Tierra y Tecnología nº 43 | Texto | Manuel Recio, Europa Press Figuras | Aureo Caballero, ICOG
El pasado 6 de junio se celebró en el salón de actos del Colegio de Geólogos una de las tertulias del Geoforo más multitudinarias que se recuerdan (figura 1). El tema no era para menos: el fracking y la exploración de los recursos naturales. Como era de esperar, levantó mucha expectación, no sólo entre estudiantes y colegiados, sino también entre expertos y profesionales del sector. Tal fue el éxito que en mitad de la charla hubo que colgar el cartel de “aforo completo” porque ya no quedaba espacio para admitir más público. En la sala había 79 asistentes.
Como siempre, el coordinador de las tertulias, José Luis Barrera, vicepresidente del Colegio de Geólogos, introdujo el tema hablando de la actualidad y envergadura mediática que está adquiriendo el tema del fracking en nuestros días. Para Barrera, uno de los objetivos del Geoforo era aportar datos y conocimiento a una técnica todavía desconocida en varios países. Inmediatamente dio paso al primer ponente de la jornada; Juan García Portero, geólogo, responsable de exploración en la Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi (SHESA).
Juan García Portero (figura 2) hizo un recorrido histórico de la exploración de hidrocarburos desde las primeras prospecciones en Kansas, Estados Unidos, en el año 1946. El geólogo declaró que desde entonces se han hecho alrededor de un millón de pozos de fracking a un ritmo de 35.000 pozos por año. Gracias a eso, el precio del gas en Estados Unidos “está disminuyendo, es un tercio más barato de lo que pagamos en Europa”, comentó el geólogo.
En relación a los aspectos a debate que ocasiona el fracking, uno de ellos es la contaminación de los acuíferos existentes en la zona. A ese respecto, el experto declaró que hay “bajísimas probabilidades” de que se contaminen los acuíferos. “Si se mantiene la integridad del pozo no tiene por qué contaminarse los acuíferos”. Asimismo, “los trabajos de perforación se realizan en condiciones de vertido cero; además, los reservorios de gas y los acuíferos están a 1.000 metros de distancia aproximadamente por lo que es complicado que se contaminen”. Asimismo, Juan García reconoció que “ninguna actividad humana tiene contaminación cero”. En lo referente a los microsismos, “la sismicidad inducida por el fracking tiene unas magnitudes mínimas, entre -1 y -3 en la escala Ritcher, imperceptibles para el ser humano”, explicó.
Inversión en I+D+i
El geólogo detalló con precisión cómo se realiza el proceso de fracking. La fracturación se produce por una inyección a alta presión donde el 99% es agua y menos del 1% aditivos. “Son un máximo de 4 ó 5 aditivos, productos químicos que se utilizan en otras industrias y que en esas proporciones no son peligrosos para el medio ambiente ni para la agricultura”, comentó el experto. Cualquier actividad industrial usa unas proporciones similares.
En todo caso, García Portero avanzó que se está desarrollando un labor intensa de I+D+i para “utilizar cada vez menos aditivos”. “Esa labor de investigación permitiría usar geles y espumas de sustancias gelificantes que propiciará que no se utilice tanta agua.” De todos modos, el geólogo anunció que en España todavía no se ha desarrollado ningún proyecto de fracking, por lo que no se puede saber si ha habido contaminación”, finalizó.
Como conclusiones indicó que el fracking es viable “técnica, económica y medioambientalmente”. “La producción de gas no convencional aumentará considerablemente en todo el mundo en los próximos años y permitirá no depender tanto del uso del carbón y del petróleo”, precisó. Según él, se trata de aplicar los más altos estándares de la industria y cumplir las normativas.
Una oportunidad, no una amenaza
Acabada su intervención tomó la palabra Juan Carlos Muñoz-Conde, ingeniero de Caminos y portavoz de la plataforma Shale Gas España (figura 3). Comenzó hablando de cómo Estados Unidos ha pasado de ser un país importador de gas a consolidarse como autosuficiente. “La sociedad española debe ver el fracking como una oportunidad y no como una amenaza”, manifestó.
Para Muñoz-Conde, el fracking puede ser un “modelo económico alternativo”, una industria “generadora de puestos de trabajo” y no hay un riesgo “especialmente significativo” en su uso. “Sólo en Estados Unidos, la industria del gas no convencional genera 600.000 puestos de trabajo”, apuntó.
Sin embargo, se extraña de cómo el fracking en nuestro país no ha tenido oportunidad de desarrollarse. Se ha creado un fenómeno como el “ayuntamiento anti-fracking” que no tiene ninguna implicación jurídica pero que muestra el rechazo de la población hacia la fracturación hidráulica.
En España “no tenemos cultura petrolera” y “los ciudadanos piensan que va a afectar a su entorno y a destruir su paisaje”, lamenta. Para el ingeniero se han divulgado una serie de “mitos y falsedades” sobre el fracking, con “mensajes malentendidos que crean alarma social”. Además, “en muchos casos la oposición de grupos ecologistas es más por discrepancias con el modelo energético que con la técnica de fracking en sí”, añade.
En ese sentido, Muñoz-Conde considera que han faltado en el debate opiniones de técnicos, científicos, ingenieros y geólogos para “tranquilizar a la población y transmitir conocimiento”. Aunque en su opinión la respuesta de los expertos ha sido “un poco tibia”, todos reafirman que “el fracking es una técnica segura”.
Potencial de España
España tiene un gran potencial en shale gas o gas de esquisto, que podría “asegurar el consumo de energía durante 55 años”, manifiesta. “Hay que investigar e invertir, sólo con encontrar un 10% de ese potencial se reduciría la dependencia energética de España que ahora es del 100%”.
“Tenemos normativa y capacidad técnica para desarrollar un proyecto de fracking con garantías”, asevera. Sin embargo, el riesgo es “el efecto boomerang que obligue a la industria a hacer controles desproporcionados que hagan inviables económicamente los proyectos de fracking”, concluyó el portavoz de Shale Gas España.
Una vez terminadas ambas ponencias, se desarrolló un animado debate que se prolongó hasta más de las 22 horas. Los riegos volvieron a aparecer sobre la mesa. Para Juan García Portero uno de los mayores riesgos es la ocupación del terreno por los pozos, aunque “en realidad no es riesgo sino molestia”. Se habló también de los vídeos de Youtube que se está difundiendo donde aparecen situaciones que alarman a la población —como supuestas fugas de gas metano al abrir el grifo— pero que según Juan Carlos Muñoz-Conde nada tiene que ver con el fracking sino con otros fenómenos.
El propio presidente del Colegio de Geólogos, Luis Suárez, intervino para justificar la postura del Colegio. “En este tema hemos querido tener una postura conciliadora, ya que se requieren muchos consensos, donde es necesario conciliar dos bienes jurídicos: el desarrollo geológico y el respeto por el medio ambiente”, apuntó. El Colegio quiere enriquecer el debate con aportaciones científicas. Aun así, Suárez reconoció que no se pueden tener 17 regulaciones distintas en materia de fracking y que si España y Europa se quedan fuera del shale gas tendrán un grave problema de competitividad con respecto a Estados Unidos.
Al finalizar el evento, lo ponentes, el moderador y el presidente del ICOG se hicieron una fotografía conjunta (figura 4).
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