Tierra y Tecnología nº 43 | Texto | Francisco J. Leonardo Docanto. Licenciado en Biología | Isidro Parga Pondal (1900-1986) fue una de las figuras más destacadas de la ciencia española. Sus investigaciones permitieron un gran avance en los conocimientos geoquímicos y geológicos en Galicia y otras regiones de España y Europa. En el presente trabajo analizamos a los investigadores más importantes con los que Parga trabajó y que contribuyeron a diversificar su vida científica.
La labor investigadora de Isidro Parga Pondal (figura 1) estuvo ligada a diversos científicos, tal como queda recogido en los numerosos trabajos que publicó a lo largo de su vida. Estos colaboradores fueron variando con el tiempo, reflejo de las diferentes etapas por las que pasó la vida del célebre geoquímico gallego: profesor en la Universidad de Santiago, becario en Zurich y Berlín, director del Laboratorio de Geoquímica de Galicia, colaborador regional del Instituto Geológico y Minero, etc.
Parga Pondal fue profesor auxiliar de las cátedras de Análisis Químico, Química Inorgánica y Química Orgánica de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Santiago de Compostela entre los años 1922 y 1936. Químico de formación, sus investigaciones se orientaron desde joven al análisis de minerales y rocas, publicando numerosos trabajos de esa temática. Sus conocimientos geológicos y geoquímicos mejoraron gracias a becas de ampliación de estudios que le llevaron a Zurich, entre los años 1930-31, y a Berlín, entre 1932 y 1933. En la Universidad de Santiago estableció el Laboratorio de Geoquímica de Galicia, primero de este tipo fundado en España. Después de 1936, fecha en la que fue expulsado de la Universidad, acusándole de ideología progresista y galleguista, continuó sus investigaciones desde Laxe, su pueblo natal, donde funda el Laboratorio Geológico de Laxe (LGL) y encamina sus trabajos hacia la geología. Años más tarde, consecuencia de estas nuevas investigaciones, se convirtió en aglutinador, moderador y centralizador del conocimiento geológico de buena parte de Europa. En cada una de estas etapas, Parga colaboró con diferentes científicos, algunos sólo puntualmente, mientras que con otros formó equipos de investigación que se prolongaron en el tiempo. En otros casos, los trabajos conjuntos se vieron interrumpidos por la guerra civil.
Los colaboradores
Las primeras colaboraciones de Parga corresponden a trabajos hechos con sus alumnos de la Universidad de Santiago. Reflejo del carácter innovador, aperturista y moderno del profesor, incorpora a varios de sus discípulos y discípulas en sus investigaciones, con la intención de la mejor preparación posible y encaminarlos a comenzar su propia carrera investigadora. José Vázquez Garriga, Amparo Arango Fernández, Dolores Lorenzo Salgado o Encarnación Fraga Padín son los nombres que acompañan a Parga en varias publicaciones en sus años en la Universidad, si bien el único que consiguió hacerlo en dos ocasiones fue Vázquez Garriga. Se trata de una serie de investigaciones geoquímicas sobre minerales, rocas y arenas gallegas, muy poco estudiadas hasta la fecha, y que convirtieron a Isidro en un químico conocido en toda España. Gracias a cuatro de estas colaboraciones, más un trabajo en solitario, obtuvo en 1930 el premio “Alonso Barba” de la Real Sociedad Española de Física y Química en su primera edición.
La relación de Parga con sus alumnos iba más allá de los trabajos docentes, participando en viajes de estudio y excursiones; estas últimas muy relacionadas con la recogida de muestras geológicas para sus trabajos posteriores, promoviendo un coleccionismo científico presente a lo largo de su vida. Parte de esas salidas al campo eran hechas dentro de las actividades del Seminario de Estudos Galegos, asociación cultural a la que Parga pertenecía desde 1926 y a la que contribuyó a incorporar a varios de sus alumnos. Varios profesores de la Universidad, y también miembros del Seminario, publicaron junto a Isidro varias investigaciones. De esta forma, encontramos a Luís Pericot, catedrático de la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad de Santiago entre 1925 y 1927. Con Pericot, Parga trabajó en cuatro artículos sobre los castros de los alrededores de Mondariz Balneario, en las únicas investigaciones arqueológicas que Parga publicó.
José María García-Blanco, concuñado de Parga, también fue miembro del Seminario de Estudos Galegos. Ambos investigaron juntos en “El mecanismo de acción de la dihidroxiacetona en el organismo humano” (García-Blanco y Parga Pondal, 1929). El tema de este trabajo estaba relacionado con la Fisiología, especialidad de García-Blanco. La habilidad de Isidro como analista químico fue de interés para esta investigación, en la que se estudia la acción hipoglucemiante de la dihidroxiacetona. Ambos hicieron este trabajo en el Instituto de Santiago y Mondariz Balneario (figura 2), laboratorios que compartían en la capital de Galicia y en Mondariz. En este instituto, García-Blanco atendía consultas sobre enfermedades de nutrición y realizaba diversas pruebas, como el uso de rayos X. Parga realizaba análisis de sangre, orina o de jugo gástrico duodenal (Del Castillo, 1993: 149). De esta forma, ambos colaboraban en las tareas del balneario de Mondariz, donde pasaban las vacaciones debido a que su dueño, Enrique Peinador, era el suegro de ambos.
Los siguientes trabajos en colaboración hechos por Isidro corresponden a su estancia en la ETH de Zurich1, a donde viajó en el año 1930 gracias a una beca de la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE). En su estancia en Suiza, Parga cursó diversas asignaturas sobre geología y geoquímica, necesarias para continuar sus investigaciones sobre la gea gallega, y publicó trabajos junto a profesores de la ETH, como Johann Jakob o Conrad Burri2. Con el primero investigó en “Contribución a la constitución química de las micas. Sobre el papel del titanio en las flogopitas” (Jakob y Parga-Pondal, 1932), trabajo hecho como requisito final por haber sido becado por la JAE y en el que se demostró por primera vez la existencia de titanio trivalente en minerales (Capdevila, 1978).
Junto a Burri (figura 3), las investigaciones del científico gallego también ganaron complejidad, incorporando nuevas técnicas aprendidas en Zurich, como el manejo del microscopio petrográfico o nuevas metodologías para el análisis de rocas, a la vez que sentó las bases de lo que sería su tesis de doctorado, publicada en 1935 (Parga Pondal, 1935). Parga estableció una gran amistad con el profesor suizo, basada en el común interés por la geología. Ambos tenían la misma edad y compartían puestos de trabajo similares, ya que Burri era privatdozent en los años en los que Isidro fue alumno en la ETH. Sus cinco trabajos conjuntos (el último no acabado) formaban el comienzo de una interesante línea de investigación sobre el volcanismo reciente de diversas regiones España y norte de África, interrumpida con el comienzo de la guerra civil.
Los siguientes trabajos en colaboración proceden de una nueva estancia de Isidro en un centro de estudios del extranjero. En el año 1932, Parga viajó a Alemania gracias a una beca de la Agrupación de Fabricantes de Cemento de España, para investigar sobre la química de ese material en el Zementtechnischen Institut, perteneciente a la Technischen Hochschule Berlin. Como resultado, Isidro realizó dos publicaciones. La primera, un estudio sobre la síntesis de un nuevo tipo de cemento, fue llevada a cabo junto a Karl Bergt, que años después fue jefe del Laboratorio Central de la industria del cemento en la República Democrática Alemana. El segundo trabajo fue la obtención de un método para el estudio de la corrosión de los cementos, realizado junto al investigador Siegfried Baentsch; en el trabajo también tuvo un papel importante el doctor Hans Kühl3, bajo cuya dirección estaba trabajando Parga e inventor del método llevado a cabo en la investigación.
Uno de los colaboradores más importantes en la vida de Isidro fue el mineralogista Gabriel Martín Cardoso (figura 4), gran conocedor de la geología de Galicia, y con el que trabajó en diferentes etapas de su vida4. Los conocimientos mineralógicos y cristalográficos del madrileño y los químicos del gallego permitieron formar un equipo en el que ambos se complementaron. Como resultado hicieron publicaciones sobre nuevos minerales en Galicia o varias hojas del mapa geológico. Su contacto comenzó antes de la guerra civil, tal como atestigua la publicación “Hallazgo de la eosforita en El Son (Coruña)” (Martín Cardoso y Parga Pondal, 1934), estudio sobre un nuevo mineral para la gea gallega. En años posteriores al conflicto bélico, sus trabajos conjuntos se hicieron más numerosos, realizando cuatro hojas del mapa geológico de Galicia a escala 1:50.000: Laxe, Carballo, Tui y Valença (mapa conjunto) y Tomiño y Caminha (conjunto). Sus estudios geoquímicos de minerales y rocas también continuaron, realizando cinco trabajos, como “La pegmatita litinífera de Lalín (provincia de Pontevedra, España)” (Parga Pondal y Martín Cardoso, 1948) en el que, según los autores, descubren la región litinífera más rica de Europa, o “Quimismo de algunos granitos de Pontevedra” (Martín Cardoso y Parga Pondal, 1950), presentado en el XVIII Congreso Internacional de Geología celebrado en Londres en 1948. Esta colaboración, que tan buenos resultados científicos estaba generando, fue interrumpida bruscamente por el prematuro fallecimiento de Martín Cardoso en 1954.
Las labores cartográficas de Cardoso fueron continuadas por Eugenio Torre Enciso, catedrático de Ciencias Naturales en el Instituto Nacional de Enseñanza Media de A Coruña. Torre fuera alumno de Parga en la Universidad y también sometido a depuración e inhabilitado, si bien su expediente fue revisado y pudo reincorporarse a la docencia. Ambos trabajaron en los mapas de Oia, Muxía, A Guarda y Moledo, Santa Comba, Outes, Fisterra, Betanzos, Ordes, Oza dos Ríos y Pontedeume. El interés de Torre por la geomorfología también dio lugar al trabajo “Sobre una relación entre los tipos de disyunción de los granitos gallegos y su historia geológico-tectónica” (Parga Pondal y Torre Enciso, 1953), en el que, junto a Parga, describen las formas de erosión de los granitos gallegos así como los diferentes paisajes a los que dieron lugar. Torre, discípulo de Isidro, es uno de los ejemplos del buen hacer de Parga como profesor, con alumnos que realizaron brillantes carreras.
El colaborador que trabajó con Parga con mayor asiduidad en las labores de cartografía geológica fue el ingeniero de minas del IGME Juan Manuel López de Azcona. Esta cooperación es consecuencia del nombramiento de Isidro como colaborador regional del Instituto Geológico en el año 1951. Ambos aparecen como coautores de doce hojas del mapa geológico de Galicia 1:50.000, en colaboración con otros científicos, como Cardoso o Torre Enciso. En los mapas que comprenden el norte de Portugal trabajaron con Parga y López de Azcona geólogos de ese país, como Carlos Teixeira, Carlos Torre de Assunçao, Jose de Oliveira Fernando Nery o D. J. C. Perdigao. Los trabajos de Parga y López Azcona no se limitaron a tareas cartográficas, pues publicaron el artículo “Sobre la existencia de elementos escasos en los granitos de Galicia” (Parga Pondal y López de Azcona, 1965), investigación geoquímica sobre estas rocas, que forman una línea de investigación muy presente en la vida científica de Isidro.
Entre los años 1952 y 1957, Parga publicó cuatro estudios sobre minerales densos de las playas gallegas, continuando así una línea de investigación comenzada en sus años como profesor en la Universidad. Estos nuevos trabajos fueron hechos junto a Josefina Pérez Mateos, experta en petrografía sedimentaria y una de las primeras mujeres científicas del CSIC. La investigadora era discípula de Martín Cardoso, con quien colaboró en trabajos en el Museo Nacional de Ciencias Naturales. Pérez Mateos, con conocimientos sobre las características y composición de las arenas, fue de gran utilidad en los nuevos trabajos de Parga sobre estos sedimentos. Dichas investigaciones tenían un importante enfoque económico, por la importancia industrial de los minerales estudiados, lo que coincide con la etapa de autarquía que estaba viviendo España. El aislamiento internacional al que estaba sometido el país, consecuencia de la colaboración del régimen franquista con Hitler, obligó a España a tratar de conseguir una autosuficiencia económica, en la que tuvieron cabida la búsqueda de materias primas.
Las últimas colaboraciones de Isidro corresponden a cuatro investigaciones geológicas, en las que jóvenes científicos acudieron a él en un claro signo de reconocimiento de su carrera científica. En estos nuevos trabajos se produce una diversificación en la temática de las habituales investigaciones de Parga. El primero de ellos, “Yacimientos fosilíferos en las pizarras metamórficas de Guntín (Lugo, Galicia)” (Parga Pondal y Gómez de Llarena, 1963), es un trabajo paleontológico realizado junto a Joaquín Gómez de Llarena, director de la Real Sociedad Española de Historia Natural. Este investigador también había sido represaliado por el régimen franquista (algo, como vemos, común en los colaboradores de Parga) y luego reincorporado como catedrático en un instituto de enseñanza media de Donosti. El trabajo junto a Isidro obligó en su día a redatar y revisar la constitución geológica de varias zonas de Galicia, al encontrar restos fósiles en zonas sedimentarias de la zona central de la región galaica que con anterioridad se consideraban azoicas. Este descubrimiento fue consecuencia del estudio del metamorfismo herciniano, promovido en gran parte por Parga desde el Laboratorio Geológico de Laxe. El segundo de estos trabajos, “Las rocas del Cámbrico IV: una traquita alcalina estratificada en el Cámbrico de Farandón (Valle del Narcea)”, (García de Figuerola y Parga Pondal, 1964). Isidro, al igual que hiciera en anteriores trabajos, aporta sus conocimientos químicos a este estudio sobre una serie de rocas de la geología asturiana poco estudiadas hasta la fecha. García de Figuerola había sido profesor del hijo menor de Isidro, José Ramón Parga Peinador, al que dirigió su tesis de licenciatura en el año 19695. La relación de Parga con la Universidad de Oviedo continuó en los años siguientes, en los que este centro jugó un papel destacado en las reuniones de geología que el LGL organizó en los años 1965, 1967 y 1969, y continuadas en el año 1979 desde la nueva sede del Laboratorio en Sada (A Coruña).
El siguiente artículo publicado por Parga junto a otros investigadores es resultado de los trabajos realizados desde el LGL con el fin de elaborar una cartografía geológica de Galicia lo más detallada posible. Con motivo de la realización del mapa petrográfico estructural de la comunidad a escala 1:400.000, llevado a cabo desde el LGL y publicado en 1963, se descubrió el interés de una formación porfírica muy bien representada en Galicia. El estudio detallado de la misma dio lugar a la publicación “Introducción a la geología del “Ollo de Sapo”. Formación porfiroide antisiluriana del noroeste de España” (Parga, Matte y Capdevila, 1964). En ella, Isidro figura como autor junto a Philippe Matte, del Servicio de Geología Estructural, y Ramón Capdevilla, del Servicio de Geología General, ambos de la Universidad de Montpellier. La investigación sobre esta formación geológica, que atraviesa toda Galicia, desde isla Coelleira (Lugo) hasta Sanabria (Zamora), continúa hasta Hiendelaencina (Guadalajara) y aparece en otras regiones de Europa, como Francia o Checoslovaquia, puso de manifiesto la importancia del estudio geológico de Galicia, con formaciones que aparecen en otros países europeos.
El último artículo científico de Isidro fue publicado en el año 1966 junto a la investigadora Trinidad Aleixandre Campos, colaboradora del Instituto de Edafología y Biología Vegetal del CSIC y especialista en mineralogía de suelos. Aleixandre era discípula de Josefina Pérez Mateos, quien a su vez lo fuera de Martín Cardoso. Representa este un destacado ejemplo de crear escuela por parte de Cardoso, que transmitió esta forma de trabajar a su colaboradora. El trabajo de Parga y Aleixandre (Parga y Aleixandre, 1966) es un estudio de muestras procedentes de la formación denominada arenita ortocuarcítica del Xistral, con el fin de datarla y tratar de establecer sus condiciones de formación. En él, realizan un estudio estratigráfico, petrográfico y mineralógico, de su composición química y sus condiciones de formación. Este artículo fue resumido en 1967 en la revista Chemical Abstracts, en lo que representa la ultima investigación de Parga recogida en esa publicación6. Durante más de treinta y cinco años, el geoquímico gallego apareció en esa revista, con un total de veintiséis trabajos, dando muestras de su valía y de que los obstáculos aparecidos en su vida no le impidieron continuar sus investigaciones sobre química de minerales y rocas.
En el año 1982 tuvo lugar la publicación del Mapa geológico del Macizo Hespérico Peninsular a escala 1:500.000, obra dirigida por Parga, y que representa la geología del Hespérico de la mitad occidental de la Península Ibérica. En este artículo no podíamos dejar de citar esta obra, ya que en ella colaboraron científicos de Francia, Alemania, Portugal, Reino Unido y España, y de dieciséis universidades europeas. Este mapa había sido realizado bajo la coordinación de José Ramón Parga (hijo de Isidro) hasta su fallecimiento en 1978, fecha a partir de la cual su labor fue continuada por Ramón Vegas, de la Universidad Complutense de Madrid, y Alberto Marcos, de la Universidad de Oviedo. El mapa fue impreso en el Instituto Geográfico Nacional y comercializado por el área de geología y minería del restaurado Seminario de Estudos Galegos, gracias al apoyo de Isaac Díaz Pardo.
La valía de Isidro Parga Pondal como analista químico, unido a sus conocimientos geológicos, le permitió trabajar junto a diversos científicos, tanto españoles como extranjeros. La evolución en sus publicaciones hizo que fuera contando con la colaboración de diferentes investigadores, con los que profundizó en diferentes líneas de investigación: estudios geoquímicos de rocas y minerales gallegos, presencia de elementos raros en los arenales de Galicia, investigaciones sobre rocas neovolcánicas españolas o cartografiado geológico. Sus colaboradores fueron, en general, especialistas en cada una de esos campos, contribuyendo a la brillante carrera investigadora del geoquímico gallego.
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1. La ETH (Eidgenössische Technische Hochschule), importante institución relacionada con el desarrollo industrial y tecnológico de Suiza, en la que importantes investigadores fueron alumnos o docentes. Abrió sus puertas en el otoño de 1855 y desde el momento de su fundación trató de combinar la docencia teórica con la instrucción de clases prácticas.
2. Johann Jakob (1887-1968). En el año 1918, antes de graduarse en la ETH, trabajó cómo asistente a tiempo completo en el Instituto de Mineralogía de esta institución. En el año 1925 fue nombrado profesor titular y director del laboratorio de Mineralogía y Geoquímica en la ETH, cargo que ocupó durante más de 30 años. De su labor científica destaca la actualización y avance de los métodos de análisis minerales.
Conrad Burri (Zürich, 1900-Berna, 1987). Desde 1925 fue asistente de Paul Niggli. En el año siguiente presentó su tesis, sobre la química de rocas volcánicas del océano Pacífico. Entre 1930 y 1932 fue privatdozent de Mineralogía y Petrografía en la ETH, entre 1932 y 1954, profesor asociado de las mismas enseñanzas, de las que fue catedrático entre 1954 y 1970.
3. Hans Kühl (1879-1969). Pionero en el estudio de la química del cemento y otros materiales de construcción. En el año 1903 obtuvo el doctorado y, en 1907, se hizo cargo del Zement- und Mörteltechnische Institut del doctor Wilhelm Michaelis, el más importante investigador alemán del cemento en aquel tiempo. En 1922 fue nombrado profesor del Lichterfelder lnstitut diere Technischen Hochschule de Berlín y en 1925 profesor honorario de la Technischen Hochschule.
4. Gabriel Martín Cardoso (Madrid, 1896-Madrid, 1954). Catedrático de Historia Natural en los Institutos de Castellón y de Teruel. Becario de la JAE en Münich, donde estudió bajo la dirección de Paul von Groth, y en Leipzig, con Friedrich Rinne. En 1927 regresó a Leipzig con una bolsa de la Fundación Humboldt. En 1932 obtuvo la cátedra de Cristalografía y Mineralogía de la Universidad Central y fue nombrado jefe de la sección de Mineralogía del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Al finalizar la guerra civil fue separado de su puesto en la Universidad. En 1947 le fue repuesta la cátedra.
5. “Vulcanismos del Paleozoico inferior en el NW de la Península Ibérica”, Facultad de Geología da Universidad de Oviedo, julio de 1969.
6. Esta revista está considerada la “fuente bibliográfica internacional por antonomasia en el sector químico” (Martínez, 2007: 481), y el hecho de que un trabajo aparezca recogido en esta publicación supone un reconocimiento para su autor a nivel internacional.