el grado de tectonización sufrido, que es elevado y confiere a la roca hermosos rasgos ornamentales ligados a la compleja red de fracturas que las afecta. No obstante, su belleza ornamental no radica solamente en este rasgo deformacional, sino también en el singular contenido fósil que albergan. Entre todos los bioclastos, llaman especialmente la atención los bivalvos rudistas (Hippuritoidea) y los corales con mayor o menor grado de recristalización. Mientras los grandes rudistas radiolítidos del género Durania y los singulares caprínidos dominan los litotipos del norte de Navarra, los corales masivos y espongiarios chaetétidos, aunque en mayor medida los primeros, se alzan con el protagonismo en las litologías del sector meridional de Deba. En este artículo veremos con detalle sus principales rasgos faciológicos y diagenéticos, y también hablaremos de la importancia comercial que han tenido, tienen y tendrán.

Explotación de las canteras de Lastur

tyt43nav02Las canteras de Lastur (figura 1) se han explotado al menos durante los últimos 75 años ininterrumpidamente. La cantera Duquesa comienza “oficialmente” su actividad en octubre de 1939, aunque se tiene constancia de una cierta actividad previa más bien inconexa y relacionada con afloramientos concretos. En esos años comienzan a hacer su aparición en la industria los primeros compresores de aire, que permiten sustituir el barrenado manual por martillos de aire comprimido. Mediante estos martillos se realizan las perforaciones verticales que ayudarán posteriormente a individualizar los bloques. El suelo se corta mediante el hilo helicoidal, un cable de acero helicoidal, sobre el que se dispone un goteo de agua y arena silícea, que va cortando la roca. Para ejercer la fuerza adecuada, era necesario dotar al cable de un largo recorrido, para lo cual se instalaban poleas en distintos puntos altos del talud de la cantera, desde donde el cable retornaba hasta la polea junto al banco de extracción, bajo el cual iba penetrando. El resultado de estos cortes eran unas plazas espectacularmente lisas.

Para la ubicación correcta del hilo por debajo de la bancada, era necesario disponer inicialmente de unas “trincheras” que permitieran el recorrido lateral del mismo. Para ello, se elegían puntos de debilidad del frente de cantera, como fallas o zonas fracturadas, en donde se perforaban y volaban dichas trincheras, que no alcanzaban los tres metros de anchura. Debido precisamente a la acción de estas voladuras, el material más cercano a ellas quedaba dañado y no era aprovechable como roca ornamental. Este sistema se mantuvo en producción hasta finales de los años noventa del siglo XX en una de las canteras activas. A lo largo de los últimos sesenta años, los materiales Gris y Rosa han sido extraídos en dos canteras prácticamente adyacentes. De este modo, mientras que la cantera denominada Urkulu cambió a finales de los años ochenta su sistema de explotación y pasó a cortar la roca mediante sierras de cadena para los cortes horizontales e hilo diamantado para los verticales y los escuadres de bloques (figura 2A, B), la denominada Duquesa mantuvo el sistema de explotación antiguo mediante martillos barrenadores para los cortes verticales e hilo helicoidal para los suelos, y separación de bloques mediante el uso de pólvora negra. No fue sino tras la jubilación del encargado de la cantera cuando se dio el cambio hacia tecnologías más eficientes, sustituyendo el hilo helicoidal por cortadoras de sierra de cadena (figura 2C).

La cantera Urkulu, de hecho, acogió con tal entusiasmo la modernización de su maquinaria, que abordó incluso la ejecución de labores subterráneas mediante un pórtico hidráulico dotado de sierra de cadenas y, durante 1985, abrió dos galerías que luego unió internamente, siendo

una de las primeras explotaciones a nivel nacional en recurrir a métodos subterráneos para la explotación de rocas ornamentales (figura 2D, E). No obstante, la falta de suficiente criterio técnico condujo al abandono de las labores subterráneas sin terminar de desarrollar sus posibilidades. La otra característica técnica que diferenció a esta explotación es que pasó de las tradicionales bancadas de tres metros de altura que banqueaban las dos canteras, a bancos de cinco metros de altura, en donde la “torta” cortada se tumbaba mediante la acción de colchonetas neumáticas (figura 2F).

Entre los años 2004 y 2007, ambas canteras se unifican bajo una única titularidad y desarrollan un proyecto común, en el que vuelven a ejecutarse labores subterráneas para acceder a gran parte de las reservas que son objeto de la explotación. Para estas labores se utiliza una cortadora de galería moderna (Benetti TCM988) que abre secciones de 7 m de ancho y 5,50 m de alto, permitiendo que por detrás de ellas trabajen los equipos convencionales de corte, banqueando los hastíales o el suelo según los diseños requeridos (figura 3A, B, C, D, E, F).

Rasgos sedimentológicos y petrográficos del Gris Deba/Rosa Duquesa

Las canteras de Lastur explotan una plataforma carbonatada de unos 200 m de espesor. La disposición de la plataforma es subhorizontal, aunque se advierten zonas con clinoformas (figura 4A) y en su desarrollo vertical. A pesar de su aspecto marcadamente masivo, existen diferentes franjas en las que diversos rasgos de tipo sedimentológico configuran facies distintivas y, en consecuencia, controlan las diferentes calidades de la piedra.

tyt43nav03La plataforma se puede dividir en tres grandes unidades superpuestas. La unidad superior la conforman facies de tipo “wackestone” (Dunham, 1962; Embry y Klovan, 1971) que se intercalan con niveles aislados de carácter más margoso y superficies penetrativas probablemente de carácter erosivo. La combinación de estos factores hace que esta unidad superior no sea aprovechable en general como roca ornamental. Por debajo está la unidad principal, con más de 80 m de potencia, en la cual se encuentran los niveles de mayor calidad, con abundante presencia de restos fósiles y facies compactas y sanas que permiten la extracción de bloques de diferentes medidas. Finalmente, el tramo inferior de la plataforma, que tiene unos 30 m de espesor, consiste en un lento y gradual cambio de facies hacia niveles más margocalizos, con menor presencia de fósiles, salvo en las bandas de derrubios laterales de los taludes de la plataforma carbonatada, en donde se acumulan espectacularmente restos de corales (figura 4B, C) y Chondrodonta sp. Esto redunda en la obtención de bloques de coloración más oscura y, en ocasiones, con intensos dibujos a cargo de las alineaciones de Chondrodonta sp.

Sobre esta disposición sedimentológica, se superpone la acción de la tectónica, que, en primer lugar, “divide” a gran escala el yacimiento, separando las dos canteras que se han mantenido en explotación y desplazando la unidad unos 40 m en la vertical. Otra secuencia de fracturas de ámbito más local y mayor separación compartimentan de algún modo la explotación y han sido los conductos a través de los cuales han ascendido los fluidos mineralizadores responsables de las tinciones rosadas de las facies, ya que si las variaciones en los tonos grises se deben a los cambios de facies, la presencia y variación de los tonos rosados tienen un control completamente tectónico (figura 4D).

En la descripción estratigráfica hecha por Agirrezabala (1996), la unidad que contiene las calizas afloradas en la cantera de Lastur es denominada Formación “Calizas y Margas de Erlo”, anteriormente englobada en las “Calizas de Rudistas” de Rat (1959), “Complejo Urgoniano” (ENPENSA, 1964), “Aptiense-Albiense inferior” (Jerez Mir et al., 1971), “Formación de Lequeitio-Arno” (García Mondéjar, 1982) y “Calizas urgonianas, margocalizas y margas” (EVE, 1989a,b). Dominan en esta unidad las calizas micríticas de plataforma con corales y rudistas, que cambian lateralmente a margas e incluso sedimentos terrígenos y brechas de ambientes relativamente profundos (plataforma profunda y talud). Los ammonoideos y orbitolínidos identificados han servido para datar la unidad como Albiense medio: Hemiptychoceras sp., Orbitolina (Mesorbitolina) texana (Roemer), Orbitolina (Mesorbitolina) subconcava (Leymerie) y Simplorbitolina conulus (Schroeder).

Las facies más representativas del “Gris Deba” consisten en calizas coralinas de tonalidades grises oscuras, pertenecientes al denominado “Complejo Urgoniano”, de edad Albiense medio, muy ricas en corales tabulares que muestran un grado de recristalización variable que hace que su aspecto interior pueda ser algo masivo (figura 5A, B), o, por el contrario, en el más benévolo de los casos, permite ver toda la microestructura esqueletal interna (figura 5C, D, E). Se constata una leve impregnación por óxidos de hierro en casi todos los ejemplares coralinos, lo que les confiere una coloración rosada característica. También se observan a nivel macroscópico fragmentos de bivalvos (pectínidos y ostreidos), equinodermos, esponjas, algas rojas corallinas y algunos briozoos. Dependiendo de la zona de extracción en la cantera de Lastur, el grado de tectonización es variable, desde facies prácticamente inafectadas hasta complejos entramados de fracturas. Las facies son fundamentalmente biomicritas (Folk, 1962) y “floatstone-rudstone” (Dunham, 1962; Embry y Klovan, 1971), casi siempre con los fragmentos de corales como fósiles predominantes.

tyt43nav04Por su parte, el “Rosa Duquesa” es faciológicamente muy similar al “Gris Deba”, pero la impregnación de la matriz por óxidos de hierro es aquí más relevante y confiere a la roca un color rojizo generalizado muy característico. Al igual que en el “Gris Deba”, el grado de tectonización puede llegar a ser intenso, con complejos sistemas de venas rellenas de calcita espática gruesa de color crema (figura 6A). El contenido fósil incluye corales tabulares, cuspidales y ramificados, briozoos, espongiarios chaetétidos, Chondrodonta sp., ostreidos, gasterópodos (nerineidos), esponjas y equinodermos (crinoides) (figura 6B, C, D). Las facies predominantes siguen siendo biomicritas (Folk, 1962) y “floatstone-rudstone” (Dunham, 1962; Embry y Klovan, 1971). En el puente de Santa Catalina de Donostia/San Sebastián, el “Rosa Duquesa” ha sido utilizado para sustituir los sillares de “Rojo Ereño” muy erosionados por los temporales. A pesar de existir cierta similitud en el color, el contraste fosilífero entre ambos litotipos es evidente, pues en el “Rojo Ereño” predominan

los rudistas polyconítidos cuya concha interna recristalizada da un color blanco muy neto, mientras en el “Rosa Duquesa” el aspecto externo es algo más homogéneo, con facies fosilíferas en general menos densas en cuanto a contenido bioclástico (figura 6E, F).

Si observamos muestras de lámina delgada del “Gris Deba” al microscopio óptico, destaca la presencia de corales completamente recristalizados a esparita/microesparita (figura 7A), así como restos de bivalvos perforados orgánicamente (“borings”), en ocasiones con foraminíferos aglutinantes perforantes asociados (figura 7B, C). El grado de recristalización en algunas muestras es elevado, especialmente en los esqueletos coralinos que, por su composición inicialmente aragonítica, son particularmente susceptibles de sufrir la conversión a pseudoesparita (figura 7D). Más allá de la diagénesis, los efectos de la intensa fracturación tectónica se traducen en la creación de varios sistemas de venas rellenas de calcita, con numerosas intersecciones entre ellos (figura 7E). Hemos observado también algunas texturas de crecimiento orgánico más especiales, como la incrustación de algas rojas corallinas sobre partículas duras formando pseudo-rodolitos (figura 7F).

tyt43nav05Las microfacies de las calizas del “Rosa Duquesa” muestran un contenido faunístico relativamente similar al del “Gris Deba”. Destaca obviamente la presencia de corales (figura 8A) y fragmentos de briozoos (figura 8B, C), además de espongiarios (figura 8D) y algas incrustantes (figura 8E). Las redes de fracturación tectónica con múltiples sistemas que se entrecortan sigue siendo un rasgo habitual en estas calizas (figura 8F).

Parece claro que el complejo calizo situado al sur de Deba se depositó en un ambiente de plataforma carbonatada somera con predominio de facies coralinas que periódicamente eran desmanteladas dando lugar a acumulaciones bioclásticas gruesas en las zonas interarrecifales. El papel que jugó la tectónica sinsedimentaria en la zona fue determinante con la creación de paleoaltos y paleosurcos que configuraron un escenario cambiante que propició la erosión de las facies biogénicas y las potentes acumulaciones bioclásticas en las zonas paleogeográficamente más deprimidas (sistemas “horst”/”graben”). Más detalles a este respecto pueden encontrarse en la tesis doctoral de Agirrezabala (1996).

Rasgos sedimentológicos y petrográficos del Rojo Baztán

tyt43nav06Las calizas de Urdax se corresponden con la unidad de calizas urgonianas del Aptiense medio- Cenomaniense inferior, que afloran al norte de Navarra, en la región de Zugarramurdi, paralela a la frontera con Francia (figura 1). Han sido descritas como la “Unidad 47” en la memoria del Mapa Geológico de Navarra (VV.AA., 1997), y las calizas Cc0-2 16-22 en el Mapa Geológico de España del IGME a escala 1:50.000 (Pilger et al., 1974; Campos et al., 1975; Campos, 1979). La matriz de la roca presenta, como norma general, colores grisáceos, pero en el sector situado al sur de Vera de Bidasoa adquiere tonos rojizos muy intensos por la presencia de óxidos de hierro que se distribuyen por el paquete carbonatado de forma irregular, haciendo que los fósiles destaquen por su intenso color blanco. Esta característica confiere a la roca su carácter ornamental y ha promovido su explotación en la gran cantera de Urdax (figura 9A, B). Las técnicas de corte empleadas incluyen el hilo diamantado (figura 9C) y la rozadora para bancos bajos (figura 9D). Los grandes bloques ya arrancados son seccionados en bloques menores mediante barrenos (figura 9E) en los cuales se introducen luego cuñas manuales para la fracturación final. En cuanto al color de la piedra, las litologías-límite explotadas son dos: el “Gris Baztán” y el “Rojo Baztán”, pero existe toda una gama de coloraciones intermedias y de facies afectadas por un grado de tectonización variable. Existe un tercer litotipo que no resulta recomendable para su explotación debido a la presencia de duros granos microconglomeráticos de cuarcita que fatigan los sistemas de corte, haciendo inviable la rentabilidad de su comercialización (figura 9F).

Los comienzos de la explotación del “Gris Baztán” y el “Rojo Baztán” a gran escala por la empresa “Mármoles del Baztán” datan del año 1965. Las reservas explotables de material se estiman en unas 10 Tm que agrupan las tonalidades grises, rojas e intermedias (www.marmolesdelbaztan.com). El procesado del material tiene lugar en la planta situada en la localidad navarra de Oronoz-Mugaire, donde se cortan los bloques y se procede a los diferentes acabados (pulido, abujardado) según su posterior utilización: solados, bordillos, fachadas, etc.

El nivel carbonatado aflora en una franja discontinua E-O entre materiales de carácter más terrígeno, de tipo “flysch”. Son calizas masivas de unos 100 m de potencia media, cuya base está formada por calizas brechoides con frecuentes cambios laterales a facies de carácter más margoso. La abundancia de fósiles de gran tamaño englobados en una matriz micrítica de grano fino y la existencia de numerosas fracturas abiertas dificultan considerablemente la observación de la estratificación en el campo.

Los fósiles que caracterizan esta roca son rudistas de diferentes familias. Como vimos en nuestro anterior artículo (Damas Mollá et al., 2012), los rudistas son moluscos bivalvos extintos, muy característicos, aunque no exclusivos del Cretácico, que habitaban en aguas someras de plataformas marinas subtropicales. En concreto, en estas calizas abundan los caprínidos y radiolítidos (figura 10A, B, C, D, E). Feuillée (1966) las describía como “Calcaires à Caprines”. También son frecuentes los rudistas monopléuridos, algunos requiénidos (figura 10E), Chondrodonta sp., briozoos, corales, gasterópodos, foraminíferos, etc., todos ellos organismos típicos de ambientes de plataforma somera subtropical que sufrieron múltiples episodios de removilización por corrientes. Las microfacies más habituales son biomicritas (Folk, 1962) y “wackestone-packstone”/”floatstone-rudstone” (Dunham, 1962; Embry y Klovan, 1971), dado que muchos bioclastos pueden superar ampliamente los 2 mm de tamaño.

Pasando al detalle de los grupos fósiles, los rudistas radiolítidos son formas elevadoras, con una valva inferior cónica que, en el caso de los Durania sp. de Urdax, puede superar los 30 cm de longitud, y otra superior que normalmente queda reducida a un simple opérculo. Pueden aparecer como individuos aislados, o bien agruparse en pequeños ramilletes o “bouquets”. Los ejemplares de Durania sp. de las calizas de Urdax destacan por el grosor de su capa calcítica intermedia, que puede superar los 4 cm. Esta capa muestra una microestructura en celdillas (“honeycomb”) característica, delimitada por tabiques paralelos entre sí encerrados por una sucesión de líneas de crecimiento (Cestari y Sartorio, 1995; Cestari, 2008). Los huecos originales de las celdillas de la microestructura en panal de los rudistas radiolítidos se encuentran colmatados por cristales de esparita correspondientes a varias fases de cementación. La técnica microscópica de la cátodoluminiscencia permite observar de forma más precisa tres fases cristalinas:

  • Una fase A en forma de “dientes de perro” (“dog-tooth crystals”) tapizando el borde de la cavidad con colores de luminiscencia apagados, denominados “dull”.
  • Una fase B “hairline” (en líneas finas) de color amarillento vivo.
  • Una fase C de calcita “blocky” con colores rojizos y alternancias de colores anaranjados en cristales zonados (Damas Mollá et al., 2005b) (figura 11A, B).

En ocasiones, una intensa fracturación tectónica afecta al entramado celular, deformándolo de manera evidente, pero manteniéndose las fases de cementación anteriormente mencionadas (figura 11C, D). Texturas de este tipo parecen sugerir procesos de cementación relativamente tardía que postdatan el episodio compactacional.

tyt43nav07En corte longitudinal, los radiolítidos presentan morfologías en forma de “V”, mientras que la forma en sección transversal es circular con grandes prominencias exteriores marcadas por la ornamentación externa en forma de costillas. Los radiolítidos proliferaron en las zonas más abiertas de la plataforma, con mayor agitación y oxigenación de las aguas.

Por su parte, los rudistas caprínidos se caracterizan por una valva inferior cónica y otra superior de morfología enrollada, claramente de mayor tamaño, que en sección puede superar los 20 cm. Los cortes que con mayor frecuencia se ven son oblicuos y generan geometrías en forma de oreja. En nuestro trabajo anterior (Damas Mollá et al., 2012), ya adelantamos que la estructura de las conchas de los rudistas está formada por tres capas. Dos de ellas fosilizan: a) la capa interna, inicialmente aragonítica, que normalmente aparece recristalizada a esparita como consecuencia de los procesos diagenéticos, y b) la capa calcítica intermedia, que generalmente está formada por calcita baja en magnesio (“Low Magnesium Calcite” = LMC) y es la que presenta mayores diferencias entre las diferentes familias, siendo su microestructura en lámina delgada un rasgo distintivo (Damas Mollá, 2011). Una tercera capa es externa, de naturaleza orgánica y aspecto fibroso, pero rara vez fosiliza.

Sin duda, la ordenación interna de la capa intermedia de las conchas de los caprínidos, con una serie de oquedades paralelas en forma de huso denominadas “canales paleales”, que son característicos de cada género, es uno de los rasgos más singulares de esta familia (figura 11E F). Los caprínidos suelen ser formas recumbentes, es decir, que viven recostados sobre el sedimento en pequeñas agrupaciones de individuos, en ambientes marinos de plataforma somera relativamente tranquila y sobre fondos fangosos (Cestari y Sartorio, 1995).

Más minoritarios en Urdax, los rudistas monopléuridos son, al igual que los radiolítidos, formas elevadoras. Su menor tamaño (2 cm de anchura por más de 15 cm de altura) y sus finas conchas (1-2 mm de espesor) hacen que sean fácilmente reconocibles. Suelen agruparse en pequeños ramilletes o “bouquets” y viven al abrigo de organismos de mayor tamaño y resistencia, como los radiolítidos. El resto de la fauna está formado por Chondrodonta sp., corales, ostreidos, equinodermos, briozoos y foraminíferos.

tyt43nav08Si se observan con mayor detalle las microestructuras de los caprínidos y radiolítidos, se aprecia un grado de diagénesis importante. En primer lugar, se hace evidente la existencia de una intensa fracturación, con la creación de abundantes venas rellenas de cementos de esparita de tamaño centimétrico. Los procesos de recristalización y/o neomorfismo también han afectado, sobre todo, a las capas inicialmente aragoníticas de los rudistas. Los canales paleales de los caprínidos, en origen vacíos, se encuentran rellenos de micrita matricial, o bien de cristales de esparita fruto de la recristalización de la micrita. Las paredes de los propios canales estaban formadas por una microestructura prismática previa que resultó afectada por procesos diagenéticos que la acabaron convirtiendo en un mosaico de cristales de esparita. De hecho, cuando la cavidad está colmatada por estos cristales, sólo se puede diferenciar la pared original del hueco originalmente vacío gracias a la presencia de una fina línea de micrita entre ambos (Damas Mollá et al., 2005a).

A pesar de que ambas familias de rudistas (caprínidos y radiolítidos) presentan rasgos de modificación diagenética importante, los análisis geoquímicos realizados en sendos transectos de la microestructura de cada una de las familias indican que existen claras diferencias en cuanto al grado de alteración. Ello es debido a la microestructura original de la concha y a la susceptibilidad ante las modificaciones diagenéticas. En este sentido, los radiolítidos conservan mejor la estructura de las líneas de crecimiento y los tabiques que los caprínidos. Esto queda puesto de manifiesto geoquímicamente cuando enfrentamos gráficamente los valores del Sr y el Mn de sus conchas expresados en ppm. El campo geoquímico de los bivalvos actuales (Al-Aasm y Veizer, 1986) aparece configurado en la figura 12 y combinado con los valores de las conchas de radiolítidos fracturados y no fracturados, así como los de las conchas de caprínidos. La figura 12A revela que algunos valores de las conchas de los radiolítidos en zonas sin fracturar caen dentro del campo geoquímico de los bivalvos actuales (bajo o nulo grado de diagénesis), en tanto que las conchas fracturadas se alejan de este campo (mayor grado de alteración diagenética). Aún más llamativos son los valores obtenidos en las conchas de los caprínidos (figura 12B), que caen casi en su totalidad fuera del campo de los bivalvos actuales, lo que denota un efecto diagenético mucho mayor sobre ellos, especialmente debido a la fuerte recristalización (Damas Mollá et al., 2005a, b).

Valor ornamental y patrimonial de los litotipos descritos

tyt43nav09Como mencionamos al comienzo del artículo, los litotipos que hemos abordado han sido y son de amplia utilización no sólo en el País Vasco y Navarra, sino también en otros lugares de España y el extranjero. Así, por ejemplo, son numerosas las reposiciones del malogrado “Rojo Ereño” por “Rojo Baztán” allí donde la litología vizcaína ha sufrido el deterioro causado por el paso del tiempo… y de las personas, pues, por poner un ejemplo, el acceso principal al teatro Arriaga de Bilbao tiene una gran loseta de “Rojo Baztán” sustituyendo al “Rojo Ereño” justo en el suelo de la puerta de entrada (Aranburu Artano et al., 2009). También en el casco viejo de la ciudad del Nervión son innumerables estos reemplazamientos en distintos comercios de la zona. El edificio del Metropolitano y muchos portales del ensanche bilbaíno tienen en sus fachadas y solados el “Rojo Baztán”, así como el emblemático edificio de viviendas Artklass, en la bilbaína Plaza de Euskadi, donde se simultanea su utilización en fachada con acabados pulido y abujardado. En los bordillos del puente del Kursaal (Donostia/San Sebastián) se encuentra este litotipo con profusión, pero esta vez reemplazando a la mayoría de las piezas originales de “Rosa Duquesa”. Lógicamente, el “Rojo Baztán” aparece en muchos lugares de Navarra: 1) Pamplona: fachada del hotel Albret, fachada de las viviendas en Ermitagaña, fachada del frontón de la Ikastola Hegoalde y escaleras de las viviendas de Ripagaina; 2) otras poblaciones de la Comunidad Foral: aplacado en bajos y esquineros en las viviendas de Baztanberri en Elizondo, la Plaza de España de Caparroso y la fachada del frontón de Lekaroz. También lo podemos identificar en diversos solados de la parte vieja de la ciudad de Oviedo y en varios inmuebles de Madrid, Valladolid y Palencia, por poner sólo algunos ejemplos. Por su parte, el “Gris Baztán”, aunque también pulido, ha sido utilizado más en acabados abujardados para solados y bordillos. Fuera de nuestras fronteras, podemos encontrar solados con ambos colores en la plaza baja de Cambó-les-Bains (Kanbo), en Lapurdi (sur de Francia). Aquí el suelo se ejecuta con acabado abujardado (figura 13A) y los bancos con la parte superior pulida. Llama poderosamente la atención la extraordinaria gama de gradaciones cromáticas entre el gris y el rojo, así como la presencia de facies extremadamente tectonizadas, con numerosos estilolitos y abigarrados sistemas de venas rellenas de calcita amarillenta (figura 13B).

tyt43nav10Por su parte, entre las litologías de la cantera de Lastur, destaca la utilización del “Gris Deba” tanto en acabados pulidos como abujardados. De los primeros hay buenos ejemplos en los solados del Museo de Bellas Artes de Vitoria (Palacio Augusti), los solados interiores del Palacio de la Diputación de Alava, los solados exteriores situados frente al Ayuntamiento de Bilbao y en numerosas viviendas de la Avenida de la Libertad donostiarra. Entre los acabados abujardados, podemos destacar el amplio solado de la plaza de la Diputación de Álava en Vitoria/Gasteiz. El “Rosa Duquesa” tiene, en general, una utilización más exclusiva del ámbito guipuzcoano, como sucede en Donostia/San Sebastián en todo el casco viejo y algunos edificios de la calle Garibay, por citar un par de ejemplos. En Bilbao es mucho más difícil encontrarlo, habiendo podido constatar su presencia en algunos revestimientos exteriores de la fachada principal del Teatro Campos Elíseos.

tyt43nav11La piedra de Lastur se ha utilizado profusamente durante décadas en toda la zona norte, siendo muy apreciada para fachadas rústicas (abujardado), suelos y pavimentos de diverso tipo. Aunque puede reconocerse también en otras zonas de España, su presencia está masivamente vinculada a la cornisa cantábrica. De hecho, su uso ha sido tan intenso que, por ejemplo, en las provincias de Gipuzkoa y Bizkaia, prácticamente no hay una sola población que no tenga piedra de Lastur en sus edificaciones, calles, plazas o frontones. Precisamente en los frontones ha sido siempre una piedra muy apreciada. El último gran frontón construido en el País Vasco, el frontón de Miribilla en Bilbao (2011), tiene también el frontis hecho con la piedra de Lastur, si bien por razones estéticas ha sido pintado de negro (razones estéticas invocadas obviamente por el arquitecto, ya que los que vivimos en torno a la piedra ornamental es difícil que encontremos algo más estético que la propia piedra al natural).

Son diversas las variedades que se han comercializado desde estas canteras. Unidas a los tonos grises se han comercializado el “Gris Deba”, el “Gris Duquesa” con sus características “pintas” rosadas, el “Gris Paloma” y el “Albigris”, de una tonalidad clara y elegante. En relación con los tonos rosados, ha sido siempre muy apreciado el “Rosa Duquesa”, y en ocasiones se ha extraído la variedad “Rojo Sangre de Toro”, con una coloración más oscura y más cercana a los tonos más intensos del “Rojo Ereño”. No obstante, esta última variedad ha sido muy marginal en la historia de la cantera.

También ha sido una piedra muy apreciada en el arte y el deporte rural. A menudo ha sido utilizada en trabajos de escultura, siendo su máximo exponente el Santuario de Arantzazu (Oñati, Gipuzkoa), en donde el insigne escultor oriotarra Jorge de Oteiza (1908-2003) junto con los arquitectos Francisco Javier Sainz de Oiza (1918-2000) y Luis Laorga (1919-1990) utilizaron piedras de Lastur talladas en forma piramidal para cubrir la fachada del santuario (figura 13C). En cuanto al deporte rural, la piedra ha sido utilizada tanto en pruebas de arrastre de bueyes (idi probak), levantadores de piedra (harrijasotzaile) y barrenadores (harrizulatzaile) (figura 13D, E).

tyt43nav12Dejando aparte los criterios estéticos, el extenso uso de la piedra está basado en sus propiedades mecánicas. La piedra ornamental de Lastur, con una considerable resistencia a compresión dentro del rango 80-100 Mpa y una resistencia a flexión por encima de 12 MPa, sobresale por su resistencia a la abrasión, que es inferior a 2 mm, cuando muchos de los mármoles comerciales tienen valores casi diez veces superiores. Esto la convierte en una piedra excelente para pavimentos, ya que es muy resistente al desgaste y aguanta muy bien el proceso de abujardado.

Conocida esta resistencia desde antaño por los marmolistas (no por ciencia infusa, sino como consecuencia de la observación y el trabajo) resulta muy curioso ver en toda la zona norte, en numerosos comercios, bares, oficinas o similares, cómo, independientemente de la decoración y de los materiales empleados en la ornamentación del inmueble, la losa que da entrada al recinto, es decir, la que todo el mundo pisa al entrar y al salir, es habitualmente una losa de las canteras de Lastur, bien sea Gris o Rosa su coloración.

En fin, el aprecio por el valor de estas hermosas litologías ornamentales y el celo por su conservación es uno de los objetivos que hemos perseguido a lo largo de estas dos entregas que hemos tenido el placer de escribir para la revista Tierra y Tecnología gracias al interés de D. José Luis Barrera. Nos duele ver el deterioro de la piedra cuando se practican pintadas o se pegan carteles indiscriminadamente sobre ellas, perdiendo con ello sus matices más intrínsecos y distintivos. Del mismo modo que intentamos concienciar a la sociedad para que se preserve el patrimonio biológico que nos rodea, así también debemos animar a todos cuantos nos rodean a que respeten estos y los demás litotipos, pues ellos, aunque no son entidades vivientes, tienen una marcada personalidad y protagonismo en nuestras ciudades. A veces, es tan manifiesta su presencia que confieren carácter a una ciudad entera, como sucede con la “Arenisca de Villamayor” y la bellísima ciudad de Salamanca. Concienciémonos, pues, en este empeño y conseguiremos que nuestro patrimonio pétreo, de vital importancia, pues España es uno de los países punteros del mundo en este mercado, quede preservado para futuras generaciones, junto con la historia y el arte, que tantas veces utilizan la piedra natural como soporte y están tan vinculados a la realización material y la proyección espiritual del género humano.

Bibliografía

  • Agirrezabala, L.M. (1996). El Aptiense-Albiense del Anticlinorio Nor-vizcaino entre Gernika y Azpeitia. Tesis doctoral. Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea, 429 pp.
  • Al-Aasm, I.S. y Veizer, J. (1986). Diagenetic stabilization of aragonite and low-Mg calcite. I. Trace elements in rudists. Journal of Sedimentary Petrology 56 (1): 138-152.
  • Aranburu Artano, A., García Garmilla, F., Murelaga, X. y Pascual, A. (2009). Ruta geomonumental por Bilbao: Estudio de los materiales constructivos de tres edificios históricos. Servicio Editorial de la Universidad del País Vasco / Argitalpen Zerbitzua Euskal Herriko Unibertsitatea, 76 pp.
  • Campos, J. (1979). Estudio Geológico del Pirineo Vasco al W del río Bidasoa. Munibe. Sociedad de Ciencias Aranzadi, 1-2: 3-139. San Sebastián.
  • Campos, J., García Dueñas, V., Solé, J. y Villalobos, L. (1975). Mapa Geológico de España a escala 1:50.000. Hoja nº65 (Vera de Bidasoa). Plan MAGNA, Madrid. Mapa + 34 pp.
  • Cestari, R. (2008). Los Rudistas (Bivalvia, Hippuritoidea) en el Apenino Centro-Meridional (Italia): Análisis de las asociaciones de radiolítidos en contexto de plataforma calcárea en el super-greenhouse climate del Cretácico Superior. Ph. D. Thesis. Universitat Autònoma de Barcelona, 198 pp.
  • Cestari, R. y Sartorio, D. (1995). Rudist and facies of the Periadriatic Domain. Agip S.p.A., S. Donato Milanese, 207 pp.
  • Damas Mollá, L. (2011). Las calizas rojas de Ereño: facies, paleoambiente, mineralización y diagénesis. Patrimonio geológico-histórico de Bizkaia. Tesis Doctoral, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea, 313 pp.
  • Damas Mollá, L., Aranburu Artano, A. y García Garmilla, F. (2005a). Alteración diagenética en conchas de rudistas caprínidos del Cretácico Medio de Urdax (Navarra). Geogaceta 37: 167-170.
  • Damas Mollá, L., Aranburu Artano, A. y García Garmilla, F. (2005b). Alteración diagenética en conchas de rudistas radiolítidos del Cretácico Medio de Urdax (Navarra). Geogaceta 37: 171-174.
  • Damas Mollá, L., Aranburu Artano, A., García Garmilla, P. y Fano, H. (2012). Rocas ornamentales del País Vasco y Navarra (I): El Rojo Ereño y el Negro Markina. Tierra y Tecnología 42: 25-33.
  • Dunham, R.J. (1962). Classification of carbonate rocks according to depositional texture, in: W.E. Ham (ed.) Classification of Carbonate Rocks – A Symposium. American Association of Petroleum Geologists. Memoir 1: 108-121.
  • Embry, A.F y Klovan, E.J. (1971). A late Devonian Reef Tract on Northeastern Banks Island, Northwest Territories. Canadian Petroleum Geology Bulletin 19: 730-781.
  • ENPENSA (1964). Estudio geológico de la región de Deva. Notas y Comunicaciones I.G.M.E. 76: 237-244.
  • EVE (1989a). Mapa Geológico del País Vasco a escala 1:25.000. Hoja de Azkoitia (63-IV). Ente Vasco de la Energía. Gobierno Vasco / Eusko Jaurlaritza. Bilbao.
  • EVE (1989b). Mapa Geológico del País Vasco a escala 1:25.000. Hoja de Ondarroa (63-I). Ente Vasco de la Energía. Gobierno Vasco / Eusko Jaurlaritza. Bilbao.
  • Feuillée, P. (1966). Le Cénomanien des Pyrénées basques aux Asturies. Thèse. Faculté des Sciences. Dijon. Mémoires de la Société Géologique de France 108, 343 pp.
  • Folk, R.L. (1962). Spectral subdivision of limestone types, in: W.E. Ham (ed.) “Classification of Carbonate Rocks – A Symposium”. American Association of Petroleum Geologists. Memoir 1: 62-84.
  • García Mondéjar, J. (1982). Aptiense y Albiense. Región Vasco-Cantábrica y Pirineo Navarro, in: A. García (ed.) El Cretácico de España. Madrid. Universidad Complutense, 63-84.
  • Jerez Mir, L., Esnaola Gómez, J.M. y Rubio Susan, V. (1971). Estudio Geológico de la Provincia de Guipúzcoa. Memorias I.G.M.E., 79, 130 pp.
  • Pilger, A., Valle de Lersundi, J., Juch, D., Schäfer, D., Krausse, H.F., Requadt, H., Müller, D., Solé, J., Villalobos, L., Ramírez del Pozo, J., Pan Arana, T. y Fernández Luanco, M.C. (1974). Mapa Geológico de España a escala 1:50.000. Hoja nº 66 (Maya del Baztán). Madrid. Mapa + 33 pp.
  • Rat, P. (1959). Les pays crétacés basco-cantabriques (Espagne). Thèse. Publications Université de Dijon. XVIII, 525 pp.
  • VV.AA. (1997). Mapa Geológico de Navarra. Gobierno de Navarra, 142 pp.