Japón ‘inventó’ los tsunamis

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Texto: Ángel Carbayo Olivares presidente de Geólogos del Mundo

Japón está formado por un largo archipiélago que se extiende en dirección predominante norte sur frente al litoral asiático del Pacífico. Lo constituyen numerosas islas de las que destacan cuatro por su importancia y extensión. Limita al este con el Océano Pacífico, cuyo fondo se denomina geológicamente placa Pacífica, y que está formada en toda su extensión por materiales volcánicos. Limita al oeste con el mar del Japón, depresión marina poco profunda que lo separa de la costa euroasiática, aunque también Japón está incluido en la denominada geológicamente placa continental Euroasiática.

Ésta consta de materiales geológicos existentes desde la creación de la Tierra, si bien, con una historia variadísima a lo largo de millones de años, pero formados por una mezcla de rocas de todo tipo.

El contacto de Japón con la placa Pacífica se realiza a través de la denominada Fosa de Japón, con una profundidad superior a los 10.000 metros y que corresponde a la subducción o penetración de dicha placa Pacífica, por ser de mayor densidad que la continental bajo la superficie del Japón o lo que es lo mismo, de la placa continental Euroasiática. Esta introducción se produce en realidad al chocar ambas placas. Pero si además añadimos que por el norte de ambas entra en liza la placa continental Norteamericana, de la misma naturaleza que la Euroasiática y que también choca con la placa pacífica, el escenario se complica.

La situación citada crea fallas activas en las que al moverse unos bloques sobre otros, todos ellos de gran extensión, se libera una gran cantidad de energía a partir de un punto denominado epicentro y se origina**un terremoto, cuya energía se trasmite mediante la vibración de ondas sobre el suelo.

Cuando se produce el movimiento de la falla, si uno de los bloques se hunde por debajo del nivel del suelo submarino, aunque este hundimiento sea pequeño es muy extenso en superficie y produce una absorción de una inmensa cantidad de agua que se traduce en una retirada del mar desde las costas. Cuando se ha estabilizado el sistema, el agua tiende a regresar a las costas, viajando con ondas de gran longitud y que al chocar con la plataforma de las costas origina olas muy altas y en muchos casos de efectos destructivos enormes provocando inundaciones. Este fenómeno se conoce como tsunami.

He aquí el pavor que produce un terremoto cuyo epicentro esté debajo del fondo submarino, ante la duda de que la falla productora haya hecho descender algún bloque y produzca un tsunami. Si el mismo se produce, existe un sistema de alarma muy sofisticado, consistente en flotadores sobre el nivel del mar cuya comunicación vía satélite a tierra, permite tomar medidas a los ciudadanos que habitan en las costas. Dichas medidas consisten en huir hacía puntos topográficos altos separados de las costas, antes de la llegada de las olas.

El término tsunami es japonés y significa ola de puerto, ya que Japón fue el país que primero sufrió este fenómeno ya en los años 1896 y 1933 con efectos devastadores sobre la costa pacífica de Sanriku al NE de Japón. Según el Servicio Geológico de EE.UU esta línea de costa es particularmente vulnerable a olas tsunami porque tiene profundas ensenadas costeras que amplifican las ondas de los tsunamis y causan graves inundaciones debido a las mismas.

El terremoto en la zona de subducción de magnitud 7.6 de 1896 creó olas de hasta 38 metros y una cifra reportada de 27.000 víctimas. El terremoto de 8.6 del 2 de marzo de 1933 produjo olas de tsunami de hasta 29 metros en la costa de Sanriku y causó más de 3.000 víctimas.

Conscientes de la importancia de los riesgos geológicos, ya se promulgó el programa de las Naciones Unidas denominado «Decenio Internacional para la Reducción de Desastres Naturales» que finalizó en 1999, y que se promulgó a raíz del desastre originado en el Volcán Nevado de Ruiz de Colombia, ocurrido en 1985 y que ocasionó**más de 20.000 muertes.

Posteriormente, en enero de 2005, se realizó la Conferencia Mundial sobre la Reducción de los Desastres de Kobe, Japón, fijando un marco de acción para 2005-2015. En su capítulo 4, apartado ‘Planificación del uso de la tierra y otras medidas técnicas’, se fija la normativa a seguir por todos los países.

Nuestra ONG Geólogos del Mundo, desde su creación en 1999, dedica sus actividades de cooperación en los países en desarrollo, en relación con la reducción de los desastres realizando para ello proyectos de gestión de riesgos geológicos (terremotos, deslizamientos de tierras, inundaciones) conducentes a la ordenación territorial.